martes, 14 de noviembre de 2017

Sebastián Cedeño - Ensayo Final

Sebastián Cedeño González
A01227809
Dicotomía Falaz: El dilema de los roles de género
Introducción
La desigualdad de género es un problema que ha existido desde el inicio de la humanidad (Balter, 2015), y siglo con siglo, la existencia del problema se acentúa cada vez más. Y aunque todavía existen países que tratan a la mujer como un ser inferior (Islamic Sharia Law, s.f.), el debate que debe hacerse sobre el tema va más allá de estos; que algunos países denoten más la desigualdad de género que otros, no significa que ésta no exista en sociedades más avanzadas; en la mayor parte de las sociedades occidentales se tienen leyes que sirven para ayudar a la igualdad de género de una manera formal y sustantiva, buscando que tanto hombres como mujeres sean iguales ante la ley. (Postigo, 2016) A pesar de todo esto, existe un mayor problema, y es que los roles de género todavía juegan un gran papel en la sociedad, los roles de género son preconcepciones sociales que fomentan el desarrollo de estereotipos entre hombres y mujeres. Los roles de género afectan tanto en lo laboral como en lo social; influyen en la toma de decisiones de vida de cada individuo. Pueden ser la raíz de uno de los problemas sociales más notorios en la actualidad.
            El género masculino es conocido como el género que tiene toda la ventaja, mientras al género femenino se le atribuye la desventaja social; pero lo interesante es ver cómo los roles de género ayudaron a generar dicha situación social. Existen argumentos que afirman o refutan la idea de que el hombre tiene ventaja sobre la mujer; pero la mayoría de estos terminan surgiendo del tema de los roles de género, que van de la mano con los estereotipos de género; los estereotipos de género son normativas que se forman que se forman sobre las personas de acuerdo a su nacionalidad, posición social, profesión, situación económica, y especialmente su sexo (Ramírez, Villaseñor, del Refugio, Ocampo, Mendoza, Romo, Alcántar, Pelayo, 2014, p. 14); los roles son las funciones, los estereotipos son lo que se “debe ser”, por eso, los estereotipos de género son los causantes de la desigualdad entre hombres y mujeres. Los roles de género son uno de los obstáculos que tiene la sociedad para poder progresar; si no se elimina la idea de que los hombres y las mujeres nacieron para cumplir papeles inherentes y distintos, no se podrá alcanzar la igualdad de género.
Los estereotipos de género crean ideas en la sociedad que pueden volverse atentados contra la dignidad de cada individuo; si cierto individuo no es capaz de cumplir su función, se le verá como menos valioso; en otras palabras, si un hombre no es lo suficientemente masculino, o una mujer no es lo suficientemente femenina, se le menospreciará y juzgará. Estos roles afectan a todos, ya sea positiva o negativamente; la escala en que alcanzan los roles de género es mundial, no importa en que parte del mundo se busque, la mujer nació para llenar una función, y el hombre otra. Y si se planteara, de manera hipotética, que la mayor parte de las personas no tienen problemas con el rol que tienen que llenar y que sólo una minoría tuviera conflicto con los roles de género, estas últimas no podrían sentirse como humanos completos, por ende, no estarían recibiendo la dignidad que por derecho deben de tener, de acuerdo con el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, 1948).
Palabras Clave (Key words):
Roles de género, Desigualdad de género, Masculinidad, Discriminación, Derechos Humanos.


Desarrollo
            La sola naturaleza de los estereotipos de género trae consigo beneficios y desventajas. Las problemáticas que brindan son tan amplias, pues dichos roles siempre estuvieron y están presentes en todas las civilizaciones, son los causantes de actos horribles como la ablación del clítoris en varias culturas africanas (Gómez-Robledo, 2015); los que causan que en el Medio Oriente, las mujeres sean básicamente ciudadanas de segunda clase (Islamic Sharia Law, s.f.); los que establecen que en algunos países los hombres deban cumplir un servicio militar obligatorio, que eventualmente los puede llevar a perder sus vidas en un combate en el que ni siquiera se querían ver envueltos; y muchos ejemplos más que existen para mostrar las injusticias que causan los roles de género. Es sencillo reconocer los estereotipos de género en la sociedad, pero difícil hablar de su origen, pues es confuso entender y reflexionar de donde surgieron, y por qué siguen tan presentes; si no se conoce, o por lo menos, entiende la raíz del problema, será muy difícil de proponer una solución. Y no existe un mejor punto de partida que la psique humana.
Parte de los conceptos generales que son ciertos acerca de hombres y mujeres es que son diferentes biológicamente; además de las diferencias físicas más obvias, también se pueden evaluar aspectos en la mentalidad (sin tomar en cuenta el contexto social) de cada género que puedan explicar por qué se generan roles para cada género, por qué se ve al hombre como el que debe de ser proveedor, mientras la mujer debe ser servicial. En el estudio realizado por Gartzía, Arizeta, y Balluerka se da a entender que hay una diferencia en la mentalidad de cada género, “…las mujeres tienden a mostrar puntuaciones superiores en las ramas de atención y expresión emocional y los hombres en las ramas de regulación…” (Gartzia, Arizeta, y Balluerka, 2012, p. 567) Los hombres tienden a tener una inteligencia más relacionada con funciones, mientras que las mujeres tienden a ser más emocionales. Un estudio realizado por Richar Lippa reafirma esto, al comparar a los hombres y mujeres en las categorías conocidas como Cinco Rasgos, que son cinco factores relativamente independientes: extraversión, amabilidad, escrupulosidad, neuroticismo y apertura a experimentar. “La amabilidad y el neuroticismo son los Cinco Rasgos que muestran la diferencia de género más grande. Con las mujeres teniendo resultados más altos en estos rasgos. Las diferencias de género en otros de los Cinco Rasgos fueron pequeñas por magnitud, pero las mujeres tendieron a tener resultados más altos en todos los aspectos.” (Lippa, 2010, p. 1105)
A pesar de que ambos estudios hablan de las diferencias de una manera más imparcial, ninguno realmente reflexiona sobre los estereotipos de género. Un estudio realizado por Rocha Sánchez y Ramírez de Garay ayuda a ir más a fondo, al hablar de cómo el tipo de inteligencia es considerada positiva o negativamente de acuerdo con el género de la persona. “Las diferencias son especialmente notorias en el caso del rol instrumental caracterizado por conductas como llevar el control de la relación, que para las mujeres se relaciona con la presencia autoeficacia, mientras que para los hombres se relaciona con la falta de autoeficacia. Por el contrario, el rol expresivo se relaciona con autoeficacia tanto en hombres como en mujeres.” (Rocha Sánchez, Ramírez de Garay, 2011, p. 465) Aun así, el estudio también decide no ir a fondo con lo que establece.
            Habiendo puesto las diferencias de una manera técnica, ninguno de los estudios pudo realmente concluir la cuestión que es importante sobre los estereotipos de género. ¿Son innatos o se inculcan? Si se mira a la manera en que los roles juegan en el reino animal, se puede asumir que los roles de género son inherentes; se puede ver que las funciones biológicas en los animales son el factor principal de estos. Aunque cabe destacar que el rol que juegan el género masculino y femenino varia de especie a especie; hay especies donde se podría considerar al macho como el “dominante”, hay caso donde la hembra es la que juega el rol de género superior, e inclusive unas donde realmente no se le puede designar el título de superioridad a ninguno.  (Enrique, 2012)
            La diferencia entre los humanos y los animales erradica en que los humanos desarrollan un nivel de conciencia mucho más notorio. Muchas veces denominados como seres superiores, se pensaría que, al desarrollar la conciencia, los roles de género actuarían de manera diferente; no al grado de no existir, pero de una manera en que, si una persona lo desease, pudiera trascender más allá de los roles de género sin perder su rol esencial como persona en la sociedad. Pero la realidad es algo muy diferente, los roles existen al grado en que en general tanto hombres como mujeres tienen funciones específicas que creen deben de cumplir, despojándolos de cualquier autonomía que puedan tener; definiendo la autonomía como la capacidad que posee una persona de decidir cómo vivir su propia vida, sin sucumbir a lo que dicen los demás, y tampoco a los instintos. (Cortina, 1996, p. 6)
Una investigación hecha en México por Aguilar Montes de Oca, Valdez Medina, González-Arriata López-Fuentes, y González Escobar en 2013 trató de investigar cuales son los estereotipos de género en la cultura mexicana. “…múltiples culturas adoptaron una forma específica de organización de la división sexual del trabajo. Según esta, le correspondió a la mujer el espacio del hogar por su capacidad para gestar y amamantar a los hijos debido al cuidado que estos requieren, se le asignó el tiempo en que era imprescindible su presencia, e incluso más.” (Aguilar Montes de Oca, Valdez Medina, González-Arriata López-Fuentes, González Escobar, 2013, p. 208) Partiendo de esta tesis, se realizó la investigación de campo de varios individuos, tanto hombres como mujeres, donde se les preguntó acerca de los roles que se deben cumplir de acuerdo con el género. Los resultados fueron
 Respecto a la pregunta ‘A los hombres de mi país les toca ser y hacer’, los resultados muestran 53% de concordancias entre hombres y mujeres, al indicar que a los hombres les toca trabajar, ser responsables, ser padres, honestos, respetuosos, profesionistas, estudiantes y amigos, mientras que difieren en 47% al indicar los hombres que a ellos les corresponde amar, ser fuertes, ayudar, ser amables, emprendedores, inteligentes y libres; las mujeres a su vez indican que a los hombres les toca proteger, ser proveedores, apoyar, cuidar, ser fieles, comprensivos y amorosos. (Aguilar Montes de Oca, Valdez Medina, González-Arriata López-Fuentes, González Escobar, 2013, p. 212)
…en la pregunta “A las mujeres de mi país les toca ser y hacer”, los resultados por sexo coinciden en 66% al indicar que a las mujeres les toca ser trabajadoras, madres, responsables, profesionistas, estudiantes, amorosas, amas de casa, emprendedoras, inteligentes y honestas. Por el contrario, difieren en 37% ya que los hombres señalan que a las mujeres les toca ser fieles, comprensivas, sumisas, amigas y amables, en tanto que ellas refieren que a ellas les toca ser independientes, esposas, luchonas, educadas y respetadas. (Aguilar Montes de Oca, Valdez Medina, González-Arriata López-Fuentes, González Escobar, 2013, p. 213)
Lo interesante de la investigación es ver lo que hombres y mujeres asumen sobre su rol de género, asumen que el otro género debe cumplir con una función generalmente relacionada con el servicio, mientras rechazan la idea de que su propio género es completamente responsable del otro. Los hombres demandan dependencia por parte de las mujeres, mientras las mujeres demandan hombres que las suministren y protejan. La dependencia de las mujeres puede surgir de la idea que necesitan un hombre les provea lo que necesitan, y al mismo tiempo este deseo se contradice considerando que una mayoría de mujeres afirmó que les toca ser independientes. En su artículo, La construcción social de la masculinidad: poder, hegemonía y violencia, Grollmus expresa de manera perfecta una frase que podría explicar el por qué cada género tiene expectativas y demandas tan distintas, “…las desigualdades entre hombres y mujeres no están originadas por una diferencia sexual supuestamente natural, sino porque nos hemos encargado de sexualizar nuestros cuerpos, nuestro espacio y nuestra historia en sistemas dicotómicos, como una forma específica de ordenar la sociedad.” (Schongut Grollmus, 2012, p. 30)
Uno de los campos donde se destaca la existencia de los roles de género es en el ámbito académico; se ve que las mujeres estudian carreras que no brindan tanto estatus social, y por lo general tienen que ver con el área de humanidades (principalmente educación y diseño), mientras que los hombres eligen carreras que usualmente son mejor pagadas, como las ingenierías. Los hombres también predominan en carreras como teología o relacionadas con la música, pero usualmente estas no se ven como carreras importantes, y se les relaciona con poco estatus social. Los roles de género establecen que el hombre debe ser el que genere dinero para poder mantener una familia, mientras que la mujer se encargue de cuidar esa familia; se puede comparar esta afirmación con lo ya mencionado sobre las carreras que usualmente son elegidas por hombres y mujeres. Es importante destacar los roles que toman hombres y mujeres en el campo educativo, pues se pueden contrastar con los roles que toman en la sociedad en general (Ramírez, 2016).
Claramente hay un rol de poder que el género masculino está tratando de dominar. Es necesario destacar la masculinidad de la feminidad cuando se habla de desigualdad de género, pues uno de los roles de género involucra el que el hombre este en una constante búsqueda para ganar estatus, pues esto dictan los roles de género. Entones, la búsqueda de poder del hombre lo hace a su vez buscar superioridad, a costa del género femenino, e inclusive de su propio género; esto lidia a una estructura en la sociedad donde el hombre termina siendo beneficiado por su rol de género. (Fontela, 2008) “Las bases de esta inequidad estructural entre los géneros son difíciles de reconocer ya que a menudo aparecen como neutrales en cuanto a género refieren, pero sin duda que no lo son, en tanto es posible evidenciarlo en los efectos que producen.” (Schongut Grollmus, 2012, p. 30)
Los estereotipos de género van en contra de conceptos que ya se discutieron, como la autonomía, los derechos humanos, y la igualdad de género sustantiva. Pero también van en contra de la dignidad humana, si se define como la cualidad que tienen todos los humanos, y que los hace dignos de todo respeto. (Cortina, 1996, p. 16) Al verse a las personas por su rol, se les está viendo como un medio, y no como un ser completo. Volviendo a lo que decía el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: todos los seres humanos deben ser tratados con respeto y dignidad. Entonces los roles de género son un problema ético desde la perspectiva de la dignidad, y derechos humanos.
Los roles de género no son algo completamente malo; si surgen desde la naturaleza, debe ser porque sirven un propósito; y la razón por la que se menciona esto, es que, para comenzar a lidiar y tratar de brindar una solución a la desigualdad propiciada por los estereotipos de género, hay que reconocer que erradicar los roles de género por completo no puede ser una solución viable. Los roles están presentes en la psique humana a un nivel tan profundo, que deben surgir de algo más allá de las construcciones sociales. Habiendo dicho esto, la mejor solución recalca en la disminución de los prejuicios sociales; las personas deberían trabajar de manera ardua para poder decrementar cada vez más la idea de que se nació para cumplir un rol específico en la sociedad, pues los seres humanos deben ser autónomos. Si una mujer decide no ser madre, ser emprendedora, y tener un carácter dominante, debería ser vista como mujer de la misma manera que una mujer que decida hacer lo contrario; la misma lógica debe ser aplicada para los hombres. Los roles de género son parte de un problema amplio y ambiguo que requiere una solución amplia y ambigua.
Conclusión
Los estereotipos de género afectan de diferentes maneras; privando a los individuos de alcanzar ciertos objetivos debido a las preconcepciones sociales que establecen que hay roles ya establecidos para hombres y mujeres, desatando una desigualdad social que dificulta el que hombres y mujeres sean vistos como iguales; así, se atenta contra la dignidad de las personas, pues son tratados de manera diferente debido a su género, estableciendo que hay un género superior en diferentes ramas de la sociedad, y por tanto uno inferior. También el hecho de que exista una presión social para que cada género adopte cierto rol puede llevar a la disconformidad, que en sí lleva a la infelicidad. Los estereotipos de género son la causa de la desigualdad de género, y por ende, detienen el desarrollo social.
Los datos recolectados y las experiencias vividas durante el proyecto de SEDATU ayudaron a presenciar en persona las consecuencias de la desigualdad de género. Los estereotipos de género afectan tanto a hombres como mujeres; desde la manera en que las mujeres tienen tan normalizado el rol de que deben aguantar el acoso que sufren por parte de los hombres, hasta los hombres, que sienten que tienen algún derecho de cosificar a la mujer. Lo bueno fue ver que había personas que pretendían romper las normas y no seguir estereotipos. Aunque es una tragedia ver como lo explicado en este ensayo se refleja en la vida cotidiana, eso no debería detener a la gente de tratar de hacer un cambio.

Bibliografía
* Bibliografía básica (5 artículos científicos sobre ética o libros sobre ética):
Aguilar Montes de Oca, Y P; Valdez Medina, J L; González-Arratia López-Fuentes, N I; González Escobar, S; (2013). Los Roles de Género de los Hombres y las Mujeres en el México Contemporáneo. Enseñanza e Investigación en Psicología, 18() 207-224. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29228336001
Gartzia, L; Aritzeta, A; Balluerka, N; Barberá, E; (2012). Inteligencia emocional y género: más allá de las diferencias sexuales. Anales de Psicología, 28() 567-575. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=16723135028
Lippa, R. (2010). Gender Differences in Personality and Interests: When, Where, and Why?. Social and Personality Compass, 4(11), 1098-1110. Recuperado de http://sci-hub.cc/10.1111/j.1751-9004.2010.00320.x
Rocha Sánchez, Tania Esmeralda, & Ramírez De Garay, Rosa María. (2011). Identidades de género bajo una perspectiva multifactorial: Elementos que delimitan la percepción de autoeficacia en hombres y mujeres. Acta de investigación psicológica, 1(3), 454-472. Recuperado en 12 de septiembre de 2017, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-48322011000300007&lng=es&tlng=es
Schongut Grollmus, N; (2012). La construcción social de la masculinidad: poder, hegemonía y violencia. Psicología, Conocimiento y Sociedad, 2() 27-65. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=475847408003
* Bibliografía complementaria (fuentes no científicas):
Balter, M. (2015). Did secual equiality fuel the evolution of human cooperation?. Science. Recuperado de http://www.sciencemag.org/news/2015/05/did-sexual-equality-fuel-evolution-human-cooperation
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. (2013). Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres. Recuperado de https://www.uv.mx/uge/files/2014/05/Ley-General-para-la-Igualdad-entre-Mujeres-y-Hombres.pdf
Cortina, A. (1996) La vida moral y la reflexión ética. Madrid: Santillana
Enrique. (2012). Roles de género: El papel del padre. Recuperado de http://educacion-enrique.blogspot.mx/2012/12/roles-de-genero-el-papel-del-padre.html
Fontela, M. (2008). ¿Qué es el patriarcado?. Recuperado de http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1396
Gomez-Robledo, M. (2015). Es imposible describir el horror de la mutilación genital femenina. El País. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2015/08/07/actualidad/1438918595_172786.html
Islamic Sharia Law. (s.f.). Sharia Law. Recuperado de http://www.billionbibles.org/sharia/sharia-law.html
ONU. (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Recuperado de http://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/
Postigo, C. (2016). Países con más igualdad de género del mundo. Recuperado de https://cursos.com/paises-igualdad-genero/
Ramírez, N. (2016). ¿Cuáles son las carreras dominadas por los hombres y las mujeres y qué sueldos reciben?. Recuperado de http://www.emol.com/noticias/Nacional/2016/07/18/812706/Cuales-son-las-carreras-dominadas-por-los-hombres-y-las-mujeres-y-que-sueldos-reciben.html
Ramírez, Villaseñor, del Refugio, Ocampo, Mendoza, Romo, Alcántar, Pelayo. (2014). Derechos Humanos de las Mujeres. Recuperado de https://miscursos.tec.mx/bbcswebdav/courses/GDA.H1018.9.1713.6514/GDA.H1018.7.1713.6512_ImportedContent_20170801104017/4%20Derechos%20Humanos%20definitivo.pdf
Schalkwijk, B. (2013). La Igualdad de Género. ONU Mujeres. México.



             

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