lunes, 13 de noviembre de 2017

La denigración y violencia contra la mujer en la música latina contemporánea

La denigración y violencia contra la mujer en la música latina contemporánea
 Daniela Ruesga
La banda sinaloense (también conocida como tambora sinaloense), es un género de música mexicana, en la que se mezclan aspectos del sentir de la sociedad y expresadas en música de carácter alegre (“Breve historia de la banda sinaloense”, s.f). Por otro lado, el reggaetón es un estilo de música latina que su origen se asocia a Puerto Rico, de carácter urbano y centrado en la juventud y muy relacionado con el estilo de baile perreo (El reggaetón, s.f).
Ambas corrientes musicales, se caracterizan por tener algunas canciones en las que se hace alusión a las mujeres como objetos sexuales sin más. El propósito de este ensayo es crear conciencia sobre la situación actual de violencia contra las mujeres en México y relacionarla con el tipo de música que se propaga por el ambiente cotidiano y que probablemente esté predisponiendo a las próximas generaciones a la violencia.
Por dignidad humana, entendemos que es “el derecho que tiene cada uno de ser valorado como sujeto individual y social, en igualdad de circunstancias con sus características y condiciones particulares por el simple hecho de ser persona” (Peralta, 2016), en el análisis que haremos posteriormente, descubriremos  que en algunos casos, la música que nos rodea nos propone algo completamente contrario, haciéndonos ver a la mujer como un objeto y no como un ser individual con razonamiento y capacidad de decisión.
Palabras clave (Key words): Música contemporánea, mujeres, violencia, cultura, desigualdad, sexualidad, dignidad, Derechos Humanos, Justicia Social.
1. Notas que van tejiendo la cultura: la influencia de la música sobre la sociedad
2. Problemática actual de la mujer en América Latina, en rasgos generales
3. Música que perpetua la violencia: reggaetón y banda
La música es una especie de cuentacuentos, en sus diferentes estilos y ritmos, presenta historias de lo más variadas: amor, decepción, dolor, pasión, entre otras; estos relatos, posiblemente, son con los que algún porcentaje de la población podría sentirse identificada o que de alguna u otra forma, son aceptados por una gran parte de la población y adquiere fama puesto que se escuchan lo suficiente para alcanzar cierta popularidad y tener todavía un mayor alcance.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando la música que está de moda atenta específicamente contra un grupo de la sociedad o, mejor dicho, contra todo un género?, ¿Cuándo la letra de las canciones que constantemente se repiten en la radio promueve la violencia? A pesar de que la respuesta más adecuada a estas preguntas sería “rechazo” podemos notar que en nuestro país no ha sido así; tanto la banda como el reggaetón están lejos de desaparecer del mercado musical en mucho tiempo, mientras que a su paso se están encargando de construir un legado para las próximas generaciones.
El respeto a la dignidad de las personas es esencial para el desarrollo armónico de una sociedad, pues significa que todos sus miembros son importantes, no haciendo a unos menores que otros y dejando espacio para que entre todos se pueda construir de mejor manera la sociedad. Pero cuando las tendencias musicales apuntan hacia el lado contrario, es muy probable que nos encontremos lejos de una verdadera igualdad y consideración por los Derechos Humanos. Por lo tanto, el problema no está en los que se dedican a producir la música, sino en nosotros como consumidores, pues alentamos a que se sigan escribiendo éxitos con mucha violencia de por medio.
La música está siempre presente y es muy probable que, por lo menos en nuestro país, no haya un lugar donde no se conozcan cuáles son las canciones más famosas. Pero ¿cuál es el problema de la fama de esta música? Podemos quedarnos con la idea de que, a pesar de que esté de moda y se escuche, es muy distinto poner en práctica lo que dice la letra. Esto podría ser muy lógico para una persona adulta, sin embargo, hay quienes sí pueden ser influenciados por lo que constantemente se repite: los niños y los jóvenes. La música tiene un papel importante en el arraigo de la cultura:
la música por siempre ha tenido un rol fundamental en el aprendizaje y la transmisión de la cultura y ha llegado a influir en las costumbres y emociones de las personas, así como en las tradiciones de un país o región, de ahí que el ascendiente que ha ejercido en los adolescentes y las adolescentes ha sido motivo de preocupación para la sociedad y las familias (Castro y Morales, 2013, p. 238).
De esta forma, para quienes desde temprana edad están en contacto con este tipo de música, no es difícil creer que en etapas posteriores de su desarrollo ya tengan ideas predispuestas. La música se convierte para los más jóvenes en un parámetro sobre lo que está bien o no, y terminan aportando a la sociedad aquello que alguna vez les fue dado, convirtiéndose en colaboradores de la violencia.
Ahora bien, en pleno siglo XXI, en nuestro país sigue habiendo disparidades entre ambos géneros: mujeres que no pueden acceder a puestos más altos por el simple hecho de ser mujeres, o que tienen menor acceso a la educación (Camarena, Saavedra y Ducloux-Saldívar, 2015, p. 80). Que no haya igualdad de oportunidades indican un sexismo presente en la sociedad: ¿Por qué una mujer no tendría las mismas oportunidades educativas que un varón?, ¿qué la hace diferente?, ¿por qué se tendría que considerar menos? Estas diferencias en la falta de oportunidades para las mujeres, ha ocasionado durante mucho tiempo que la mayoría de los trabajos de altos mandos están ocupados por varones y los puestos con baja competitividad pertenecen a las mujeres (Camarena, Saavedra y Ducloux-Saldívar, 2015, p. 82).
Estos datos no están lejos del tema principal, que es la música, puesto que estereotipos como el que la mujer debe encargarse de satisfacer las necesidades del hombre, muy presente en algunas canciones, están ligados con que no se les considere lo suficientemente capaces para poder ocupar un puesto competitivo.
Ahora, volviendo la vista hacia el contenido de las canciones, podemos decir que no toda la música de banda es misógina, sin embargo, cuando el tema recurrente en las canciones más sonadas perpetua aquellos temas de la sociedad mexicana que están mal y violan los derechos de otras personas, como a la no discriminación, así como su dignidad y bienestar, no debería promocionarse puesto que motiva a que estos problemas no desaparezcan, sino que sean signo de dominación masculina. Canciones de banda que se volvieron muy famosas, como “El tierno se fue” o “Y ahora resulta” tienen mensajes directos en los que se hace alusión a violencia sexual, frases de desprecio hacia la figura femenina de la canción e intimidación:
[…] se justifican y ritualizan distintos tipos de violencia contra las mujeres. Se mantienen los estereotipos de género: hombres infieles, dominantes, proveedores y demás, así como mujeres en roles de objeto sexual, pasivas, sumisas, entre otras características propias de una cultura en la que aún prevalece la dominación masculina (Bourdieu, 1998). (Araiza y González, 2016, p. 153).
Algunos fragmentos de la canción de banda Y ahora resulta, incluyen frases como “Te compre ropa y bolsa de diseñador, unos lentes con brillantes incrustados, te puse pechos, te puse nalgas y una cintura dónde tu tenías llantas […] Y ahora resulta, que te sientes el más bello monumento, fuiste una mala inversión y me arrepiento […] Ahora resulta muñequita ahora resulta, maldita p***, antes de mi tú no eras nada!” (“Letra de y ahora resulta”, s.f). Por increíble que parezca, según el portal de YouTube, el video que acompaña a esta canción tiene más de 96 millones de visualizaciones. La población de México, en 2015 fue de 119,530,753 millones de habitantes (INEGI, 2015); las mismas cifras nos pueden llevar a pensar en la aceptación que tiene este tipo de canciones es de más del 50% de los habitantes.
Ahora bien, el reggaetón se muestra como otro género, igual que la banda, que hace alusión recurrente al sexo desde la perspectiva de un hombre dominador: la mujer como algo causa placer; al volver a la mujer un algo en lugar de ser alguien, se atenta contra su dignidad, al considerarla como un algo y no un alguien, que debe cumplir con las expectativas del otro y no las propias. De la misma manera que se puede mencionar con la banda, el reggaetón no es el culpable de los problemas actuales, sin embargo, es un espacio donde los jóvenes se reúnen y encuentran un espacio donde encajan, y se influencian de lo que se propone:
La cuestión es que la sexualidad que muestra y promueve la industria musical a través del reggaetón se muestra, principalmente, como una forma de diversión, sin responsabilidades y sin consecuencias negativas, en la que la imagen de la mujer intensifica un rol sumiso y de objeto sexual, lo cual crea un discurso superpuesto (Martínez, 2014, p. 66).
 Ambos estilos musicales, como se ha dicho previamente, es muy probable que no sean la causa principal de la violencia, pero se encargan de reforzar la lamentable situación que experimentan las mujeres en el país: los tipos de violencia más contra las mujeres y más presentes en la sociedad mexicana, son la emocional, que como tal, no es violencia física, pero tiene repercusiones en la persona, incluye insultos, humillaciones y otro tipo de ofensas, esta categoría representa el 40% (Navarro, Narro y Orozco, 2014, p. 141). Tal y como pudimos ver en la canción citada, hay una humillación hacia la figura femenina.
Conforme mi punto de vista, considero lamentable la popularidad que he observado que ha ganado tanto la banda como el reggaetón, no por el estilo musical, sino por la alusión recurrente que se hace hacia temas cargados de contenido sexual, en el cual se presenta a la mujer como objeto de posesión y después de desecho. Sin embargo, lo que me parece más lamentable es que no se tiene conciencia de lo que la música dice. Hago referencia de esto porque en mi experiencia, he oído comentarios de personas cercanas que comentan que no se habían percatado de lo que las canciones dicen sino hasta leer la letra con detenimiento.
 A mi parecer, este aspecto de nuestra sociedad es un indicador que nos muestra que aún son necesarios más esfuerzos para cambiar la cultura de violencia. Es muy probable que esta sea una tarea que implique más tiempo, puesto que por ser una problemática social requiera el esfuerzo y colaboración de la población en sí.

Conclusión 1:
En conclusión, la música forma parte de la cultura de un país, y esta a su vez es “el conjunto de maneras de pensar y de vivir, cultivadas, que suelen designarse con el nombre de civilización” (Altieri, 2001). De esta manera, la música y los acontecimientos que suceden en el país no están alejados el uno del otro, sino que, si se puede decir, la primera refuerza a la segunda. Desafortunadamente, a pesar de lo mucho que hemos avanzado y crecido como nación, sigue habiendo muchos estereotipos que se han convertido en problemáticas reales, que es el caso de la violencia contra las mujeres. La música no ha quedado al margen y en algunos casos, lo cual fue objeto de estudio de este ensayo, llega a expandir más esta situación.
La violencia es un atentado directo contra los Derechos Humanos de una persona, y en nuestro país, más de la mitad de la población, que en este caso son las mujeres, han vivido acechadas por este enemigo constante. Por tanto, no podrían considerarse un bien aquellos factores que fomentan más lo mismo, sino como más detonadores de la causa. La música con contenido misógino denigra la dignidad de la mujer, pues la presenta no más que un algo y no como un alguien autónomo con las mismas posibilidades de poder superarse y construir el futuro por su cuenta. La situación es compleja, pero podría ser mucho más fácil si la sociedad encara la situación y se pone de manifiesto para que no se siga haciendo de la violencia un negocio.
Conclusión 2:
La Carta Mundial del Derecho a la Ciudad establece lo siguiente: “Todas las personas tienen derecho a la ciudad sin discriminaciones de género, edad, raza, etnia u orientación política y religiosa” (“Derecho a la ciudad: qué es, de dónde surge y a quién va dirigido”, 2014), y también menciona que:
Las ciudades y las autoridades nacionales adoptarán las medidas hasta el máximo de los recursos que dispongan, para lograr de manera progresiva la plena efectividad de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Incluso aunque para ello hayan de aprobarse medidas legislativas y normativas (“Derecho a la ciudad: qué es, de dónde surge y a quién va dirigido”, 2014)
En el proyecto en el que participamos junto con la instancia de SEDATU, hemos reconocido que la realidad del transporte público en la ZMG es que no son lugares en los que se garanticen el respeto a los Derechos Humanos. Algunos de los Derechos que se transgreden es el Derecho a la integridad y seguridad personales, en el que, en pocas palabras, establece que el Estado debe prohibir los malos tratos, inhumanos y degradantes (CNDH); confirmamos que en el transporte público las personas se sintieron inseguras dado que en ocasiones habían sido víctimas de violencia dentro de las unidades, o que se sintieron acosados por otras personas. En esta situación, no solo están en juego los DDHH de cada persona, sino que colectivamente se ha rechazado que el servicio de transporte público sea sinónimo de bienestar.
Personalmente, estoy de acuerdo con la mayoría de las personas a las que entrevisté comentó, que el sistema presenta deficiencias que no sólo lo hacen poco cómodo, sino también propenso a que se comentan en nuestra contra actos de violencia.
Referencias básicas:
1.- Araiza, A. y González, A D. (2016). Género y violencia simbólica. Análisis crítico del discurso de canciones de banda. Ánfora, 23() 133-155. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=357848839006
2.- Camarena, M. E., Saavedra, M. L., y Ducloux-Saldívar, D. (2015). Panorama del género en México: Situación actual. Revista Científica Guillermo de Ockham, 13(2), 77-87. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/1053/105344265008.pdf
3.- Castro, M. y Morales, M. (Marzo, 2013). Perspectiva de las personas menores de edad acerca de la violencia en los medios de comunicación: videojuegos, televisión y música. Revista Electrónica Educare, 17(3). Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=194128798012
4.- Martínez Noriega, D A; (2014). Música, imagen y sexualidad: el reggaetón y las asimetrías de género. El Cotidiano, () 63-67. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32531428010
5.- Navarro, D. M., Narro, J., Orozco, L. (2014). La mujer en México: inequidad, pobreza y violencia. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, LIX() 117-146. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42131173005

Referencias complementarias

Altieri M., A. (2001). ¿Qué es la cultura? La lámpara de Diógenes, 2(004). Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/844/84420403.pdf
s.f. Breve historia de la banda sinaloense. Galeón.com. Recuperado de http://partiturasparabandas.galeon.com/
(21 de octubre, 2014). Derecho a la ciudad: qué es, de dónde surge y a quién va dirigido. Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales. Recuperado de https://www.uclg.org/es/media/news/derecho-la-ciudad-que-es-de-donde-surge-y-quien-va-dirigido
CNDH. ¿Cuáles son los Derechos Humanos? Recuperado de http://www.cndh.org.mx/Cuales_son_derechos_humanos
s.f. El reggaetón. Don Quijote. Recuperado de http://www.donquijote.org/cultura/puerto-rico/musica/reggaeton
Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2015). Encuesta Intercensal 2015. Recuperado de http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/habitantes.aspx?tema=P
s.f. Letra de y ahora resulta. Recuperado de https://www.musica.com/letras.asp?letra=2084493
Peralta E., C. (17 de diciembre, 2016). La dignidad como derecho humano. Milenio. Recuperado de http://www.milenio.com/firmas/derechos_humanos/dignidad-derecho-humano_18_867093361.html
s.f. Y ahora resulta. YouTube. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=76dQEbl0-SU


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