lunes, 13 de noviembre de 2017

Nuevos Machismos

Mariana Benítez Ruelas-A01631217
Introducción
La conceptualización de lo masculino basada en superioridad ha generado una estigmatización hacia el género femenino muy recalcitrante, afectando en su mayoría a mujeres. Es una conceptualización que conocemos como “machismo”.
El someter a las mujeres a roles considerados inferiores para la hombría, ha establecido limites de lo que ellas pueden hacer y ser, contrarrestando su verdadera calidad de persona/humano.
El machismo manipula las relaciones sociales y sus estructuras, lo cual, históricamente, ha desfavorecido los derechos para las mujeres en todos los sentidos (económicos, políticos, sociales, etc.).  Aunque es una realidad que actualmente existe un avance en materia legal y con ello cuestiones de mentalidad (menos rígida o tangible sobre la supremacía del hombre), esto no se ha traducido en la anulación del machismo sino a un cambio en sus formas, formas que por su reciente mutación no han sido identificadas, pero que continúan siendo dañinas.
El machismo resulta un obstáculo para lograr una sociedad más ética que permita la evolución social y de la humanidad en general.
Palabras Clave:
Machismo, rol de género, masculino, femenino, mutación, perspectiva de género, inferioridad, superioridad, concepción social.

Nuevos Machismos
Deslicé la pantalla de mi celular para actualizar las noticias de Facebook y encontré un articulo sobre mi deporte favorito: golf, pero esta vez no agradable. Decía que a una chica le habían negado su trofeo en un torneo a pesar de haber superado a los hombres, su puntaje fue usado para beneficiar a su equipo (todos hombres) pero no reconocieron su victoria porque el concurso era varonil. Una controversia.
Deslicé mi pantalla nuevamente para hacer refresh y veo otro titular, que dice: “Empleados matan a su jefa en Tlaxcala”, leo que uno de los dos homicidas en ese suceso justifica su acto diciendo que “ya lo tenían hasta la madre” las ordenes de Jazmín (su jefa) una joven de 19 años. Bastó deslizar dos veces la pantalla de mi celular para recordar que 6 de cada 10 mujeres en México ha sufrido algún tipo de violencia en el ámbito comunitario, laboral, escolar y sobre todo familiar (Amnistía Internacional, 2017) . Para recordar que hace unos días leía declaraciones de artistas sobre el abuso sexual que el productor Harvey Weinstein ejerció sobre ellas. Que hace un mes confirmaron la muerte de Mara Castilla, cuyo chofer de Cabify la asesinó.
Es un panorama que contrarresta con un 80% de personas en México que considera que los hombres y mujeres deberían tener las mismas oportunidades o con un 74% que dice creer en la responsabilidad compartida en las tareas del hogar (El Universal, 2011), contrarresta con el desarrollado de igualdad de condiciones ante la ley. Porque, sí, el marco legal ha permitido la incorporación de las mujeres en todos los ámbitos y se tienen más libertades. Vemos mujeres en el congreso, empresarias, miles de mujeres estudiando y laborando o incluso saliendo solas a divertirse. Pero también los hechos como los mencionados al inicio, demuestran que aún hay un estigma de inferioridad hacia lo femenino y, por lo tanto, las personas que tienen este género, en su mayoría mujeres, no han alcanzado el reconocimiento de su dignidad, no por completo. Es decir, no se reconoce su total capacidad para tomar decisiones, establecer metas, tener conductas razonadas y ser libres -características básicas de la dignidad- (Rachels, 2006),  y de lo contrario se puede asumir que es posible ejercer un control sobre las mujeres, dando cabida al uso de ellas solamente como un medio para obtener un fin al que el hombre le dio valor.
Entonces, nos estamos sujetando a alcanzar leyes y acuerdos de papel, a tener paridad -que si bien es un instrumento constitucional importante para la equidad- nos falta intensificar el esfuerzo por humanizar la perspectiva de género (masculino y femenino) y hacer visible este esquema social que nos lastima tanto.
Se ha disminuido ese machismo duro y totalmente evidente en la superficie de la sociedad, ya no podemos ver normal el hecho de que un hombre golpeé a una mujer pero no consideramos grave el acoso sexual que sufre una mujer constantemente cuando en ambas situaciones se esta violentando el cuerpo, la intimidad, la integridad.
Me atrevo a decir que el machismo aún perdura, no con la misma forma, pero sí bajo el mismo esquema mental y de valores. Se ha modificado pero en esencia: es igual hoy que en su pasado.
Se sigue considerando que lo masculino es superior a lo femenino, y como, en esta estructura mental de percepción,  el primero le corresponde al hombre y el segundo a la mujer: se llega a concebir como natural quién de los dos tiene mas valor que el otro. Este principio del machismo tiene fuertes raíces que se originan desde la formación de las civilizaciones más antiguas, donde el único valor que vieron en las mujeres era el reproductivo, excluyéndola de roles que se consideraban mejores como la política o la guerra. Los mitos y relatos las juzgaban desde una incomprensión, creando una hermenéutica deconstructiva (Etxeberria, 2000), es decir se creó una narrativa sobre la mujer como un medio (reproductivo, de alianza, representativo de la condición social del hombre… (Bourdieu, 1991)), cuando la mujer por tener racionalidad y autonomía propias del ser humano tiene el derecho intrínseco de la garantía a esos atributos así como el hombre. La aceptación de la ciencia en los siglos más recientes, desmitificó muchas supuestas desventajas biológicas antes creídas, pero durante estos años: socialmente esta superioridad del hombre (machismo) ya había mutado a prácticas sociales respectivamente contemporáneas. No son unos cuantos los hombres machos, no es una cuestión de personalidad, se ha culturalizado y por lo tanto se vive en bastantes formas de  interrelación. Presentamos una violencia simbólica, violencia amortiguada, invisible e insensible (Bourdieu, 1999) que incluso la víctima no percibe porque la confunde con el esquema social “normal” o “debido” que realmente se ha creado bajo esa forma de dominación. Los procesos sociales están marcados por el machismo, por la sobrevaloración de lo masculino, a lo que se le relaciona el éxito que se deriva de capacidades superiores, un carácter fuerte y que no valora lo intangible como la sensibilidad.
El machismo no es exclusivo de los hombres, es de quienes crean que existe inferioridad en lo femenino. El problema parte de querer añadir características estrictamente para un solo genero “masculino” o “femenino” pero incluso la mayor gravedad se encuentra en hacer una presión social ante los hombres para que se inserten exclusivamente en lo masculino y las mujeres a lo femenino; cuando naturalmente, se pueden tener características de ambos géneros, la diferencia entre ellos y su asignación es una concepción social. Prueba de ello, además de los hechos científicos, son las culturas como la tribu Mosuo –China- (Solís, 2014) o Wodabee –Sáhara- (Drury,2015) donde la “dominación” no la ejerce en barón, sino la mujer.
Si continuamos con la idea de que existe una supremacía por parte de lo masculino, continuaremos adoptándola en todas las prácticas de la sociedad en la actualidad y en el futuro, continuará mutándose. Seguiremos inhibiendo la expresión de la intimidad tanto de hombres y mujeres por prevalecer la presión de los roles de género que cada uno debe cumplir, donde las mujeres se verán más vulneradas.
Analizando la transformación del machismo en la actualidad, un espacio que evidencia mucho los pensamientos de la sociedad son las redes sociales y los medios de comunicación. En noticias como las mencionadas al inicio, el impacto es doble: primero los daños manifiestos del machismo y en segundo lugar ver los comentarios de los usuarios que secundan tales daños. Es común que por temor social no se asuma que se es “machista” así que se eximen directamente de ello con un: “no es por ser machista o justificar lo sucedido pero…”  y continúan con una opinión que contradice totalmente el primer párrafo de su opinión. Como parte de esta mutación del machismo la “culpa” sigue siendo de las mujeres en todos los casos, aunque sea mínima pero siempre existe, porque fue su responsabilidad salir a esa hora de la noche, vestirse de esa forma, no decir nada ante un abuso sexual se toma como complacencia.  Hablar y defender la dignidad que le corresponde al género femenino, se toma como exageración, falta de sentido en el humor, conveniencia, querer “llamar la atención” una búsqueda de obtener ventajas sobre el hombre, una ofensa a la igualdad en la sociedad.
Todo acto de violencia (sexual, de derechos humanos, discriminativa, psicológica, física) incluso la que llega al homicidio se “minimiza” al tratarse de una mujer, nuevamente tiene parte de culpabilidad aunque sea la víctima y nuevamente la exposición del caso es un intento de obtener ventajas, de ser banalmente especiales (mujeres).
Puedes estudiar y desarrollar vida laboral, pero los roles de maternidad no pueden deslindarse y tampoco las características femeninas (inferiores) que forzosamente debes poseer. Por eso, es más difícil sobresalir en el mercado laboral, de tener credibilidad y capacidad para tener una familia además de un trabajo.
En los medios vemos cómo es importante saber si Jennifer Anniston por fin está embarazada y no los retos que le significaron hacer su más reciente película, vemos mujeres que logran significativos avances en su área pero una de las primeras preguntas en una entrevista es cómo lidia con sus hijos. Porque actualmente es una realidad social, así como es una realidad que ese tipo de interrogatorios o temas no se relacionen con los hombres, quienes tienen capacidad para compartir las labores de cuidado (las cuales no tienen que ser menospreciadas).
Pero nunca es un problema en la perspectiva de género, mucho menos está relacionado con el machismo, basta con observar críticamente la forma en la que nos relacionamos y lo que opinamos de ello.
  
Conclusiones
Hay que visibilizar las nuevas formas de machismo que arraigamos hasta la contemporaneidad, no hay que soltar el avance que muchas mujeres y hombres han logrado para generar equidad.
No hay que tener miedo a reconocer que nos falta mucho para redefinir la masculinidad y feminidad a una que pueda humanizarnos, no restringirnos. A una que nos garantice dignidad y posibilidad de expresar nuestra intimidad sin oprimirla a concepciones sociales que nos han brindado estos problemas éticos que se transmiten a hechos crudos como los feminicidios, la homofobia o cualquier violencia de género.
Debemos evidenciar el problema pero también estar listos para guiar las acciones con una congruencia que nos permita alcanzar equidad, apegarnos a la ética es una buena guía.

Conclusión proyecto: Violencia a Mujeres en el Transporte Público
La arquitectura y en general los espacios públicos como plazas o el transporte son un reflejo de la sociedad, de lo que sucede dentro de nuestro esquema de pensamiento, valores y nuestra dinámica para relacionarnos. Desde que yo recuerdo, he tenido una mala impresión del transporte público en México por lo que desarrollé mi vida en la ciudad en auto al tener la oportunidad, pero esto, al sucederle a muchas otras personas en el país- y a otras a pesar de su mala impresión verse en la necesidad de usar el transporte público- nos habla de un foco rojo en la justicia social, puesto que el bienestar de la persona esta siendo determinado por su poder adquisitivo.
Incluso, tanto las personas que tienen o no auto, se ven limitadas en sus alternativas de transito por una inexistencia de infraestructura (como bicirutas, por ejemplo) o un mal estado de ellas, debilitando así su derecho a circular la ciudad y poniendo en peligro su integridad.
Lo que se vive día a día en el transporte público es indignante, las personas viven en un constante estrés por protegerse, como mencioné se reflejan problemas de la sociedad en ese espacio. La “normalidad” percibida en los atacantes y de algunas victimas al no respeto de su espacio personal, de su cuerpo (acoso sexual), de sus pertenencias, de su realización de planes de vida (llegar puntual al trabajo, escuela, o vivir) , muchas veces porque a ellos no les respetaron esto a lo largo de su vida; es un asunto que debemos resolver con urgencia. Las mujeres son aún muy vulnerables en este espacio público, porque en México se siguen percibiendo sin su completa calidad de persona.
Como mencioné, solo algunas victimas normalizan esta situación, existen las personas que reclaman ese respeto y esa garantía que no se les ha otorgado y existen personas que comprenden la necesidad de humanizar los espacios, que realmente son una herramienta para transformar positivamente a las personas que coexisten en ella.

Referencias:
Básicas
Daros, William Roberto. «La mujer posmoderna y el machismo». Franciscanum 162, Vol. lvi (2014): 107-129.
Etxeberria. (2000). La rebelión de Antígona. En Masculino/Femenino(36-39). Bilbao: U. de Deusto.

Falcón O'Neill, Lídia. Los nuevos machismos. Madrid, ESPAÑA: Editorial UOC, 2014. ProQuest ebrary. Web. 15 September 2017.
Marina Castañeda. (2002). El machismo invisible: un enfoque interpersonal. n/h: Taurus.
Octavio Giraldo. (1972). El machismo como fenómeno psicocultural. Revista Latinoamericana de Psicología, 4, 295-309. http://www.redalyc.org/pdf/805/Resumenes/Abstract_80540302_2.pdf
James Rachels. (2006). Kant y el respeto a las personas. En Introducción a la filosofía moral(204-212). México: Fondo de la Cultura Económica.

Pierre Bourdieu. (1999). Preámbulo. En La dominación masculina(11-15). España: Anagrama.


Complementarias
Amnistía Internacional. (2017). Declaración sobre Mara Castilla. 2017, de Amnistía Internacional Sitio web: https://amnistia.org.mx/contenido/mexico-declaracion-sobre-mara-castilla/

Castillo, Wili Quintero. "Machismo: a sexual and reproductive health risk."
Women's Health Journal, Apr.-June 2003, p. 61+. General OneFile, go.galegroup.com/ps/i.do?p=ITOF&sw=w&u=itesm01&v=2.1&id=GALE%7CA112167802&it=r&asid=f17d47896cd37a4ea011895876342efe. Accessed 15 Sept. 2017

El Universal. (2011). Encuesta revela que persiste el machismo y la discriminación. 2017, de El Universal Sitio web: http://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/184056.html


María del Mar Solís Fresco. (2014). Los Mosuo: el último vestigio de matriarcado en China. 2017, de Vintun Sitio web: https://enchinadas.wordpress.com/2014/04/11/los-mosuo-el-ultimo-vestigio-de-matriarcado-en-china/


n/a. (Septiembre 28, 2009). Pierre Bourdieu - La Dominación Masculina  1991- Parte 2 HD [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=q-1cnpJm7T4

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