Julián Guerrero Cruz
A01630297
Desigualdad en el ámbito laboral
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Presentación
del tema
El
tema seleccionado es la desigualdad que viven las mujeres en el ámbito laboral,
este tema servirá para puntualizar la situación que presentan millones de
mujeres y la falta de acciones para socavar este malestar social. Las mujeres
sufren de un rezago al ver afectado su participación laboral por el hecho de
pertenecer al género femenino y, derivado de esto, su dignidad se ve amenazada
al seguir soportando ese maltrato, que podría ser físico, pero también abarca
el psicológico. El trabajo resulta ser de mucha relevancia en la vida de las
personas, ya que les permite poder cubrir desde sus necesidades básicas hasta
algunos lujos extras que logren darle al individuo cierto grado de motivación y
felicidad; es por eso que la brecha laboral que existe entre hombres y mujeres
limita en cierta medida el desarrollo general de las mujeres, debido a que su
esfuerzo y empeño laboral pueden resultar de igual o mayor calidad que su contraparte,
sin embargo, la sociedad lo cataloga en otro estrato menos acreditado por el
simple hecho de provenir de una mujer. Las mujeres deben empezar a tomar
mayores responsabilidades en el sector económico de cada país, y al ir tomando
mayores responsabilidades su compromiso e impacto en la sociedad comenzará a
cobrar efecto.
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Palabras
clave:
***Desigualdad, Dignidad,
Justicia Social, Violencia, Igualdad, Derechos Humanos, Desarrollo Sostenible***
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Desarrollo
o
Problemática
La
desigualdad laboral es una completa realidad en la sociedad de nuestros días,
siendo el género femenino el más perjudicado en este contexto. La problemática
que se plantea en relación con dicha situación es que la posición en la que se
encuentran las mujeres frente a los hombres en el ámbito laboral puede limitar
su desarrollo de sus facultades profesionales y su participación en el
rumbo de una nación. Para poder realizar un análisis metódico y profundo de la
problemática a la que se está enfocando se escogieron varias investigaciones y
reportes que nos permiten poder generar un marco de referencia muy sólido y
confiable, dichas investigaciones son las siguientes: Las desigualdades de
género en el mercado de trabajo: entre la continuidad y la transformación, La
desigualdad salarial de género medida por regresión cuantílica: el impacto del
capital humano, cultural y social, Consumo de drogas y violencia laboral en
mujeres trabajadoras de Monterrey, N.L., México, ¿Presentan las cooperativas
contextos favorables para la igualdad de género? Y ¿Inserción laboral de las
mujeres en América Latina: una fuerza de trabajo secundaria?
o
Fundamentación
ética
Derivado
de esto se enfocará en primera instancia la relación de esta situación con la
dignidad de la persona, la cuál es una atribución propia de todo ser humana y
es la misma a la que Kant ejemplifica en esta cita “Obra de tal modo que uses
la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre
al mismo tiempo como un fin y nunca solamente como medio” (Dorando, 2010, p.
1); y es que la dignidad de la mujer es atentada cuando sus aspiraciones y
proyectos relacionados con el trabajo se ven de cierta forma truncados por el
simple hecho de ser consideradas no aptas para tareas que conllevan mucha
responsabilidad laboral, de aquí que la mayoría de los altos cargos sean
ocupados por el género masculino, ahora bien ¿tiene la mujer, por el simple
hecho de ser mujer, que soportar tratos indignos por lograr un sueldo? .
Basándose en la investigación de Torns & Recio (2010), las principales razones por las que las mujeres son
limitadas en su accionar en el trabajo siguen siendo cuestiones familiares
(hijos, trabajo doméstico y de cuidados) (Torns, Recio, 2012, p.181), enfocado
en este punto la mayoría de las personas en calidad de inactividad laboral
sigue siendo de rostro femenino por las razones ya mencionadas; también señalan
que las discriminaciones laborales aumentan a la par que la participación de la
mujer en el sector laboral aumenta (Torns, Recio,2012, p.190), por lo que la relación resulta positiva al
hecho que las mujeres sufren discriminación en el trabajo; en esta
investigación se señala también que las jornadas laborales de tiempo parcial
(usadas en su mayoría por mujeres) son sinónimo de baja calidad del empleo
femenino y poco compromiso con la empresa (Torns, Recio, 2012, p.194). Un punto
importante a resaltar es que las mujeres ven nuevamente afectada su dignidad al
verse concentradas en los sectores de actividad con menor prestigio y en peores
condiciones laborales y por ende se truncan las aspiraciones laborales personales
(Torns, Recio, 2012, p.187).
La
justicia social, que bien se podría expresar como una correcta distribución de
beneficios y cargas dentro de una sociedad (Olivé, 2008, p.126) juega un papel importante en esta situación
mencionada, ya que podría considerarse como el factor que mueva la balanza a
favor o en contra de dicha situación, es por tal motivo que la aplicación de la
ley debe corresponder y siempre tener como base el bienestar de la parte que
está viendo afectados sus derechos humanos, entonces ¿es la aplicación de
justicia, en estos momentos, la principal responsable de todas las injusticias
que sufre la mujer? Y ¿debería un hombre privarse de todos los privilegios que
tiene a fin de equilibrar la situación con las mujeres? Como menciona Araujo
(2015) en su investigación, la injusticia está muy presente en los salarios que
se pagan tanto hombres y mujeres, ya que como menciona Araujo la desigualdad de
ingresos es generada por el nivel educativo, la ocupación, la edad, el sexo, etc.
(Araujo, 2015, p.303). Además, puntualiza que por cada año extra de experiencia
el incremento porcentual promedio en el salario de los hombres es de 8%
mientras que para las mujeres con las mismas condiciones el incremento
porcentual no alcanza ni el 1%, lo cual da un panorama de una injusticia
salarial indiscutible. (Araujo, 2015, p.307).
En
esta situación, en la cual las mujeres no pueden desarrollar al máximo sus
facultades profesionales y su participación laboral en el país, la violencia se
hace presente debido a la debilidad que presentan las mujeres y la cual es
aprovechada por el género contrario, esta debilidad surge a raíz de que la
sociedad no le brinda el soporte necesario para hacerle frente a esta
desigualdad por lo que el género masculino reprime sin ninguna restricción
sólida y bien fundamentada que se lo impida. Analizando, ¿qué podemos hacer por
aquellos hombres que son olvidados, y además victimizados por su pareja
(mujer), debido a la importancia que se le da a la situación femenina? Como
indican Castillo, Magdalena, Caufield y Meza (2005) en su investigación, del
total de mujeres encuestas casi el 100% (98%) afirmó haber presentado algún
tipo de violencia, el tipo de violencia más frecuente fue el físico seguido por
el tipo verbal (Castillo, Magdalena, Caufield, Meza, 2005, p.1159), cabe
mencionar que si bien la violencia en el trabajo no es su principal prioridad
(el hogar es el primer lugar) aun así la violencia laboral se ubica entre los
tres principales lugares en donde la mujer se ve atentada en contra de su
persona verbal (Castillo, Magdalena, Caufield, Meza, 2005, p.1159) , lo que
indica que la violencia en este sector es totalmente cierto, pero es un
malestar al cual la sociedad hace caso omiso. Cabe mencionar que la violencia
orilla a las mujeres al consumo excesivo de drogas y alcohol, esto motivado por
el constante hostigamiento que viven en su ambiente laboral y por el estrés al
cual son sometidas durante las jornadas (Castillo, Magdalena, Caufield, 2005,
p.1161).
Un
trato igualitario en el trabajo puede ser clave para que la persona (en este
caso la mujer) logre alcanzar ciertas metas personales que le permitan además
poder obtener cierto grado de felicidad, Yepes define la felicidad así “Somos
felices en la medida en que alcanzamos aquello a lo que aspiramos” (Yepes,
2003, p.2) y la satisfacción son el motor que mueve a las personas a dar lo
mejor de sí mismas, por lo que, en este sentido, si se logra una felicidad
verdadera y duradera en el sector laboral se logrará de igual forma una mejora
general en el sector mencionado. Entonces, ¿un trato igualitario es realmente
la solución o podría presentar huecos en su definición en esta situación? Las
cooperativas laborales permiten la interacción de ambos géneros en un ámbito
laboral más armónico que en el ambiente laboral tradicional, ya que las
cooperativas tienen la ventaja de poder extraer lo mejor de ambas partes y
repartirlo equitativamente, para que tanto el género femenino como el masculino
se beneficien unos de otros. Según Esteban, Gargallo y Pérez (2016) en su
reporte, las mujeres perciben una oportunidad en las cooperativas para
desarrollar su perspectiva laboral por medio de una implicación directa en la
entidad para desarrollar proyectos empresariales que tengan impacto en las
necesidades de su entorno. Enfocándonos en la teoría de la identidad social, el
liderazgo femenino en los equipos directivos puede ayudar a reforzar la
cooperación y el trabajo en equipo en la empresa. (Esteban, Gargallo, Pérez;
2016, p.68).
Un
desarrollo sostenible a nivel sociedad consiste en que ambas partes (hombres y
mujeres) que comprenden el motor de la sociedad puedan tener una paridad en
cuanto a oportunidades se refiere. Partiendo de lo dicho anteriormente Abramo
(2004) señala en su investigación, la participación de la mujer en el ámbito
laboral es de igual importancia que la participación del hombre si el objetivo
es lograr mejorar la situación a nivel nacional, sin embargo, la entrada de la
mujer al trabajo es en su mayoría por circunstancias fuera de su alcance,
cuando el hombre no es capaz de solventar las necesidades del núcleo familiar o
cuando hay ausencia de la figura varonil en una familia (Abramo, 2004, p.228).
Se ha demostrado que los ingresos laborales que obtienen las mujeres son pilar
fundamental en el combate a la pobreza, ya que a nivel América Latina un número
muy significativo de hogares han pasado de pobreza extrema a pobreza, lo cual
es un logro sin precedentes, por lo que, en otras palabras, una mayor tasa de
participación laboral femenina puede contribuir enormemente a lograr un
desarrollo sostenible. (Abramo, 2004, p.234).
La
desigualdad en el ámbito laboral es un hecho contundente y que la sociedad se
ha encargado de ocultarla, mi postura es totalmente en contra de la desigualdad
laboral. Resulta injusto que los hombres por el hecho de ser de este género
tengamos asegurado un futuro laboral más prometedor que el del género opuesto,
como se indica en la siguiente cita “El agravamiento se refleja en el hecho de
que los peores y más bajos salarios continúan dándose habitualmente entre las
mujeres, al igual que sucede con los contratos temporales y el paro, incluido
el de larga duración, etc.” (Torns, Recio, 2012, 180); o bien, que sea el
género masculino al cual se le considere el más apto e idóneo para contender
por los puestos directivos en las empresas, como se expresa en la siguiente
cita “[…] segregación vertical, expresada a través de la desigual presencia de
mujeres y hombres en la jerarquía empresarial, con casi nula presencia femenina
en las cúpulas directivas.” (Torns, Recio, 2012, 187). Otro punto clave que
permite apoyar la postura en cuestión (en contra) es que la familia sea un
obstáculo prácticamente seguro en las vidas de las mujeres trabajadoras, una
familia promedio se compone en primer lugar por dos partes primordiales (la
mujer y el hombre) por lo que la repartición de responsabilidades debería estar
sujeta a tiempos y espacios específicos para que ambas partes puedan atender de
igual forma tanto sus asuntos familiares como profesionales, como se demuestra
en la siguiente cita “Las políticas […] promueven el tiempo parcial laboral
femenino como una solución pensada a fin de satisfacer las necesidades laborales
y familiares de las mujeres. Sin embargo, el tiempo parcial se ha convertido en
factor clave de las desigualdades de género en el mercado de trabajo, […].”
(Torns, Recio, 2012, 194). Como soluciones en primera instancia se debe de
plasmar correctamente en la constitución el hecho que las mujeres serán
consideradas con las mismas capacidades y habilidades para poder desempeñar
cualquier puesto, a fin de confirmar su correcta aplicación propongo
desarrollar un mecanismo autóctono y con el poder de la ley a su disposición
integrado por una comitiva de 80%
mujeres y 20% hombres, esto con la finalidad de que existan perspectivas
de ambas partes pero favoreciendo en número la postura de las mujeres. Propongo
además comenzar con campañas educativas a nivel escolar (a partir de
secundaria) con la intención de concientizar a la sociedad desde edades
tempranas que ambos géneros son acreedores a tener las mismas oportunidades
laborales. Como una solución a corto plazo y aplicable inmediatamente propongo
la implementación de sanciones a empresas que no procuren un numero equilibrado
de empleados mujeres.
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Conclusiones
Reafirmando
la relevancia del tema en el cual se enfocó este ensayo, es importante
reconsiderar la posición actual de la sociedad frente a este malestar, la
sociedad misma es el medio para que las acciones que atenten en contra de su
estabilidad sean reprimidas o bien sean impulsadas. La desigualdad laboral no
es un problema social en la actualidad, si bien últimamente ha adquirido
relevancia por el hecho que las mujeres comienzan a ganar terreno en la
participación laboral, anteriormente la disparidad que existía en la
participación femenina en el mercado laboral era enorme, pero gracias al
protagonismo y esfuerzo que el género femenino a liderado en las últimas
décadas en contra de este domino masculino la diferenciación se ha ido
disminuyendo, un ejemplo claro es ver que las mujeres comienzan a posicionarse
en cargos muy prestigiosos como lo son cargos presidenciales, sin mencionar
puestos directivos de alto rango, cosa que en un pasado cercano era inaceptable
que una mujer liderara tal grado de responsabilidad.
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Conclusión
(proyecto):
Para conocer la situación
real de las mujeres en el transporte público es vital contar con información
recabada del lugar en el cual se desata esa violencia hacia las mujeres, ir
directamente al punto. Este `proyecto permitió poder comprender desde una perspectiva
más directa cómo es el día a día de las mujeres al utilizar el transporte
público, las usuarias nos brindaron información muy precisa como lo son sus
propias experiencias, en las cuales van impregnados varios sentimientos de la
persona. Al analizar los datos generales recabados podemos darnos cuenta de la
magnitud y el escaso esfuerzo en mitigar esta problemática social, esto debido
a que en la mayoría de los casos el género femenino afirma que el referirse al
transporte público es tener casi total certeza de sufrir algún tipo de
violencia en contra de su dignidad humana. Sin embargo, esta situación, que
atenta el bienestar del género femenino en su traslado usando el transporte
público, tiene su fondo en el hecho que la sociedad mexicana presenta casos
severos de inequidad de género, promoviendo así un trato despectivo hacia la
mujer. Cabe mencionar que las acciones por parte de las autoridades han sido poco
eficaces en su objetivo de aminorar la situación, esto se debe principalmente a
que las mujeres no sienten el respaldo y atención adecuada por parte de las
autoridades pertinentes para la denuncia y seguimiento de atentados a su
persona. En mi experiencia al realizar las encuestas en campo pude apreciar la
desconfianza que genera el género masculino (yo y mi equipo de investigación)
al pedirles su apoyo para la realización de la encuesta acerca de la situación
de las mujeres en el transporte público, pude de igual forma notar que el hecho
que las mujeres soporten todas esas malas experiencias es la necesidad por el
uso de este medio de transporte (autobús).
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Referencias
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mujeres en América Latina: ¿Una fuerza de trabajo secundaria? Revista Estudios
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Yepes
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Antropología (6ª. edición). Pamplona: EUNSA, pp. 61-77.
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