lunes, 13 de noviembre de 2017

VIOLENCIA A LA MUJER EN EL HOGAR

Franya Patricia Arellano Mendoza
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VIOLENCIA A LA MUJER EN EL HOGAR

INTRODUCCIÓN:
La violencia de género es un fenómeno que se ha dado durante gran parte de la historia en muchas sociedades y culturas, además éste fenómeno se da en todos los grupos sociales y étnicos, es importante reconocer que no está relacionado con la clase social, el nivel cultural o la raza.
A pesar de los grandes avances a lo largo de los años, la violencia en el hogar sigue siendo una realidad social alarmante. Desafortunadamente, oír acerca de este tema le resulta a la sociedad en general, algo común, algo que es por cultura y no puede cambiarse. Es sorprendente cómo es que muchos segmentos de la población, de clase alta, media o baja, describan signos de violencia como algo normal, algunos otros como amor, otros como comportamientos justificados y otros, simplemente vivan con ello “Porque es la cruz que les tocó cargar”.
Como es de saberse, la violencia de género no es un fenómeno nuevo, lo que si se considera relativamente nuevo es su reconocimiento como problema social. Hace apenas unos años atrás, en muchas culturas, éste fenómeno era plenamente de carácter privado, un derecho del marido y algo normal, esto se puede comprobar incluso en la legislación de algunos países, por ejemplo:  en España hasta 1975, el Código Civil autorizaba al marido a corregir a su esposa y obligaba a esta a obedecerle.
Es durante el siglo XX cuando el movimiento de liberación de las mujeres comenzó a mostrarse debido a los nuevos problemas de violencia sexual y violencia doméstica fue cuando surgieron algunas de las feministas europeas quienes presionaron a sus gobiernos para que reformasen las leyes y crearan casas de acogida y mecanismos de atención a las víctimas.
Movimientos que han influido fuertemente a la lucha contra la violencia hacia la mujer, creando inspiración y motivación en muchas mujeres a lo largo del tiempo y alrededor del mundo.

PALABRAS CLAVE:
Violencia, mujeres, dignidad, problema, sociedad, valores, libertad, derechos, lucha, cultura, poder.
DESARROLLO:
La O.N.U. en 1995 estableció entre sus objetivos estratégicos la lucha contra la violencia dirigida a las mujeres. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1998 declaró a la violencia doméstica como una prioridad internacional para los servicios de salud; el mismo año que en nuestro país se elaboró el primer «Plan de acción contra la Violencia Doméstica».
Recientemente, la OMS ha dado a conocer un INFORME MUNDIAL SOBRE VIOLENCIA Y LA SALUD (2002), en el que se presenta la violencia, en su conjunto, como una de las principales causas de muerte y lesiones no mortales en todo el mundo, y en el que se realiza una exposición actualizada de las repercusiones de la violencia en la salud pública, a la vez que formula recomendaciones dirigidas a su prevención. La violencia doméstica comporta graves riesgos para la salud de las víctimas tanto a nivel físico como psicológico. El impacto emocional que genera esta situación es un factor de desequilibrio para la salud mental tanto de las víctimas como de los convivientes.
  •  La violencia contra la mujer, especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. No consideraría valioso este ensayo si no anexara datos que realmente son importantes como las estadísticas:
  •  Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
  • La mayoría de estos casos son violencia infligida por la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (30%) de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida.
  • Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina.
  • Estas formas de violencia pueden afectar negativamente a la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres y aumentar la vulnerabilidad al VIH.
  • Entre los factores asociados a un mayor riesgo de cometer actos violentos cabe citar un bajo nivel de instrucción, el maltrato infantil o haber estado expuesto a escenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género.
  • Entre los factores asociados a un mayor riesgo de ser víctima de la pareja o de violencia sexual figuran un bajo nivel de instrucción, el hecho de haber estado expuesto a escenas de violencia entre los progenitores, el maltrato durante la infancia, actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género.
Quiero anexar una pequeña parte de un artículo cuantitativo también a cerca de la violencia que se registra en los consultorios de medicina familiar.
A partir del procesamiento, análisis y presentación de los datos se ofrece algunos resultados obtenidos en el estudio epidemiológico sobre la violencia doméstica: 1. El 31% de las entrevistadas han sido golpeadas estando embarazadas (Ver gráfico N° I) 2. El 59% de las entrevistadas han sufrido violencia (Ver gráfico N° II ) 3. El 73.2% nunca ha solicitado ayuda cuando han sufrido de violencia (Ver gráfico N° III) 4. El 64% está medianamente de acuerdo con la justificación de la violencia (Ver gráfico N° IV) 5. El 73.5% desconoce la Ley que protege a la mujer y a la familia y el 69.5% desconoce que existen organizaciones no gubernamentales que orientan sobre esta situación (Ver gráfico N° V).
Estos resultados permiten afirmar además que: • La percepción de la violencia de acuerdo a varias tipologías, demuestran que la mayoría de las entrevistadas consideran como hechos o circunstancias violentas en 82 Vol. 1 Nº 1. junio 2001. Pp. 77 - 96 diferentes formas; físicas, psicológicas y sexual. Sin embargo, un número importante de ellas no reconoce la violencia sexual, otras no reconocen la violencia psicológica. Por ejemplo, algunas mujeres solo identifican la violencia cuando se alude a manifestaciones graves como: bofetadas, golpes con objetos, amenazas con armas, etc. Conductas como insultar, humillar, gritar, no son entendidas como manifestación de violencia. • En relación con el embarazo: el mayor porcentaje, 42%, está representado por las mujeres que respondieron que no habían sido golpeadas estando embarazadas, sin embargo, el 31%, fueron golpeadas durante ese periodo, el 26%, contestaron que nunca han sido golpeadas y el 1% no respondieron la pregunta. Nos indica que, aunque el embarazo es a menudo vivido, pensado y deseado como un período de felicidad y esperanza, en el cual la mujer espera recibir el mayor apoyo, es precisamente en esa época, cuando muchas reciben abusos físicos.

Resulta frío, amargo y de mal gusto reconocer que nuestro país ha crecido y ha ido avanzando con el tiempo sí, pero que la educación y cultura de la dignidad de la mujer siga por los suelos, estos datos son alarmantes y en verdad atemorizan, duele y es vergonzoso, pero la cuestión es: ¿Qué estamos haciendo para cambiarlo?


No puede seguir avanzando este problema que no permite que la sociedad progrese, limitar y agredir a una mujer probablemente sea una de las características del hombre mexicano, pero lo peor es que muchas mujeres conocemos el problema y hacemos caso omiso de él, todas somos amigas, madres, hijas o vecinas, y en su mayoría no ponemos manos a la obra al sentir empatía en cuanto al sufrimiento de la otra.
Existen casos a lo largo de la historia de nuestro país, incluso casos en los que hemos sido miembros involucrados, o casos en los que los miembros son personas que se relacionan con nosotros constantemente, en los que se denomina a la violencia como parte del día a día y quienes lo viven lo denominan amor, protección, celos normales y hasta cierto punto lo denominan “Enseñarse a hacer vida”. Cuestiones que desde mi punto de vista considero que se atenta fuertemente contra la Dignidad de la persona porque no da pie a que la persona agredida analice si es así como desea vivir y no logra ejercer su derecho de cambiarlo, contra la justicia social porque como antes mencioné, aporta a las estadísticas que afirman que nuestro país sigue siendo violento, y contra la libertad porque se limita a pensar, a creer, sentir, se le limita a ser y buscar el bienestar del “Sí mismo”, que es uno de los factores que busca la libertad.
Es muy común que alcanzamos a detectar cuando una mujer es víctima de violencia doméstica, y cometemos el error en no ofrecer nuestro apoyo, y lo que es más fácil, tendemos a juzgar, a tachar, a opinar y crear morbo a las personas que sufren este fenómeno porque nos cuesta aceptar que es un problema que afecta a todos y  en lugar de denunciar la situación, en lugar de educar a nuestros sucesores (as), en lugar de exigir justicia ante los múltiples casos de violencia en el hogar; Agresiones físicas, verbales, psicológicas que quedan impunes, en lugar de ver más allá del interés propio buscando de esta manera la dignidad humana, que va más allá de barreras como el género.


Yendo al por qué de la importancia de abarcar este tema, considero importante encontrarnos como personas libres sin sexo o género, encontrarnos iguales todos, sin estereotipos que designen lo que somos, cómo debemos pensar y nuestra forma de comportarnos. Creando una cultura en la que no se incluya, sino que se vuelva completamente normal formar parte de la sociedad en general.
 Es momento de ser autocríticos y hacernos responsables del daño que causamos no solo lastimando a la mujer, sino también no alzando la voz y generando un cambio social.
Discusión según Blitchtein-Winicki
 Los principales hallazgos de este estudio incluyen la evidencia de una elevada proporción de violencia física reciente de pareja hacia la mujer, la cual puede variar a través de los diferentes ámbitos geográficos en el Perú (por ejemplo, de 18,9% en sierra urbana y 9,7% en resto de costa rural). Conforme a las teorías de Heise y Bronfenbrenner (22,23) y de Bourdieu (24), se ha identificado diferentes factores asociados con violencia física de pareja contra la mujer, que se relacionan con las normas tradicionales de género o “machistas”, tales como el control por el hombre de visitas a familiares y amigos de la mujer; que el varón se sienta amenazado porque ella tuvo una unión previa de pareja; que la mujer tenga más nivel de educación que él o que ella tome la mayor parte de decisiones en el hogar.
Este hallazgo sugiere que es importante involucrar a varones y mujeres en la elaboración de estrategias que incluyan el análisis y cuestionamiento de este tipo de normas e identidades de género y, consecuentemente, propiciar la construcción de acuerdos de comportamientos aceptables entre hombres y mujeres, que prevengan situaciones de violencia. Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol, que en nuestro país (2,26) al igual que en otros países y contextos (6,27), es una característica relacionada con roles sociales masculinos, se encuentra asociado de manera consistente a la violencia física contra la mujer.

Ello sugiere la importancia de implementar políticas públicas y medidas multisectoriales que incluyan todo nivel de servicios de salud, educación y comunitarios además del tamizaje, identificación y derivación a tratamiento de aquellos individuos que presentan un consumo problemático de alcohol.

Conclusión:
En conclusión, se puede decir que es un problema que afecta a toda la sociedad, pero evidentemente de manera directa a las mujeres, las mujeres necesitamos que escuchen nuestra voz, que nos auxilien a conocer nuestros derechos, la sociedad necesitamos adentrarnos más en el tema y generar un cambio, pero un cambio realmente radical, en el que deje de existir una sobrevaluación en el género masculino, que es lo que provoca ese sentimiento de superioridad y de posesión hacia una mujer.

Recordando entonces que la violencia no se erradica con más violencia, lo ideal es educar a nuestros sucesores(as) creando una nueva cultura de la protección y la no violencia no sólo al género femenino, sino en general. También enseñándoles que no existe diferencia alguna en cuanto al empoderamiento de género en la sociedad y poco a poco ir adaptando a la sociedad actual al modelo que es importante seguir.
Como víctima por más de 15 años de violencia en el hogar, puedo decir que es un proceso difícil de superar, conocer el miedo y vivir con él, es una sensación que no se le desea a nadie, vivir bajo el mismo techo que la persona que te hace sentir inferior, que te golpea, que te insulta, es realmente una pesadilla.
Generar un cambio es cuestión de años, cuestión de mucha aceptación, de trabajo de autoestima y claro, mucho apoyo de un tercero porque en mi caso jamás lo percibí normal, pero reconocer que era dañino, costó y mucho. Sin embargo, salí adelante, y considero que intensamente, esto fue un trabajo de muchos y creo que eso es la clave de mejorar problemas en la sociedad y generar el cambio, APOYO.
Conclusión 2:
Puedo concluir que la realización de este proyecto ha sido una de las mejores experiencias que he realizado en la universidad hasta el momento. Es decir, la satisfacción de haber elaborado este proyecto es inmensa y me quedo contenta de haberlo logrado.
Desde el momento en el que mi equipo y yo nos organizamos para ir al punto que nos asignó la SEDATU, me encantó cómo es que los colaboradores del equipo y yo pusimos mucho entusiasmo por asistir juntos, y sentirnos responsables y parte de una encuesta súper importante, (VMTP). Ejerciendo de esta manera la autonomía propia, que nos fue útil para lograrlo.
Estando en el campo de acción, nos dimos cuenta de que la mayoría de los encuestados, relaciona las preguntas con un concepto exagerado, también nos dimos cuenta de que muchos y muchas expresan que para ellos es algo normal, que no les agrada, pero que es la única manera en la que trasladarse resulta fácil y barato.
Nos sorprendió cómo es que las mujeres en especial han sido víctimas de la mayoría de las opciones que la encuesta ofrece, y que sin embargo también la mayoría jamás ha denunciado, y lo interesante es que no lo hacen porque no saben a dónde, porque les resulta irrelevante y consideran que, en efecto, ser insultadas, ser observadas de forma desagradable, ser acosadas o ser abusadas es resultado de la falda que están usando, o de la blusa que decidieron ponerse, de salir de trabajar a altas horas de la noche y claro, de simplemente ser mujeres.
Algunos hombres expresaban que desafortunadamente han sido también víctimas de algún asalto o de temor en el camino a la parada del camión. Pero fueron realmente pocos quienes expresaron esto, de hecho, en su mayoría, los hombres evaluaron al transporte público como efectivo y seguro.


En el análisis ético que se puedo obtener, veo que la sociedad es una cadena en la que el Estado de derecho no existe y que la dignidad de las personas se ve afectada debido a la mala organización de nuestros gobiernos en parte. Por otra parte, el funcionamiento de la sociedad se encuentra en constante cambio debido a la cultura nueva que vamos formando.

REFERENCIAS:
Blitchtein-Winicki, D., & Reyes-Solari, E. (2012). FACTORES ASOCIADOS A VIOLENCIA FÍSICA RECIENTE DE PAREJA HACIA LA MUJER EN EL PERÚ, 2004-2007. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, 29 (1), 35-43. 
Rivas de Mora, Sileny, Violencia Doméstica Contra la Mujer. Una Vergonzosa Realidad . Otras Miradas [en linea] 2001, 1 (junio) : [Fecha de consulta: 9 de noviembre de 2017] Disponible en: ISSN 1317-5904
Ramallo Hernández, Urimare, Violencia hacia la mujer ¿realidad cultural? Entrevista. Otras Miradas [en linea] 2005, 5 (junio) : [Fecha de consulta: 9 de noviembre de 2017] Disponible en: ISSN 1317-5904
https://www.unicef.org/mexico/spanish/proteccion_6932.htm
*Violencia doméstica; Grupo de Salud Mental del Programa de Actividades de Prevención y Promoción de la Salud (PAPPS)
https://www.msssi.gob.es/ciudadanos/violencia/docs/VIOLENCIA_DOMESTICA.pdf



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