El tema de mi
ensayo es sobre las referencias visuales y el plagio artístico. Estudio
Animación y Arte Digital, y mi objetivo es argumentar sobre el dilema que
enfrenta un artista al momento de realizar sus propias creaciones, ya que hoy
en día se enfrenta a una realidad donde se dice que “todo está hecho”. Al
momento de crear cosas nuevas, ya sea para; un diseño interactivo, un modelo,
un dibujo, una animación, iluminación, producción cinematográfica, videojuego,
etc… Siempre es bueno basarte de referencias visuales que te sirven como apoyo
al momento de realizar un proyecto, pero dónde queda la línea entre el plagio y
el apoyo de referencia visual. Existen casos donde artistas han sido
denunciados por plagio, siendo que estos exclaman que solamente se basaron en
otra obra como referencia visual. También hay problemas entre si no se sabe si
es una obra derivada de una obra más antigua, o si es una nueva obra
independiente por un nuevo artista.
Vivimos en un
mundo de referencias visuales, obras se basan en otras obras y lo vemos
repetitivamente en el cine, la televisión, videojuegos, y en todo lo que
consumimos, se llega a un punto donde se hace casi imposible que tu obra no se
parezca a una más antigua.
Quiero argumentar
sobre la ética de esto, sobre si está bien o está mal y dónde queda la línea o
si está bien que artistas protejan su obra limitando a otros artistas que
quieren hacer lo mismo pero que se arriesgan a una demanda. Es algo sobre lo
que tenemos que ser muy cuidadosos nosotros los aspirantes a Licenciados en
Animación y Arte Digital, porque desde las tareas y proyectos que realizamos
tenemos que darle crédito a las referencias que hemos tomado e intentar ser
originales cuando realmente no podemos serlo del todo y llega a un punto donde
se siente como si la misma creatividad esta patentada por otros artista.
Todo esto es
relevante por los derechos humanos con la libertad de expresión en tus obras,
la igualdad de participación social sin que te discriminen por tu imagen
laboral mal presentada, la responsabilidad como artista dentro de una empresa y
la justicia social ante una acusación de plagio.
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Palabras clave (Key words):
Plagio, Auto plagio, Justicia social, Artista,
Referencias visuales, Tecnología, Mundo digital, Actualidad, Crecimiento,
Aportación social, Exclusión, Derechos de autor, Propiedad intelectual, Arte,
Creatividad, Derechos humanos, Libertad de expresión, Igualdad, Felicidad.
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Los creadores artísticos del mundo digital, hoy en día muestran más demanda
laboral que en la antigüedad. Desde los últimos 20 años, el negocio ha ido
incrementado con la llegada de las computadoras como herramienta de acceso
público laboral o creativo. Con el acceso al mundo de la informática, también
se han creado nuevos métodos de educación y acceso a la información. En el 2007
la carrera de Animación y Arte Digital dio a luz en el Instituto Tecnológico y
de Estudios Superior de Monterrey, y se ha ido desarrollando el proceso
creativo generación con generación, ya que la demanda y la tecnológica
incrementan exponencialmente.
Así como las oportunidades han ido incrementando para el área de la
animación y arte digital, también se han ido creando nuevos problemas en el
campo laboral. El plagio es un término que viene existiendo desde mucho atrás y
que se ha aplicado a numerosas prácticas y escenarios, en sus tantas
derivaciones y defectos, nació el plagio digital. El plagio artístico antes del
mundo digital era menos frecuente y difícil de comprobar, las obras que
mantenían cierta similitud se categorizaban más por una corriente artística que
una obra semejante. El problema con el plagio digital es que al tener acceso a
la información en la red, en el cine, en la televisión, y en cualquier medio
visual de difusión, somos bombardeados con tendencias visuales ya establecidas
que almacenamos constantemente en nuestra memoria de forma inconsciente o
intencional.
“De
forma reciente se registran con más frecuencia denuncias, quejas y otras
discusiones sobre la autoría de los artículos o sobre el uso no reconocido de
contenidos de documentos por parte de otros autores (práctica conocida como
plagio). Y aunque no es un tema nuevo y tampoco restringido al no
reconocimiento de una idea, cada vez más se discuten los problemas asociados al
uso no adecuado (ético) de la información” (López, W. (2014). Pág. 325). El
problema con esto, es que en nuestra actualidad, el acceso de información en la
internet y en otros medios de comunicación, son muy fáciles de llegar a ellas y
obtener referencias visuales que derivan de otros artistas en diversas corrientes
artísticas, conforme más crece el mundo del arte digital, nuestra memoria
visual se alimenta más del trabajo de otras personas y esto es una herramienta
muy útil que tenemos para basarnos en un cierto estilo visual, pero ¿Qué pasa
cuando nos gusta lo mismo que a otra persona?, existe cierta privatización de
la libertad de expresión, ya que si una obra cuenta con un autor legal y tú
deseas imitarla, te encontrarías en un aprieto legal y tú obra sería acreditada
como una derivación de la obra de alguien más.
Y es entonces que al momento de querer crear elementos artísticos de
nuestra propia autoría, incluso se recomienda usar referencias visuales para
marcar la categoría artística a la que te quieres enfocar o fundamentar, pero
es ahí cuando se llega a caer en el error de cometer plagio de manera
intencional. “La
mayoría de casos de plagio ocurren por falta de conocimiento acerca del tema y
por falta de información sobre lo que es correcto o no dentro del ámbito”
(Rodríguez, N. (2011), pág. 6). Como mencionamos
anteriormente tenemos mucho acceso a referencias visuales en la vida cotidiana,
y existen artistas que dicen que “ya todo se ha creado”, el punto fundamental
en el momento creativo es pensar cómo adaptar tu obra con diferentes obras
visuales sin que caiga en la obra derivada de otra.
Entran términos
legales como la propiedad intelectual y los derechos de autor, de lo que se
expone en internet o el cine, entre otros, y la protección de las obras por
medio de patentes o marcas. “Según la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual OMPI o WIPO, por sus siglas en inglés (Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual, 1967), la propiedad intelectual tiene que ver con las
creaciones de la mente, y está dividida en dos categorías: la propiedad industrial
y el derecho de autor. La propiedad industrial incluye invenciones, patentes,
marcas, indicciones geográficas, dibujos y modelos industriales; por otra parte
el derecho de autor engloba las obras literarias y artísticas (novelas, poemas,
obras de teatro y otros escritos), películas, fotografías, esculturas, en
general los derechos de artistas o intérpretes sobre sus interpretaciones”
(Alarcón, A. (2009), pág. 5).
Algunos problemas de derechos de autor o de propiedad intelectual, se
pueden arreglar hablando con el autor de la obra original, pidiendo un permiso,
comprando derechos, y en otras ocasiones cuando el dialogo no funciona, es
mejor optar por buscar otro estilo impidiéndote la libertad expresión en tu
obra y creando un sentido de desigualdad por el simple hecho de que alguien más
lo hizo primero que tú y ahora tú ya no puedes. Entonces ¿dónde queda el
proceso creativo y original? ¿Dónde dejamos nuestra marca?, y los problemas
mayores llegan cuando no identificaste que tu obra es derivada de otra, y de
repente te demandan o te meten en problemas legales sin haber sido tu intención
cometer plagio. El artista hace uso de la creatividad como su herramienta
principal y es parte de su felicidad, tener libertad creativa.
***
Yo en lo personal encuentro injusticias en esto, y al mismo tiempo
encuentro justicias. Al momento de querer aportar algo nuevo a la sociedad, ya
sea para concientizar, entretener, educar, reflexionar, o expresar mediante el
arte, porque al fin de cuentas son aportaciones que quedan en la sociedad y que
después pasan a dominio público para el uso libre de todos, te quedas atrapado
con limitantes artísticas porque tienes que marcar la diferencia en tu trabajo
con el de los demás y aunque haya sido de tu propia idea o tu propio gusto el
resultado de tu obra, si se asemeja a otra o da inicio a la confusión, entonces
te ves forzado a cambiar tu propia obra y esto se me hace injusto porque limita
tu libertad de expresión, la cual es un derecho humano y ese libre albedrio
artístico se ve limitado más y más conforme otros artistas publican sus obras
antes que tú.
Por otra parte encuentro justicia social en esto. Al patentar una obra como
tuya, ya sea con fines de negocios o con fines personales, estas protegiendo tu
propiedad intelectual y haciendo lo que quieras con ella, porque al fin de
cuentas te esforzaste por hacerla. Puedes venderla por un contrato de uso
exclusivo o puedes mantenerla como portafolio artístico, etc.… Nadie más puede
modificar tu creación artística ni para bien o para mal con fines maliciosos o
lucrativos, tú eres la única persona que puede sacarle provecho a tu propia
propiedad intelectual artística. “Comprenden los derechos que tiene el autor
(o autores) de decidir sobre: la divulgación (total o parcial) de la obra y el
modo como la misma se hará; las modificación que pueda poner en peligro su
decoro o reputación; las adaptaciones arreglos y otras transformaciones”
(Jesús, G. (2016), pág. 48-49).
Pero también pasa algo curioso al empezar a patentar o registrar tus obras,
tú mismo puedes cometer auto plagio “El ‘auto-plagio’ se configura cuando el
autor re-utiliza sus escritos y los hace pasar como una obra inédita u
original, y no cita ni referencia sus propias publicaciones.”(Ramírez, B.
(2016). Pág. 277). Esto también se da en el mundo artístico, no solamente a
obras escritas, y a estas es se les califica como obras derivadas, ya
sean elaboras por otro autor con algún permiso o por uno mismo. Pero dejan de
acreditarse como obras independientes, desde que dices que es obra derivada de
otra, estas acreditando a la original como el uso prestado de la propiedad
intelectual y aunque técnicamente sea tuya, los créditos no son totalmente
tuyos.
Como creadores, incluyéndome, nos preguntamos ¿Qué podemos hacer?
Lamentablemente no podemos hacer mucho, más que ser comprensivos unos con otros
y ser solidarios. Aunque la mayoría de nosotros usemos nuestras obras con fines
lucrativos, no dejar que eso sea motivo de llegar acciones como imponer
demandas o difamaciones, ya que esto perjudica mucho la imagen de un artista en
el mundo laboral y quedan marcados como personas de poca confianza que
difícilmente podrán conseguir otro trabajo por un simple error que tal vez
hasta fue intencional, debemos investigar bien antes de juzgar y buscar un
bienestar imparcial para la comunidad de los artistas.
Esto también se da como un problema de exclusión y de menosprecio a
artistas que llevan consigo una mala reputación en sus cartas de recomendación
laboral, empresas como Disney, Nintendo, DreamWorks, Blizzard, que son
corporaciones grandes con reconocimiento a nivel mundial, no dudan en meter
demandas a corporaciones más pequeñas con dinero que puedan pagar las demandas,
para aprovechar o imponer un sentido de respeto intelectual como lección de que
no te puedes meter con ellos ni con sus abogados y que no hay más grandes que
ellos, y el artista o artistas internos de la empresa que metieron en problemas
a los demás, son los que se llevan la peor parte de esta experiencia.
Para esto, como artistas, no deberíamos llegar a medidas extremas como
imponer demandas, deberíamos solucionar estos problemas a través de mediaciones
y acércanos unos con otros para resolver los problemas de manera dialógica, tal
vez el otro artista que cometió plagio de alguna obra tuya, no lo hizo de
manera intencional y tal vez te pide tu permiso acreditándote en su obra, o tal
vez corrige su error y empieza de nuevo. De esta forma respetamos la igualdad
de otros artistas para que continúen con su participación dentro de la sociedad
y mantengan su reputación al ser aceptados por todos y todas las empresas,
organizaciones e instituciones que requieran de sus servicios.
***
Ver por la dignidad de los artistas y dejar de ver sus obras como el fin,
para empezar a verlas como el medio que representa a un artista, el cual es el
fin, ya que un artista es un profesionista dedicado a contribuir a la sociedad
por diversos medios visuales, usando la obra como el medio para la felicidad de
quienes la contemplan y del mismo artista, por lo que se debería permitir
ampliar la versatilidad en la libertad de expresión al usar referencias
visuales.
Preservar la libertad de expresión y buscar la felicidad del artista,
buscar no obstruir a otros con su libertad creativa, y encontrar una manera
dialógica de tratar con otros artistas para llegar a un acuerdo, si esto falla
entonces buscar otras alternativas que nos funcionen con nuestras obras y
tratar de eludir lo más que se pueda la identificación de un plagio para no
perjudicar a otros, ni a ti mismo, un bienestar imparcial entre artistas.
El derecho de autor, o la propiedad intelectual, ayuda al artista a
proteger su obra para identificar al artista por su esfuerzo y trabajo,
indirectamente afecta a otros y cuando la obra se encuentra por un medio de
contrato con fines lucrativos es aún menos inaccesible. No obstante, debemos
ser comprensibles para permitir la igualdad de participación del artista en la
sociedad y en el medio laboral.
***
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de Ética. Bolivia: Universidad Mayor de San Simón Bolivia. Pp. 6-7
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