Franya
Patricia Arellano Mendoza
A01635268
VIOLENCIA A LA MUJER EN EL HOGAR
INTRODUCCIÓN:
La
violencia de género es un fenómeno que se ha dado durante gran parte de la
historia en muchas sociedades y culturas, además éste fenómeno se da en todos
los grupos sociales y étnicos, es importante reconocer que no está relacionado
con la clase social, el nivel cultural o la raza.
A
pesar de los grandes avances a lo largo de los años, la violencia en el hogar
sigue siendo una realidad social alarmante. Desafortunadamente, oír acerca de
este tema le resulta a la sociedad en general, algo común, algo que es por
cultura y no puede cambiarse. Es sorprendente cómo es que muchos segmentos de
la población, de clase alta, media o baja, describan signos de violencia como
algo normal, algunos otros como amor, otros como comportamientos justificados y
otros, simplemente vivan con ello “Porque es la cruz que les tocó cargar”.
Como
es de saberse, la violencia de género no es un fenómeno nuevo, lo que si se
considera relativamente nuevo es su reconocimiento como problema social. Hace
apenas unos años atrás, en muchas culturas, éste fenómeno era plenamente de
carácter privado, un derecho del marido y algo normal, esto se puede comprobar
incluso en la legislación de algunos países, por ejemplo: en España hasta 1975, el Código Civil
autorizaba al marido a corregir a su esposa y obligaba a esta a obedecerle.
Es
durante el siglo XX cuando el movimiento de liberación de las mujeres comenzó a
mostrarse debido a los nuevos problemas de violencia sexual y violencia
doméstica fue cuando surgieron algunas de las feministas europeas quienes
presionaron a sus gobiernos para que reformasen las leyes y crearan casas de
acogida y mecanismos de atención a las víctimas.
Movimientos
que han influido fuertemente a la lucha contra la violencia hacia la mujer,
creando inspiración y motivación en muchas mujeres a lo largo del tiempo y
alrededor del mundo.
PALABRAS
CLAVE:
Violencia, mujeres, dignidad,
problema, sociedad, valores, libertad, derechos, lucha, cultura, poder.
DESARROLLO:
La
O.N.U. en 1995 estableció entre sus objetivos estratégicos la lucha contra la
violencia dirigida a las mujeres. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en
1998 declaró a la violencia doméstica como una prioridad internacional para los
servicios de salud; el mismo año que en nuestro país se elaboró el primer «Plan
de acción contra la Violencia Doméstica».
Recientemente,
la OMS ha dado a conocer un INFORME MUNDIAL SOBRE VIOLENCIA Y LA SALUD (2002),
en el que se presenta la violencia, en su conjunto, como una de las principales
causas de muerte y lesiones no mortales en todo el mundo, y en el que se
realiza una exposición actualizada de las repercusiones de la violencia en la
salud pública, a la vez que formula recomendaciones dirigidas a su prevención.
La violencia doméstica comporta graves riesgos para la salud de las víctimas
tanto a nivel físico como psicológico. El impacto emocional que genera esta
situación es un factor de desequilibrio para la salud mental tanto de las
víctimas como de los convivientes.
- La violencia contra la mujer, especialmente la
ejercida por su pareja y la violencia sexual constituye un grave problema
de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. No consideraría valioso este ensayo si no
anexara datos que realmente son importantes como las estadísticas:
- Las
estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una
de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o
sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su
vida.
- La mayoría de estos casos son violencia
infligida por la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (30%) de las
mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido
alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de su pareja en
algún momento de su vida.
- Un 38% de los asesinatos de mujeres que se
producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina.
- Estas formas de violencia pueden afectar
negativamente a la salud física, mental, sexual y reproductiva de las
mujeres y aumentar la vulnerabilidad al VIH.
- Entre los factores asociados a un mayor
riesgo de cometer actos violentos cabe citar un bajo nivel de instrucción,
el maltrato infantil o haber estado expuesto a escenas de violencia en la
familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la
violencia y las desigualdades de género.
- Entre los factores asociados a un mayor
riesgo de ser víctima de la pareja o de violencia sexual figuran un bajo nivel
de instrucción, el hecho de haber estado expuesto a escenas de violencia
entre los progenitores, el maltrato durante la infancia, actitudes de
aceptación de la violencia y las desigualdades de género.
Quiero anexar una pequeña parte de un artículo
cuantitativo también a cerca de la violencia que se registra en los
consultorios de medicina familiar.
A
partir del procesamiento, análisis y presentación de los datos se ofrece
algunos resultados obtenidos en el estudio epidemiológico sobre la violencia
doméstica: 1. El 31% de las entrevistadas han sido golpeadas estando
embarazadas (Ver gráfico N° I) 2. El 59% de las entrevistadas han sufrido
violencia (Ver gráfico N° II ) 3. El 73.2% nunca ha solicitado ayuda cuando han
sufrido de violencia (Ver gráfico N° III) 4. El 64% está medianamente de
acuerdo con la justificación de la violencia (Ver gráfico N° IV) 5. El 73.5%
desconoce la Ley que protege a la mujer y a la familia y el 69.5% desconoce que
existen organizaciones no gubernamentales que orientan sobre esta situación
(Ver gráfico N° V).
Estos
resultados permiten afirmar además que: • La percepción de la violencia de
acuerdo a varias tipologías, demuestran que la mayoría de las entrevistadas
consideran como hechos o circunstancias violentas en 82 Vol. 1 Nº 1. junio
2001. Pp. 77 - 96 diferentes formas; físicas, psicológicas y sexual. Sin
embargo, un número importante de ellas no reconoce la violencia sexual, otras
no reconocen la violencia psicológica. Por ejemplo, algunas mujeres solo
identifican la violencia cuando se alude a manifestaciones graves como:
bofetadas, golpes con objetos, amenazas con armas, etc. Conductas como
insultar, humillar, gritar, no son entendidas como manifestación de violencia.
• En relación con el embarazo: el mayor porcentaje, 42%, está representado por
las mujeres que respondieron que no habían sido golpeadas estando embarazadas,
sin embargo, el 31%, fueron golpeadas durante ese periodo, el 26%, contestaron
que nunca han sido golpeadas y el 1% no respondieron la pregunta. Nos indica
que, aunque el embarazo es a menudo vivido, pensado y deseado como un período
de felicidad y esperanza, en el cual la mujer espera recibir el mayor apoyo, es
precisamente en esa época, cuando muchas reciben abusos físicos.
Resulta
frío, amargo y de mal gusto reconocer que nuestro país ha crecido y ha ido
avanzando con el tiempo sí, pero que la educación y cultura de la dignidad de
la mujer siga por los suelos, estos datos son alarmantes y en verdad
atemorizan, duele y es vergonzoso, pero la cuestión es: ¿Qué estamos haciendo
para cambiarlo?
No
puede seguir avanzando este problema que no permite que la sociedad progrese,
limitar y agredir a una mujer probablemente sea una de las características del
hombre mexicano, pero lo peor es que muchas mujeres conocemos el problema y
hacemos caso omiso de él, todas somos amigas, madres, hijas o vecinas, y en su
mayoría no ponemos manos a la obra al sentir empatía en cuanto al sufrimiento
de la otra.
Existen
casos a lo largo de la historia de nuestro país, incluso casos en los que hemos
sido miembros involucrados, o casos en los que los miembros son personas que se
relacionan con nosotros constantemente, en los que se denomina a la violencia
como parte del día a día y quienes lo viven lo denominan amor, protección, celos
normales y hasta cierto punto lo denominan “Enseñarse a hacer vida”. Cuestiones
que desde mi punto de vista considero que se atenta fuertemente contra la
Dignidad de la persona porque no da pie a que la persona agredida analice si es
así como desea vivir y no logra ejercer su derecho de cambiarlo, contra la
justicia social porque como antes mencioné, aporta a las estadísticas que
afirman que nuestro país sigue siendo violento, y contra la libertad porque se
limita a pensar, a creer, sentir, se le limita a ser y buscar el bienestar del
“Sí mismo”, que es uno de los factores que busca la libertad.
Es
muy común que alcanzamos a detectar cuando una mujer es víctima de violencia
doméstica, y cometemos el error en no ofrecer nuestro apoyo, y lo que es más fácil,
tendemos a juzgar, a tachar, a opinar y crear morbo a las personas que sufren
este fenómeno porque nos cuesta aceptar que es un problema que afecta a todos y
en lugar de denunciar la situación, en
lugar de educar a nuestros sucesores (as), en lugar de exigir justicia ante los
múltiples casos de violencia en el hogar; Agresiones físicas, verbales,
psicológicas que quedan impunes, en lugar de ver más allá del interés propio
buscando de esta manera la dignidad humana, que va más allá de barreras como el
género.
Yendo
al por qué de la importancia de abarcar este tema, considero importante
encontrarnos como personas libres sin sexo o género, encontrarnos iguales
todos, sin estereotipos que designen lo que somos, cómo debemos pensar y
nuestra forma de comportarnos. Creando una cultura en la que no se incluya,
sino que se vuelva completamente normal formar parte de la sociedad en general.
Es momento de ser autocríticos y hacernos
responsables del daño que causamos no solo lastimando a la mujer, sino también
no alzando la voz y generando un cambio social.
Discusión según Blitchtein-Winicki
Los principales hallazgos de este estudio
incluyen la evidencia de una elevada proporción de violencia física reciente de
pareja hacia la mujer, la cual puede variar a través de los diferentes ámbitos
geográficos en el Perú (por ejemplo, de 18,9% en sierra urbana y 9,7% en resto
de costa rural). Conforme a las teorías de Heise y Bronfenbrenner (22,23) y de
Bourdieu (24), se ha identificado diferentes factores asociados con violencia
física de pareja contra la mujer, que se relacionan con las normas
tradicionales de género o “machistas”, tales como el control por el hombre de
visitas a familiares y amigos de la mujer; que el varón se sienta amenazado
porque ella tuvo una unión previa de pareja; que la mujer tenga más nivel de
educación que él o que ella tome la mayor parte de decisiones en el hogar.
Este
hallazgo sugiere que es importante involucrar a varones y mujeres en la
elaboración de estrategias que incluyan el análisis y cuestionamiento de este
tipo de normas e identidades de género y, consecuentemente, propiciar la
construcción de acuerdos de comportamientos aceptables entre hombres y mujeres,
que prevengan situaciones de violencia. Por otra parte, el consumo excesivo de
alcohol, que en nuestro país (2,26) al igual que en otros países y contextos
(6,27), es una característica relacionada con roles sociales masculinos, se
encuentra asociado de manera consistente a la violencia física contra la mujer.
Ello
sugiere la importancia de implementar políticas públicas y medidas
multisectoriales que incluyan todo nivel de servicios de salud, educación y
comunitarios además del tamizaje, identificación y derivación a tratamiento de
aquellos individuos que presentan un consumo problemático de alcohol.
Conclusión:
En
conclusión, se puede decir que es un problema que afecta a toda la sociedad,
pero evidentemente de manera directa a las mujeres, las mujeres necesitamos que
escuchen nuestra voz, que nos auxilien a conocer nuestros derechos, la sociedad
necesitamos adentrarnos más en el tema y generar un cambio, pero un cambio
realmente radical, en el que deje de existir una sobrevaluación en el género
masculino, que es lo que provoca ese sentimiento de superioridad y de posesión
hacia una mujer.
Recordando
entonces que la violencia no se erradica con más violencia, lo ideal es educar
a nuestros sucesores(as) creando una nueva cultura de la protección y la no
violencia no sólo al género femenino, sino en general. También enseñándoles que
no existe diferencia alguna en cuanto al empoderamiento de género en la
sociedad y poco a poco ir adaptando a la sociedad actual al modelo que es
importante seguir.
Como
víctima por más de 15 años de violencia en el hogar, puedo decir que es un
proceso difícil de superar, conocer el miedo y vivir con él, es una sensación
que no se le desea a nadie, vivir bajo el mismo techo que la persona que te
hace sentir inferior, que te golpea, que te insulta, es realmente una
pesadilla.
Generar
un cambio es cuestión de años, cuestión de mucha aceptación, de trabajo de
autoestima y claro, mucho apoyo de un tercero porque en mi caso jamás lo
percibí normal, pero reconocer que era dañino, costó y mucho. Sin embargo, salí
adelante, y considero que intensamente, esto fue un trabajo de muchos y creo
que eso es la clave de mejorar problemas en la sociedad y generar el cambio,
APOYO.
Conclusión 2:
Puedo
concluir que la realización de este proyecto ha sido una de las mejores
experiencias que he realizado en la universidad hasta el momento. Es decir, la
satisfacción de haber elaborado este proyecto es inmensa y me quedo contenta de
haberlo logrado.
Desde
el momento en el que mi equipo y yo nos organizamos para ir al punto que nos
asignó la SEDATU, me encantó cómo es que los colaboradores del equipo y yo
pusimos mucho entusiasmo por asistir juntos, y sentirnos responsables y parte
de una encuesta súper importante, (VMTP). Ejerciendo de esta manera la
autonomía propia, que nos fue útil para lograrlo.
Estando
en el campo de acción, nos dimos cuenta de que la mayoría de los encuestados,
relaciona las preguntas con un concepto exagerado, también nos dimos cuenta de
que muchos y muchas expresan que para ellos es algo normal, que no les agrada,
pero que es la única manera en la que trasladarse resulta fácil y barato.
Nos
sorprendió cómo es que las mujeres en especial han sido víctimas de la mayoría
de las opciones que la encuesta ofrece, y que sin embargo también la mayoría
jamás ha denunciado, y lo interesante es que no lo hacen porque no saben a
dónde, porque les resulta irrelevante y consideran que, en efecto, ser
insultadas, ser observadas de forma desagradable, ser acosadas o ser abusadas
es resultado de la falda que están usando, o de la blusa que decidieron
ponerse, de salir de trabajar a altas horas de la noche y claro, de simplemente
ser mujeres.
Algunos
hombres expresaban que desafortunadamente han sido también víctimas de algún
asalto o de temor en el camino a la parada del camión. Pero fueron realmente
pocos quienes expresaron esto, de hecho, en su mayoría, los hombres evaluaron
al transporte público como efectivo y seguro.
En
el análisis ético que se puedo obtener, veo que la sociedad es una cadena en la
que el Estado de derecho no existe y que la dignidad de las personas se ve
afectada debido a la mala organización de nuestros gobiernos en parte. Por otra
parte, el funcionamiento de la sociedad se encuentra en constante cambio debido
a la cultura nueva que vamos formando.
REFERENCIAS:
Blitchtein-Winicki, D., &
Reyes-Solari, E. (2012). FACTORES ASOCIADOS A VIOLENCIA FÍSICA RECIENTE DE
PAREJA HACIA LA MUJER EN EL PERÚ, 2004-2007. Revista Peruana de
Medicina Experimental y Salud Pública, 29 (1), 35-43.
Rivas de Mora, Sileny,
Violencia Doméstica Contra la Mujer. Una Vergonzosa Realidad . Otras Miradas
[en linea] 2001, 1 (junio) : [Fecha de consulta: 9 de noviembre de 2017]
Disponible en: ISSN
1317-5904
Ramallo Hernández, Urimare,
Violencia hacia la mujer ¿realidad cultural? Entrevista. Otras Miradas [en
linea] 2005, 5 (junio) : [Fecha de consulta: 9 de noviembre de 2017] Disponible
en: ISSN 1317-5904
https://www.unicef.org/mexico/spanish/proteccion_6932.htm
*Violencia
doméstica; Grupo de Salud Mental del Programa de Actividades de Prevención y
Promoción de la Salud (PAPPS)
https://www.msssi.gob.es/ciudadanos/violencia/docs/VIOLENCIA_DOMESTICA.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario