jueves, 16 de noviembre de 2017

Enemigo Público

Enemigo Público
Christian Garnica Reino
El mundo financiero, aunque se haya constituido como tal en épocas relativamente recientes, ha estado presente en el mundo desde hace mucho tiempo. Este se consolido en las épocas medievales, donde los créditos, el mercado de capitales, los intercambios, etc. crecieron exponencialmente. Los mercados eran zonas altamente concurridas, eran los corazones de las ciudades. El sector financiero ha crecido mucho desde entonces. Hoy en día, casi toda la sociedad forma parte de este. Las pequeñas hasta las grandes empresas, los gobiernos, los bancos e instituciones de crédito, aseguradoras, y la lista continua.   Desde los comerciantes y reyes que intercambiaban sus bienes para alimentar a sus seres queridos y a su pueblo, hasta las empresas y gobiernos que operan en el mercado de derivados para evitar pérdidas por cambios en las divisas, todos han enfrentado un mismo problema, la corrupción. 
García en su artículo describe a este fenómeno como “una vulneración de los derechos humanos por cuanto que generalmente entraña una violación del derecho a la igualdad ante la ley, y en ocasiones, llega a suponer una vulneración de los principios democráticos, conduciendo a la sustitución del interés público por el interés privado de quienes se corrompan” (García, 2008, p.1).  De acuerdo con la iniciativa ciudadana ley 3 de 3, existen 10 tipos de corrupción: soborno, desvió de recursos, abuso de funciones, colusión, conspiración para cometer actos de corrupción, tráfico de influencia, enriquecimiento oculto, obstrucción a la justicia, uso ilegal de información falsa o confidencial y nepotismo (ley3de3, n.d.).  
Todos estos tipos de corrupción están presentes tanto en ámbitos empresariales como en políticos. Hay algunos de ellos que ya son tan comunes en nuestra sociedad, que mucha gente ya ni siquiera los considera corrupción. Esto pasa porque la sociedad ya está tan acostumbrada a que la corrupción sea algo común, que pequeños actos de corrupción, como un empresario empleando a sus familiares en vez de otra persona más apta para el trabajo, son ignorados. De acuerdo con el Financiero, “a diario se cometen poco más de cuatro millones de los llamados actos de pequeña corrupción en México” (Financiero, 2016). Transparency International reporta cifras parecidas, ya que la mitad de la población mexicana dijo que necesita pagar sobornos para poder acceder a servicios públicos (Transparency International, 2017).  Este problema es alarmante, y definitivamente se debe de hacer algo para combatir al fenómeno que enfrenta el sector financiero y la sociedad como tal de América Latina, y todo el mundo.
Palabras clave: corrupción, justicia, igualdad, felicidad, dignidad humana, bienestar imparcial, desarrollo social, desarrollo sostenible, derechos humanos.
Como ya se mencionó previamente, la corrupción es una violación de los derechos humanos, la cual genera desigualdad, injusticia, pobreza, y a veces hasta asesinatos y muertes. Esto termina generando descontentos en la sociedad, la cual a veces contesta fuego con fuego, sin resolver nada. “De no frenar la corrupción se incrementarán la injusticia y la desigualdad económica, generando un mayor malestar y rencor en la ciudadanía que puede generar actos de ingobernabilidad” (Bautista, 2012, p. 58). La sociedad en vez de crecer social y económicamente, o mejorar la calidad de vida de sus integrantes, termina estancándose y atrasándose. Los gobiernos pierden su credibilidad ante la sociedad y esto crea una desconfianza social. “La corrupción es un obstáculo que impide la existencia de buenos gobiernos, así como la madurez de las democracias. Es un freno para el desarrollo social, para el crecimiento económico y para la equidad y mejora del nivel de vida de los diversos miembros que integran la comunidad política” (Bautista, 2012, p. 50). La desconfianza es un gran problema para el sector financiero, ya que este depende mucho de ella. Como se van a entregar créditos, o realizar inversiones o proyectos a largo plazo que beneficien a la sociedad, si no hay confianza. Desafortunadamente, este es el caso de los países que integran a América Latina, donde la corrupción es parte del día a día en el mundo de los negocios y de la política, y donde la ética esta olvidada en la sombra del poder.
          La corrupción es un fenómeno que argumenta que los fines justifican a los medios. La teoría Kantiana habla acerca de la dignidad humana, y de cómo las personas no pueden ser usados como medios, ya que ellos son fines por sí mismos (Torralba, 2011). A la corrupción, o personas corruptas, no les importa esto, ya que ellos harán lo que necesiten para lograr su fin, frecuentemente utilizando a las personas como simples medios. “Quien corrompe pone en peligro la cultura, la ética y la integridad de su entorno social. En la sociedad corrupta lo material se impone a lo espiritual, lo económico se sobredimensiona en una filosofía nociva que considera al dinero, las influencias, las coimas y la política de que “los fines justifican los medios” como los valores primordiales de la vida” (Peña, 2013, p. 154). En una sociedad corrupta no existe la ética, no existen los valores, la felicidad está limitada al pequeño grupo de personas corruptas con el poder.
          Las personas corruptas suelen actuar de esta manera para beneficiarse económicamente, ya que ellos piensan que esta es la mejor manera de mejorar la economía y crecer sus ganancias. El problema es que esto es falso. En una sociedad donde hay empresas y gobiernos corruptos, en vez de crecer de una manera acelerada, la sociedad se estanca. De acuerdo con el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) de Transparency International, los países más corruptos son los que conforman América Latina, África y medio oriente, mientras que los menos corruptos son los europeos occidentales, Estados Unidos, Canadá, Australia y los países nórdicos (Transparency International, 2016). No es coincidencia que los países menos corruptos son los más avanzados, con mayor Producto Interno Bruto (PIB), mejor calidad de vida, etc. “Se considera que la CORRUPCIÓN puede ser el obstáculo individual más devastador que se opone al desarrollo económico, social y político en países que carecen de sistemas políticos abiertos” (Diaz, 2003, p. 142). La corrupción es un acto puro de egoísmo e interés propio. Para las personas corruptas, el bienestar imparcial es un tema irrelevante al cual ni se molestan en tomar en cuenta cuando realizan una toma de decisiones.
          La corrupción priva la libertad de negocios a las empresas, emprendedores y empleados que laboran en el mercado. La corrupción genera una competencia injusta, donde las empresas con el poder ponen sus propias reglas en el mercado, afectando a las otras empresas éticas, generalmente pequeñas empresas que están intentando competir y ser rentables. “La colusión afecta directamente el principio de libertad de empresa del que se deriva el derecho de libre competencia, por lo tanto, afectar la libre competencia significa necesariamente afectar la libertad de empresa” (Gómez, 2014, p. 48). Como Gómez dijo, si se afecta y corrompe la libertad de competencia, se está afectando la libertad de la empresa como tal. Y como la libertad forma parte de los derechos humanos, la corrupción también los esta violando. 
          La corrupción es una de las amenazas más grandes para el desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible, de acuerdo con la ONU, es el lograr satisfacer las necesidades que existen en el presente sin perjudicar la capacidad de las generaciones del futuro para también satisfacer sus necesidades (Naciones Unidas, n.d.). Para impulsar este mismo, la ONU lazo la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el cual está conformado por 17 objetivos los cuales abarcan el desarrollo económico, social y ambiental. Para cumplir esta agenda, se estima que se utilicen 90 billones de dólares desde el 2015 al 2030 entre todos los gobiernos de los países participantes (Faura, 2016). El problema surge ya que a la corrupción no le interesa ni el desarrollo sostenible, ni el social, ni el económico, por sorpréndete que esto pueda sonar. Ya que a la corrupción solamente le importa el beneficio de un grupo selecto, no de la sociedad.
“La corrupción es uno de los problemas más apremiantes no sólo en Colombia sino en el mundo, por el poder que tiene de quebrantar la democracia y de deslegitimar el papel del Estado frente a los ciudadanos. Es una amenaza para la democracia y el desarrollo económico de la sociedad. Su acción invalida el precepto fundamental y constitucional de la igualdad y genera reacciones como la subversión, la inequidad, la desconfianza y la inestabilidad social, económica y política” (Gómez, 2014, p. 45).
Como menciona Gómez en su artículo, la corrupción genera inestabilidad en vez de desarrollo. La corrupción no tiene una perspectiva a largo plazo, no le importan las futuras generaciones, al menos que sea nepotismo, pero entonces solamente le importan las futuras generaciones de las familias involucradas con la corrupción.
   Uno de los propósitos del gobierno es buscar la igualdad de oportunidades en la sociedad para poder lograr una justicia social respetando los derechos humanos de cada individuo que forma parte de esta misma, y buscando satisfacer los intereses de estos miembros. Para representar a la sociedad, se escogen funcionarios públicos. Es esencial que estos sean éticos, porque si son corruptos o si se corrompen cuando entran al gobierno, todos los propósitos y objetivos que deberían de tener o prometieron, no son logrados. “No solamente se debe tratar de que los hombres sean buenos, sino de evitar que sean malos. Pero hoy es necesario ir más allá: el funcionario público es un agente moral, en virtud de que ejerce una actividad de manera permanente adscrita a órganos cuya finalidad es satisfacer las necesidades públicas” (Vargas, 2009, p. 213). Los funcionarios públicos necesitan ser ejemplos que seguir, agentes de bien y de la ética. Con intereses públicos y no privados, que busquen el bienestar imparcial de la sociedad. 
    A pesar de todo, la corrupción a veces puede tener efectos positivos en la sociedad. Este es el caso de Brasil, un país conocido por la corrupción que sufre. Durante el gobierno del presidente Lula Da Silva, el país logro crecer al 4.1%, de acuerdo con el Banco Mundial, cifras que Brasil no había logrado desde los 80s (Banco Mundial, 2017). Este crecimiento se debió en gran parte a la corrupción que existía en el gobierno. Como el gobierno estaba sumamente corrupto, había una gran estabilidad política, porque el presidente compró todos los votos del congreso (Suárez, 2015). Con esto se puede interpretar que la corrupción, aunque generalmente impida el crecimiento de la economía y sociedad, puede terminar beneficiando por un periodo de tiempo, ya que actualmente esta corrupción está creando estragos en Brasil, a la sociedad dentro de circunstancias muy específicas a pesar de todo lo que se dice de ella.
          Otro caso donde la corrupción ha logrado a ser funcional o positiva para la sociedad, es una historia muy famosa, la historia de Oskar Schindler. Schindler fue un espía y miembro del partido Nazi, pero principalmente era un empresario de mucho poder durante la segunda guerra mundial y la época Nazi de Alemania. Él era dueño de una fábrica en Polonia, la cual adquirió en 1939 cuando Alemania invadió a este país. En esta fábrica, él contaba con casi dos mil empleados, de los cuales más de mil eran judíos. Al principio Schindler defendía a sus empleados judíos meramente por cuestiones económicas, ya que los necesitaba para que su fábrica funcionara. Pero con el paso del tiempo, se dio cuenta de que no compartía todos los pensamientos Nazis, principalmente el de la exterminación de la raza judía. Por esto, el decidió ayudarlos y salvarlos de la muerte en campos de concentración utilizando la corrupción. Schindler utilizaba sobornos y diplomacia personal con los oficiales Nazis para que dejaran a sus empleados a salvo en su fábrica, y para sacar a todos los judíos posibles de los campos de concentración. A medida que avanzaba la guerra, los regalos que Schindler le tenía que dar a los oficiales iban siendo de más valor. Estos sobornos le terminaron costando su fortuna a Schindler, el cual después de la guerra terminó viviendo con el apoyo de los judíos que él logró rescatar de los Nazis. Al final, Schindler logro salvar a aproximadamente mil doscientos judíos de su muerte en campos de concentración (USHMM, n.d.).  
La corrupción es un fenómeno al cual no le importa la ética. Aunque en algunos casos en específico, esta puede terminar siendo una corrupción funcional positiva y siendo el bien mayor para la sociedad. En la mayoría de los casos no lo es. La corrupción va en contra de todo lo que propone la ética. La corrupción es una manera de vivir de egoísmo puro sin visión de largo plazo. Los fines son justificados por los medios, y esos medios muchas veces terminan siendo personas, algo que nunca se debe de hacer. Por consecuencia, las personas son tratadas como instrumentos, perdiendo sus derechos humanos, al igual que su dignidad. Diaz describe la corrupción de una manera muy precisa, “el abuso del poder público en beneficio privado” (Diaz, 2003, p. 141). En este caso, el bien menor tiene preferencia sobre el bien mayor, lo cual es un punto de vista contrario al utilitarismo y todo lo que este propone, ya que ni siquiera hay imparcialidad en la toma de decisiones. Una sociedad que esté buscando prosperar y desarrollarse sosteniblemente no puede caer en la corrupción. Al final del día, la corrupción es el enemigo público de la sociedad.






Referencias básicas:
Bautista, O. (2012). El problema de la corrupción en América Latina y la incorporación de la ética para su solución. Espacios Públicos, vol. 15, núm. 35, 2012, pp. 48-62, Universidad Autónoma del Estado de México, México. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67624803004
Diaz, A. (2003). Ética y corrupción. Lo público y la democracia. Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, vol. 10, núm. 31, 2003, Universidad Autónoma del Estado de México, México. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10503107
Gómez, D. (2014). Corrupción y colusión: asuntos del sector empresarial en Colombia. Prolegómenos. Derechos y Valores, vol. XVII, núm. 33, 2014, pp. 43-56, Universidad Militar Nueva Granada, Colombia. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87631486004
Peña, S. (2013). Reflexiones sobre la corrupción: patología mental, social, política y ética. Revista de Neuro-Psiquiatría, vol. 76, núm. 3, 2013, pp. 153-160, Universidad Peruana Cayetano Heredia, Perú.  Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=372036945005
Torralba, J. (2011). La teoría Kantiana de la acción. De la noción de máxima como regla autoimpuesta a la descripción de la acción. Tópicos (México), núm. 41, 2011, pp. 17-61, Universidad de Navarra, España. Extraído de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-66492011000200002
Vargas, J. (2009). Ética, corrupción y burocracia. Perspectivas, núm. 24, 2009, pp.209-226, Universidad Católica Boliviana San Pablo, Bolivia.   Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=425942160011
Referencias complementarias:
Banco Mundial. (2017). Crecimiento del PIB (% anual). Extraído de: https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.KD.ZG?end=2016&locations=BR&start=2003
El Nuevo Diario (2010). Ética y corrupción. Extraído de: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/69089-etica-corrupcion/
Faura, D. 2016. Por el desarrollo sostenible y contra la corrupción. El País. Extraído de: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2016/12/29/economia/1483028646_854998.html
Ley3de3. (2017). 10 tipos de corrupción grave. Extraído de: http://ley3de3.mx/es/10-tipos-de-corrupcion/
Naciones Unidas. (n.d.). Desarrollo sostenible. Extraído de: http://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml
Suárez, C. 2015. ¿Existe una corrupción buena y una mala? Tercera Vía. Extraído de: http://terceravia.mx/2015/11/existe-una-corrupcion-buena-y-una-mala/
TECHO (2017). La corrupción: un freno al desarrollo social. Extraído de: http://www.techo.org/paises/mexico/opina/la-corrupcion-un-freno-al-desarrollo-social/
Transparency International (2016). Índice de percepción de la corrupción 2016: urge abordar circulo vicioso de corrupción y desigualdad. Extraído de: https://www.transparency.org/news/pressrelease/indice_de_percepcion_de_la_corrupcion_2016_urge_abordar_circulo_vicioso_de
Transparency International. (2016). Índice de percepción de la corrupción (IPC). Extraído de: http://transparencia.org.es/indice-de-percepcion-de-la-corrupcion/
Transparency International. (2017). Corruption on the rise in Latin America and the Caribbean. Extraído de: https://www.transparency.org/news/feature/corruption_on_the_rise_in_latin_america_and_the_caribbean
USHMM. (n.d.). Oskar Schindler (versión abreviada). Extraído de: https://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=10007962

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