jueves, 16 de noviembre de 2017

Plagio en el mundo del Arte Digital [Andrés Vázquez]

El tema de mi ensayo es sobre las referencias visuales y el plagio artístico. Estudio Animación y Arte Digital, y mi objetivo es argumentar sobre el dilema que enfrenta un artista al momento de realizar sus propias creaciones, ya que hoy en día se enfrenta a una realidad donde se dice que “todo está hecho”. Al momento de crear cosas nuevas, ya sea para; un diseño interactivo, un modelo, un dibujo, una animación, iluminación, producción cinematográfica, videojuego, etc… Siempre es bueno basarte de referencias visuales que te sirven como apoyo al momento de realizar un proyecto, pero dónde queda la línea entre el plagio y el apoyo de referencia visual. Existen casos donde artistas han sido denunciados por plagio, siendo que estos exclaman que solamente se basaron en otra obra como referencia visual. También hay problemas entre si no se sabe si es una obra derivada de una obra más antigua, o si es una nueva obra independiente por un nuevo artista.

Vivimos en un mundo de referencias visuales, obras se basan en otras obras y lo vemos repetitivamente en el cine, la televisión, videojuegos, y en todo lo que consumimos, se llega a un punto donde se hace casi imposible que tu obra no se parezca a una más antigua.

Quiero argumentar sobre la ética de esto, sobre si está bien o está mal y dónde queda la línea o si está bien que artistas protejan su obra limitando a otros artistas que quieren hacer lo mismo pero que se arriesgan a una demanda. Es algo sobre lo que tenemos que ser muy cuidadosos nosotros los aspirantes a Licenciados en Animación y Arte Digital, porque desde las tareas y proyectos que realizamos tenemos que darle crédito a las referencias que hemos tomado e intentar ser originales cuando realmente no podemos serlo del todo y llega a un punto donde se siente como si la misma creatividad esta patentada por otros artista.


Todo esto es relevante por los derechos humanos con la libertad de expresión en tus obras, la igualdad de participación social sin que te discriminen por tu imagen laboral mal presentada, la responsabilidad como artista dentro de una empresa y la justicia social ante una acusación de plagio.

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Palabras clave (Key words):
Plagio, Auto plagio, Justicia social, Artista, Referencias visuales, Tecnología, Mundo digital, Actualidad, Crecimiento, Aportación social, Exclusión, Derechos de autor, Propiedad intelectual, Arte, Creatividad, Derechos humanos, Libertad de expresión, Igualdad, Felicidad.

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Los creadores artísticos del mundo digital, hoy en día muestran más demanda laboral que en la antigüedad. Desde los últimos 20 años, el negocio ha ido incrementado con la llegada de las computadoras como herramienta de acceso público laboral o creativo. Con el acceso al mundo de la informática, también se han creado nuevos métodos de educación y acceso a la información. En el 2007 la carrera de Animación y Arte Digital dio a luz en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superior de Monterrey, y se ha ido desarrollando el proceso creativo generación con generación, ya que la demanda y la tecnológica incrementan exponencialmente.

Así como las oportunidades han ido incrementando para el área de la animación y arte digital, también se han ido creando nuevos problemas en el campo laboral. El plagio es un término que viene existiendo desde mucho atrás y que se ha aplicado a numerosas prácticas y escenarios, en sus tantas derivaciones y defectos, nació el plagio digital. El plagio artístico antes del mundo digital era menos frecuente y difícil de comprobar, las obras que mantenían cierta similitud se categorizaban más por una corriente artística que una obra semejante. El problema con el plagio digital es que al tener acceso a la información en la red, en el cine, en la televisión, y en cualquier medio visual de difusión, somos bombardeados con tendencias visuales ya establecidas que almacenamos constantemente en nuestra memoria de forma inconsciente o intencional.

De forma reciente se registran con más frecuencia denuncias, quejas y otras discusiones sobre la autoría de los artículos o sobre el uso no reconocido de contenidos de documentos por parte de otros autores (práctica conocida como plagio). Y aunque no es un tema nuevo y tampoco restringido al no reconocimiento de una idea, cada vez más se discuten los problemas asociados al uso no adecuado (ético) de la información” (López, W. (2014). Pág. 325). El problema con esto, es que en nuestra actualidad, el acceso de información en la internet y en otros medios de comunicación, son muy fáciles de llegar a ellas y obtener referencias visuales que derivan de otros artistas en diversas corrientes artísticas, conforme más crece el mundo del arte digital, nuestra memoria visual se alimenta más del trabajo de otras personas y esto es una herramienta muy útil que tenemos para basarnos en un cierto estilo visual, pero ¿Qué pasa cuando nos gusta lo mismo que a otra persona?, existe cierta privatización de la libertad de expresión, ya que si una obra cuenta con un autor legal y tú deseas imitarla, te encontrarías en un aprieto legal y tú obra sería acreditada como una derivación de la obra de alguien más.

Y es entonces que al momento de querer crear elementos artísticos de nuestra propia autoría, incluso se recomienda usar referencias visuales para marcar la categoría artística a la que te quieres enfocar o fundamentar, pero es ahí cuando se llega a caer en el error de cometer plagio de manera intencional. “La mayoría de casos de plagio ocurren por falta de conocimiento acerca del tema y por falta de información sobre lo que es correcto o no dentro del ámbito” (Rodríguez, N. (2011), pág. 6). Como mencionamos anteriormente tenemos mucho acceso a referencias visuales en la vida cotidiana, y existen artistas que dicen que “ya todo se ha creado”, el punto fundamental en el momento creativo es pensar cómo adaptar tu obra con diferentes obras visuales sin que caiga en la obra derivada de otra.

Entran términos legales como la propiedad intelectual y los derechos de autor, de lo que se expone en internet o el cine, entre otros, y la protección de las obras por medio de patentes o marcas. “Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual OMPI o WIPO, por sus siglas en inglés (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 1967), la propiedad intelectual tiene que ver con las creaciones de la mente, y está dividida en dos categorías: la propiedad industrial y el derecho de autor. La propiedad industrial incluye invenciones, patentes, marcas, indicciones geográficas, dibujos y modelos industriales; por otra parte el derecho de autor engloba las obras literarias y artísticas (novelas, poemas, obras de teatro y otros escritos), películas, fotografías, esculturas, en general los derechos de artistas o intérpretes sobre sus interpretaciones” (Alarcón, A. (2009), pág. 5).

Algunos problemas de derechos de autor o de propiedad intelectual, se pueden arreglar hablando con el autor de la obra original, pidiendo un permiso, comprando derechos, y en otras ocasiones cuando el dialogo no funciona, es mejor optar por buscar otro estilo impidiéndote la libertad expresión en tu obra y creando un sentido de desigualdad por el simple hecho de que alguien más lo hizo primero que tú y ahora tú ya no puedes. Entonces ¿dónde queda el proceso creativo y original? ¿Dónde dejamos nuestra marca?, y los problemas mayores llegan cuando no identificaste que tu obra es derivada de otra, y de repente te demandan o te meten en problemas legales sin haber sido tu intención cometer plagio. El artista hace uso de la creatividad como su herramienta principal y es parte de su felicidad, tener libertad creativa.

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Yo en lo personal encuentro injusticias en esto, y al mismo tiempo encuentro justicias. Al momento de querer aportar algo nuevo a la sociedad, ya sea para concientizar, entretener, educar, reflexionar, o expresar mediante el arte, porque al fin de cuentas son aportaciones que quedan en la sociedad y que después pasan a dominio público para el uso libre de todos, te quedas atrapado con limitantes artísticas porque tienes que marcar la diferencia en tu trabajo con el de los demás y aunque haya sido de tu propia idea o tu propio gusto el resultado de tu obra, si se asemeja a otra o da inicio a la confusión, entonces te ves forzado a cambiar tu propia obra y esto se me hace injusto porque limita tu libertad de expresión, la cual es un derecho humano y ese libre albedrio artístico se ve limitado más y más conforme otros artistas publican sus obras antes que tú.

Por otra parte encuentro justicia social en esto. Al patentar una obra como tuya, ya sea con fines de negocios o con fines personales, estas protegiendo tu propiedad intelectual y haciendo lo que quieras con ella, porque al fin de cuentas te esforzaste por hacerla. Puedes venderla por un contrato de uso exclusivo o puedes mantenerla como portafolio artístico, etc.… Nadie más puede modificar tu creación artística ni para bien o para mal con fines maliciosos o lucrativos, tú eres la única persona que puede sacarle provecho a tu propia propiedad intelectual artística. “Comprenden los derechos que tiene el autor (o autores) de decidir sobre: la divulgación (total o parcial) de la obra y el modo como la misma se hará; las modificación que pueda poner en peligro su decoro o reputación; las adaptaciones arreglos y otras transformaciones” (Jesús, G. (2016), pág. 48-49).

Pero también pasa algo curioso al empezar a patentar o registrar tus obras, tú mismo puedes cometer auto plagio “El ‘auto-plagio’ se configura cuando el autor re-utiliza sus escritos y los hace pasar como una obra inédita u original, y no cita ni referencia sus propias publicaciones.”(Ramírez, B. (2016). Pág. 277). Esto también se da en el mundo artístico, no solamente a obras escritas, y a estas es se les califica como obras derivadas, ya sean elaboras por otro autor con algún permiso o por uno mismo. Pero dejan de acreditarse como obras independientes, desde que dices que es obra derivada de otra, estas acreditando a la original como el uso prestado de la propiedad intelectual y aunque técnicamente sea tuya, los créditos no son totalmente tuyos.

Como creadores, incluyéndome, nos preguntamos ¿Qué podemos hacer? Lamentablemente no podemos hacer mucho, más que ser comprensivos unos con otros y ser solidarios. Aunque la mayoría de nosotros usemos nuestras obras con fines lucrativos, no dejar que eso sea motivo de llegar acciones como imponer demandas o difamaciones, ya que esto perjudica mucho la imagen de un artista en el mundo laboral y quedan marcados como personas de poca confianza que difícilmente podrán conseguir otro trabajo por un simple error que tal vez hasta fue intencional, debemos investigar bien antes de juzgar y buscar un bienestar imparcial para la comunidad de los artistas.

Esto también se da como un problema de exclusión y de menosprecio a artistas que llevan consigo una mala reputación en sus cartas de recomendación laboral, empresas como Disney, Nintendo, DreamWorks, Blizzard, que son corporaciones grandes con reconocimiento a nivel mundial, no dudan en meter demandas a corporaciones más pequeñas con dinero que puedan pagar las demandas, para aprovechar o imponer un sentido de respeto intelectual como lección de que no te puedes meter con ellos ni con sus abogados y que no hay más grandes que ellos, y el artista o artistas internos de la empresa que metieron en problemas a los demás, son los que se llevan la peor parte de esta experiencia.

Para esto, como artistas, no deberíamos llegar a medidas extremas como imponer demandas, deberíamos solucionar estos problemas a través de mediaciones y acércanos unos con otros para resolver los problemas de manera dialógica, tal vez el otro artista que cometió plagio de alguna obra tuya, no lo hizo de manera intencional y tal vez te pide tu permiso acreditándote en su obra, o tal vez corrige su error y empieza de nuevo. De esta forma respetamos la igualdad de otros artistas para que continúen con su participación dentro de la sociedad y mantengan su reputación al ser aceptados por todos y todas las empresas, organizaciones e instituciones que requieran de sus servicios.

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Ver por la dignidad de los artistas y dejar de ver sus obras como el fin, para empezar a verlas como el medio que representa a un artista, el cual es el fin, ya que un artista es un profesionista dedicado a contribuir a la sociedad por diversos medios visuales, usando la obra como el medio para la felicidad de quienes la contemplan y del mismo artista, por lo que se debería permitir ampliar la versatilidad en la libertad de expresión al usar referencias visuales.

Preservar la libertad de expresión y buscar la felicidad del artista, buscar no obstruir a otros con su libertad creativa, y encontrar una manera dialógica de tratar con otros artistas para llegar a un acuerdo, si esto falla entonces buscar otras alternativas que nos funcionen con nuestras obras y tratar de eludir lo más que se pueda la identificación de un plagio para no perjudicar a otros, ni a ti mismo, un bienestar imparcial entre artistas.

El derecho de autor, o la propiedad intelectual, ayuda al artista a proteger su obra para identificar al artista por su esfuerzo y trabajo, indirectamente afecta a otros y cuando la obra se encuentra por un medio de contrato con fines lucrativos es aún menos inaccesible. No obstante, debemos ser comprensibles para permitir la igualdad de participación del artista en la sociedad y en el medio laboral.

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1.- Rodríguez, N. (2011). Plagio, una falta de Ética. Bolivia: Universidad Mayor de San Simón Bolivia. Pp. 6-7 recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=426041223002
2.- Alarcón, A. (2009). Propiedad intelectual y derechos de autor en el software libre. Colombia: Universidad Católica del Norte. Pp. 1-16 recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/1942/194214468009.pdf
3.- Jesús G., Maria, I. (2016). Entre la ética en la investigación y la propiedad intelectual: Prácticas anti-universitarias con relevancia para el derecho de autor. Venezuela: Universidad de los Andes Venezuela. Pp. 40-67 recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=25744733003
4.- Ramírez, B; Jiménez P; Hernán, D. (2016). Plagio y “Auto-Plagio”. Colombia: Historelo. Pp. 271-283 recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=345846225009

5.- López, W. (2014). Sobre el plagio la autoría y otros problemas ética de las publicaciones. Colombia: Universitas Psychologica. Pp 325-326 recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64735353001

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1. -   Arns, M. (2014). Open access is tiring out peer reviewers. Nature: 515(7528), 467.
2.- Antonio, A. (2011). “Plagio y otros traspasos literario-científicos en medicina y particularmente en anestesiología”. Revista Colombiana de Anestesiología. 39 (2): pp. 217-229
3.- Gisbert, J. y Piqué, J. (2009). Hablemos de...Autoría de las publicaciones científicas. Revista GH Continuada. Enero-febrero. Vol. 8, 1: 53-61. Consulta: 23 de febrero de 2015. Disponible en: https://www.ciberehd.org/proyecto-cientifico/plan-deformacion/Autoria%20de%20las%20publicaciones%20 cientificas%20-GYH.pdf4.-
4.- Laguna S, Caballero C, Lewis V, Mazuera S, Salamanca J, Daza W, Fourzall A. (2007). Consideraciones éticas en la publicación de investigaciones científicas. Salud Uninorte. Colombia. Pág.: 64-78.
5.- Ferrero F. (2010). Plagio en las publicaciones científicas. Arch Argent Pediatr: [revista en la Internet]. pp. 103-104. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0325- 00752010000200003&lng=es.

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