Dignidad de los Empleados en
la Industria Manufacturera de México
Abstract
En el presente trabajo se hablará de la industria manufacturera de
México, uno de los sectores con mayor productividad y recaudación de impuestos
del país; sin embargo también uno de los sectores con mayor discriminación
laboral, donde los obreros no son tratados como seres humanos y se les denigra
a trabajos mal pagados, con poca seguridad, sin prestaciones de ley y
comúnmente en ambientes laborales hostiles donde se tienen que estar cuidando,
ya que la empresa no lo hará, al sólo usarlos como un fin para incrementar
ingresos y nunca o rara vez como un medio productivo dentro de la sociedad.
Palabras Clave:
· PYMES, Manufacturera, Dignidad, Denigrantes,
Sindicatos Blancos, Justicia Social
Empleo, identificado como una fuente de ingresos
con la cual las personas se sienten provechosas, eficientes y merecedoras de un
salario por realizar actividades o servicios valorados por otra persona,
influyendo en la dignidad desde una cuestión psicológica al ser un
contribuyente profesionalmente obteniendo una remuneración económica que además
de confirmar la habilidad de una persona es un acceso hacía la libertad de
decisión tanto en cuestiones económicas como personales.
Reconociendo la dignidad, como punto clave,
destacando que es el respetar los derechos básicos de las personas por el
simple hecho de ser personas y no meros objetos o cosas materiales con precio
alguno, todo esto llevado a cabo desde un punto de vista universal y kantiano.
A continuación, se analizará el empleo que proveen
las industrias manufactureras en México, analizándolo desde un punto de vista
de dignidad en cuanto a la calidad de vida de los empleados; donde estos son
considerados obreros a bajo costo, y su seguridad e integridad no son
representados como una cuestión primordial, si no como una cuestión de entregar
mejores resultados económicos a dueños, accionistas e inversionistas.
Actualmente México es un considerado un país de
PYMES, donde de acuerdo al INEGI el 97.6% de las empresas son micro, pequeñas y
medianas y más del 20% son empresas manufactureras caracterizadas por ser mano
de obra económica que se va especializando en diversos sectores, tales como
tecnológico, automotriz, del vestir, entre otras industrias que atacan la base
piramidal ofreciendo empleos con largas jornadas, sueldos bajos, condiciones
laborales sin cuidado y extenuándolos de beneficios de ley, tales como IMSS e
ISSTE, lo cual resulta en atropellar los derechos humanos de los trabajadores
al no tratar a las personas como seres humanos, si no como fines que lograrán
que la empresa genere mayores utilidades que nunca se repartirán entre la base
de obreros y sin importar las condiciones de trabajo en que se encuentren,
siempre y cuando los costos disminuyan para así tener mejores ingresos como
empresa.
Se juzga y discrimina a los obreros, principalmente
al no tener estudios y creándoles una burbuja respecto a que sus posibilidades
de trabajo son pocas y que esta industria los puede acoger y representar un
progreso laboral, pero a costa de que sus derechos humanos no sean tomados en
cuenta totalmente, ya que la empresa no puede permitirse elevar sus costos, por
lo tanto, los primeros a los que pasará a perjudicar son a sus obreros.
“En el sistema histórico capitalista algunos,
sobre todo los y las occidentales, aprendimos a valorar la vida en base al
trabajo asalariado. La posibilidad de generar valor económico y productivo
mediante éste suponía el progreso. En este sistema se creó́ el mercado de
empleo para intentar resolver el problema de cómo repartir la capacidad de
trabajo de los humanos, entre procesos productivos y actividades específicas.
También para distribuir los frutos de ese trabajo entre los que trabajan de
forma asalariada y no-trabajan.” (García, 2014, 439).
De igual forma
se cuestiona el como un país espera otorgar dignidad a sus empleados; si el
52.4% de la población se encuentra en el sector informal de acuerdo al INEGI; donde
se representan empresas que contratan en base al salario mínimo, el cual no
representa dignidad alguna y menos en el sector informal al simplemente recibir
la remuneración, pero rara vez beneficios laborares de ley; sin embargo, se le reconoce
a las empresas por sus resultados altamente beneficiosos en el aspecto
económico. Donde se deja el principio de utilitarismo en segundo plano, ya que
simplemente se beneficia a una mínima parte de la población a costa de que la
mayoría viva al día y sin condiciones humanas en ocasiones.
Es en ese
momento en el que el país se considera un país de manufactura económica; con la
cual se infiere manufactura poco calificada, donde no se incita a que la
población se capacite y aprenda sobre diversos temas; temas que abarcan ámbitos
tanto profesionales como personales; si no que se propicia a que la población
no se fomente con cultura y razonamiento.
También se
conoce que existe relación entre el salario percibido y la toma de decisiones
de las personas; donde si el salario aumenta se demandarán mejores condiciones
hasta lograr un proceso formal que incluya beneficios sociales, con los cuales
además de ayudar a la sociedad en formación de empleos dignos se beneficia la
comunidad mejores y mayores espacios públicos.
“Existe una relación directa entre cambios en
el salario mínimo y cambios en los ingresos. Se desarrolla y estima una
ecuación de empleo por medio de la cual concluye que existe una alta asociación
entre empleo y beneficios sociales, los cuales pueden servir como incentivo
para que las personas se incorporen al sector formal.” (Rodríguez, 2009, 9).
Los empleados
de la industria manufacturera de México además de ser reconocidos por los bajos
salarios, empleos denigrantes y pobres condiciones laborales, también son
reconocidos por los altos índices de violencia o acoso dentro de su recinto
laboral, lo cual atenta en contra de sus derechos humanos como individuos al
sentirse presionados de forma negativa en su trabajo, obteniendo respuestas
desfavorables de sus superiores ante dicha problemática, ya que son
considerados como simples obreros y la réplica es que es su forma de trabajar y
así están acostumbrados en la empresa.
Este tipo de
problemática recurrente dentro de las empresas manufactureras representa a
mujeres, personas mayores y personas con problemas de salud como los grupos enfocados
a ser denigrados o sufrir mayor violencia laboral, lo cual afecta su rendimiento
e integridad como persona, identificando la impotencia y el olvido de los
mismos dentro de la empresa por miedo a ser despedidos y callar por necesidad
de un sueldo bajo con el que apenas viven de forma digna.
Sin embargo,
se entra en la cuestión de que un empleo es una forma de otorgar dignidad a la
persona, donde se le reconoce algún servicio que otorga, pero en contradicción
se encuentra el laborar en una empresa que no proteja la dignidad de sus
empleos y más aún que permita que el ambiente laboral sea pésimo no
reconociendo la labor que desempeñan los trabajadores.
“La
violencia en el trabajo tiene diversas formas de expresarse: agresión física,
agresión verbal, agresión psicológica, hostigamiento laboral (acoso, mobbing),
acoso sexual, discriminación en el acceso al empleo, permanencia en el trabajo,
ascenso laboral y en las remuneraciones: por edad, género, etnia, apariencia
física, discapacidad, orientación sexual.” (Acevedo, 2012, 170).
Analizando la
situación empresarial de una manufacturera desde un punto de vista de dueño o
empresario, se suele señalar como primera objeción la falta de empleos dignos
junto con prestaciones de ley y pago de impuestos; sin embargo, actualmente el
país presenta obstáculos por parte de su Gobierno, donde vuelve demasiado
complicado el realizar empresas dignas que otorgan lo justo a cada parte
involucrada; creando así un ambiente de “trampas” para disminuir la utilidad de
las empresas pero aumentar la utilidad de las Instituciones Públicas.
El Gobierno
afirma que ha generado apoyo a las PYMES, pero nunca se menciona que este apoyo
sólo cubre los primeros años de vida del negocio, ya que en cuanto a este le
empiece a ir bien y adquirir ingresos notorios el Gobierno empezará su labor de
impuestos altos que un pequeño negocio no es capaz de sostener para seguir
viviendo.
Existe una
relación entre los negocios formales y la calidad de empleo que se otorga,
dicha relación es proporcional y lineal, donde si la empresa cumple con
cuestiones legales tanto para el Gobierno como para sus involucrados, como
empleados, acreedores y clientes se fomenta un crecimiento y avance dentro del
negocio, pero si se presenta el caso opuesto de una empresa no regulada, los
empleados se sienten desprotegidos y sin ningún aval que formalmente garantice
que sus derechos serán respetados dentro de su recinto laboral.
“La
mexicana es una economía abierta; en ella, los flujos internacionales de
bienes, capitales y servicios son prácticamente libres, mientras que el
movimiento laboral internacional es penalizado. Todo ello ha elevado la
movilidad del capital y su costo en relación con el trabajo, y ha acelerado el
avance de la informalidad y el empleo precario.” (Puyana, 2013, 145).
Otra
perspectiva a analizar son los sindicatos, los cuales supuestamente están a
favor de los empleados y empleadores, al ser conexiones directas de la
comunicación y contrato entre ambas partes; sin embargo, la realidad de México
en cuanto a este tema es una totalmente distinta, ya que el sindicato o pasa a
perjudicar al empleado o al empleador, pero siempre buscando su propio
beneficio.
Al existir
“Sindicatos Blancos”, los cuales son contratados por el empresario y tienen
como líder a una persona de confianza dentro de la manufacturera se pueden
generar acuerdos con los obreros de una forma más fácil y concreta, infiriendo
que el empresario tenga mayor protección en cuanto a huelgas, clausuras o
movimientos en contra de la empresa y también beneficiando a los empleados en
que tendrán un empleo asegurado.
Sin embargo,
la ley establece que cada empresa debe contar con un sindicato, el cual debería
ser un grupo de personas de los que laboran en el establecimiento para poder
expresar sus inquietudes reales y poder crecer profesionalmente; sin embargo, el
empresario siempre trata de anteponer el bienestar de la empresa por este tipo
de sindicatos y asegura que también son beneficiosos para el empleado al poder
laborar de una forma ordenada, ya que los sindicatos ordinarios son
caracterizados por ser un perjuicio para la empresa, donde forzan en ocasiones
al negocio a cerrar durante varios días sin motivo aparente resultando en
ingreso perdido y salarios no pagados- no trabajados, lo cual se vuelve una
cadena que es difícil de romper. Desde una perspectiva ética se identifica la
postura del empresario al decidir formar su propio sindicato u otorgar el
derecho a los empleadores, poniendo en riesgo una parte de su patrimonio, donde
una parte de la población se verá afectado, mientras que la mínima parte
beneficiada, no siguiendo una postura utilitarista.
“La
distinción entre sindicatos subordinados y auténticos es esencial para la
claridad política. Más del 90% de los contratos colectivos de trabajo en México
están diseñados en primer término para proteger los intereses del patrón. Entre
más vivimos en un mundo capitalista, los sindicatos auténticos, aquellos que en
realidad representan los intereses de sus trabajadores– deben ser vistos como
un medio necesario para los que buscan un mundo más justo y democrático.”
(Hathaway, 2002, 46).
***En conclusión,
es perceptible como la industria manufacturera del país no solamente otorga
empleos, si no que un salario que beneficia a las personas y comunidad para
prosperar e ir accediendo a una mejor calidad de vida; sin embargo dicha
industria no se presenta como un sector comúnmente formalizado, donde gran
parte de los empleados carecen de dignidad al ser atropellados sus derechos por
falta de institucionalización de la empresa; tal y como el pagar impuestos por
cada empleado, donde se otorgan prestaciones de ley, IMSS, ISSTE, ambiente sano
y crecimiento personal y profesional para todos los empleados. El mayor
problema se presenta en que este no es el caso de más del 50% de las
manufactureras, si no que se busca incrementar la utilidad empresarial
sobrepasando por los derechos humanos de las personas y usándolos como un fin,
dejando de un lado la autonomía como empresarios y racionalidad ética.
Actualmente el
país enfrenta situaciones complicadas en cuanto a empleabilidad, sin embargo al
ser una de las fuentes más importantes de progreso, debería de ser uno de los
aspectos a cuidar con más detalle, donde se puedan fomentar planes para las
PYMES de manufactura en cuidado tanto de la empresa como de los trabajadores;
estos planes pueden ir desde la disminución de impuestos a pagar por cada
empleado, donde los obreros se comprometan a realizar labores eficientes a
cambio de proyectos, platicas y capacitaciones en aspectos legales,
manufactureros y personas por talleres implementados por la empresa y Gobierno,
logrando una población más educada y consiente de que el trabajo es una fuente
vital de sustento y crecimiento.
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Extraído de: https://glosarios.servidor-alicante.com/etica/dignidad-humana
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de: https://repository.uaeh.edu.mx/revistas/index.php/icea/article/view/151/147
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