La denigración y violencia contra la mujer
en la música latina contemporánea
Daniela Ruesga
La banda sinaloense
(también conocida como tambora sinaloense), es un género de música mexicana, en
la que se mezclan aspectos del sentir de la sociedad y expresadas en música de
carácter alegre (“Breve historia de la banda sinaloense”, s.f). Por otro lado,
el reggaetón es un estilo de música latina que su origen se asocia a Puerto
Rico, de carácter urbano y centrado en la juventud y muy relacionado con el
estilo de baile perreo (El reggaetón, s.f).
Ambas corrientes
musicales, se caracterizan por tener algunas canciones en las que se hace
alusión a las mujeres como objetos sexuales sin más. El propósito de este
ensayo es crear conciencia sobre la situación actual de violencia contra las
mujeres en México y relacionarla con el tipo de música que se propaga por el
ambiente cotidiano y que probablemente esté predisponiendo a las próximas
generaciones a la violencia.
Por dignidad humana,
entendemos que es “el derecho que tiene cada uno de ser
valorado como sujeto individual y social, en igualdad de circunstancias con sus
características y condiciones particulares por el simple hecho de ser persona”
(Peralta, 2016), en el análisis que haremos posteriormente, descubriremos que en algunos casos, la música que nos rodea
nos propone algo completamente contrario, haciéndonos ver a la mujer como un
objeto y no como un ser individual con razonamiento y capacidad de decisión.
Palabras
clave (Key words): Música
contemporánea, mujeres, violencia, cultura, desigualdad, sexualidad, dignidad,
Derechos Humanos, Justicia Social.
1. Notas que van tejiendo la cultura: la
influencia de la música sobre la sociedad
2. Problemática actual de la mujer en
América Latina, en rasgos generales
3. Música que perpetua la violencia:
reggaetón y banda
La música es una especie
de cuentacuentos, en sus diferentes estilos y ritmos, presenta historias de lo
más variadas: amor, decepción, dolor, pasión, entre otras; estos relatos,
posiblemente, son con los que algún porcentaje de la población podría sentirse
identificada o que de alguna u otra forma, son aceptados por una gran parte de
la población y adquiere fama puesto que se escuchan lo suficiente para alcanzar
cierta popularidad y tener todavía un mayor alcance.
Sin embargo, ¿qué pasa
cuando la música que está de moda atenta específicamente contra un grupo de la
sociedad o, mejor dicho, contra todo un género?, ¿Cuándo la letra de las
canciones que constantemente se repiten en la radio promueve la violencia? A
pesar de que la respuesta más adecuada a estas preguntas sería “rechazo”
podemos notar que en nuestro país no ha sido así; tanto la banda como el
reggaetón están lejos de desaparecer del mercado musical en mucho tiempo,
mientras que a su paso se están encargando de construir un legado para las
próximas generaciones.
El respeto a la dignidad
de las personas es esencial para el desarrollo armónico de una sociedad, pues
significa que todos sus miembros son importantes, no haciendo a unos menores
que otros y dejando espacio para que entre todos se pueda construir de mejor
manera la sociedad. Pero cuando las tendencias musicales apuntan hacia el lado
contrario, es muy probable que nos encontremos lejos de una verdadera igualdad
y consideración por los Derechos Humanos. Por lo tanto, el problema no está en
los que se dedican a producir la música, sino en nosotros como consumidores,
pues alentamos a que se sigan escribiendo éxitos con mucha violencia de por
medio.
La música está siempre
presente y es muy probable que, por lo menos en nuestro país, no haya un lugar
donde no se conozcan cuáles son las canciones más famosas. Pero ¿cuál es el
problema de la fama de esta música? Podemos quedarnos con la idea de que, a
pesar de que esté de moda y se escuche, es muy distinto poner en práctica lo
que dice la letra. Esto podría ser muy lógico para una persona adulta, sin
embargo, hay quienes sí pueden ser influenciados por lo que constantemente se
repite: los niños y los jóvenes. La música tiene un papel importante en el
arraigo de la cultura:
la música por siempre ha tenido un rol fundamental en el aprendizaje
y la transmisión de la cultura y ha llegado a influir en las costumbres y
emociones de las personas, así como en las tradiciones de un país o región, de
ahí que el ascendiente que ha ejercido en los adolescentes y las adolescentes
ha sido motivo de preocupación para la sociedad y las familias (Castro y
Morales, 2013, p. 238).
De esta forma, para quienes
desde temprana edad están en contacto con este tipo de música, no es difícil
creer que en etapas posteriores de su desarrollo ya tengan ideas predispuestas.
La música se convierte para los más jóvenes en un parámetro sobre lo que está
bien o no, y terminan aportando a la sociedad aquello que alguna vez les fue
dado, convirtiéndose en colaboradores de la violencia.
Ahora bien, en pleno
siglo XXI, en nuestro país sigue habiendo disparidades entre ambos géneros:
mujeres que no pueden acceder a puestos más altos por el simple hecho de ser
mujeres, o que tienen menor acceso a la educación (Camarena, Saavedra y
Ducloux-Saldívar, 2015, p. 80). Que no haya igualdad de oportunidades indican
un sexismo presente en la sociedad: ¿Por qué una mujer no tendría las mismas
oportunidades educativas que un varón?, ¿qué la hace diferente?, ¿por qué se
tendría que considerar menos? Estas diferencias en la falta de oportunidades
para las mujeres, ha ocasionado durante mucho tiempo que la mayoría de los
trabajos de altos mandos están ocupados por varones y los puestos con baja
competitividad pertenecen a las mujeres (Camarena, Saavedra y Ducloux-Saldívar,
2015, p. 82).
Estos datos no están
lejos del tema principal, que es la música, puesto que estereotipos como el que
la mujer debe encargarse de satisfacer las necesidades del hombre,
muy presente en algunas canciones, están ligados con que no se les considere lo
suficientemente capaces para poder ocupar un puesto competitivo.
Ahora, volviendo la vista
hacia el contenido de las canciones, podemos decir que no toda la música de
banda es misógina, sin embargo, cuando el tema recurrente en las canciones más
sonadas perpetua aquellos temas de la sociedad mexicana que están mal y violan
los derechos de otras personas, como a la no discriminación, así como su
dignidad y bienestar, no debería promocionarse puesto que motiva a que estos
problemas no desaparezcan, sino que sean signo de dominación masculina. Canciones
de banda que se volvieron muy famosas, como “El tierno se fue” o “Y ahora
resulta” tienen mensajes directos en los que se hace alusión a violencia
sexual, frases de desprecio hacia la figura femenina de la canción e
intimidación:
[…] se justifican y ritualizan distintos tipos de violencia contra
las mujeres. Se mantienen los estereotipos de género: hombres infieles,
dominantes, proveedores y demás, así como mujeres en roles de objeto sexual,
pasivas, sumisas, entre otras características propias de una cultura en la que
aún prevalece la dominación masculina (Bourdieu, 1998). (Araiza y González,
2016, p. 153).
Algunos fragmentos de la
canción de banda Y ahora resulta,
incluyen frases como “Te compre ropa y bolsa de diseñador, unos lentes con
brillantes incrustados, te puse pechos, te puse nalgas y una cintura dónde tu
tenías llantas […] Y ahora resulta, que te sientes el más bello monumento, fuiste
una mala inversión y me arrepiento […] Ahora resulta muñequita ahora resulta, maldita
p***, antes de mi tú no eras nada!” (“Letra de y ahora resulta”, s.f). Por
increíble que parezca, según el portal de YouTube,
el video que acompaña a esta canción tiene más de 96 millones de visualizaciones.
La población de México, en 2015 fue de 119,530,753 millones de habitantes
(INEGI, 2015); las mismas cifras nos pueden llevar a pensar en la aceptación
que tiene este tipo de canciones es de más del 50% de los habitantes.
Ahora bien, el reggaetón
se muestra como otro género, igual que la banda, que hace alusión recurrente al
sexo desde la perspectiva de un hombre dominador: la mujer como algo causa
placer; al volver a la mujer un algo en lugar de ser alguien, se atenta contra
su dignidad, al considerarla como un algo y no un alguien, que debe cumplir con
las expectativas del otro y no las propias. De la misma manera que se puede
mencionar con la banda, el reggaetón no es el culpable de los problemas
actuales, sin embargo, es un espacio donde los jóvenes se reúnen y encuentran
un espacio donde encajan, y se influencian de lo que se propone:
La cuestión es que la sexualidad que muestra y promueve la industria
musical a través del reggaetón se muestra, principalmente, como una forma de
diversión, sin responsabilidades y sin consecuencias negativas, en la que la
imagen de la mujer intensifica un rol sumiso y de objeto sexual, lo cual crea
un discurso superpuesto (Martínez, 2014, p. 66).
Ambos estilos musicales, como se ha dicho
previamente, es muy probable que no sean la causa principal de la violencia,
pero se encargan de reforzar la lamentable situación que experimentan las
mujeres en el país: los tipos de violencia más contra las mujeres y más
presentes en la sociedad mexicana, son la emocional, que como tal, no es
violencia física, pero tiene repercusiones en la persona, incluye insultos,
humillaciones y otro tipo de ofensas, esta categoría representa el 40% (Navarro,
Narro y Orozco, 2014, p. 141). Tal y como pudimos ver en la canción citada, hay
una humillación hacia la figura femenina.
Conforme mi punto
de vista, considero lamentable la popularidad que he observado que ha ganado
tanto la banda como el reggaetón, no por el estilo musical, sino por la alusión
recurrente que se hace hacia temas cargados de contenido sexual, en el cual se presenta
a la mujer como objeto de posesión y después de desecho. Sin embargo, lo que me
parece más lamentable es que no se tiene conciencia de lo que la música dice.
Hago referencia de esto porque en mi experiencia, he oído comentarios de
personas cercanas que comentan que no se habían percatado de lo que las
canciones dicen sino hasta leer la letra con detenimiento.
A mi parecer, este aspecto de nuestra sociedad
es un indicador que nos muestra que aún son necesarios más esfuerzos para
cambiar la cultura de violencia. Es muy probable que esta sea una tarea que
implique más tiempo, puesto que por ser una problemática social requiera el
esfuerzo y colaboración de la población en sí.
Conclusión
1:
En conclusión, la música forma parte de la
cultura de un país, y esta a su vez es “el conjunto de maneras de pensar y de
vivir, cultivadas, que suelen designarse con el nombre de civilización” (Altieri, 2001). De esta manera, la música y los
acontecimientos que suceden en el país no están alejados el uno del otro, sino
que, si se puede decir, la primera refuerza a la segunda. Desafortunadamente, a
pesar de lo mucho que hemos avanzado y crecido como nación, sigue habiendo
muchos estereotipos que se han convertido en problemáticas reales, que es el
caso de la violencia contra las mujeres. La música no ha quedado al margen y en
algunos casos, lo cual fue objeto de estudio de este ensayo, llega a expandir
más esta situación.
La violencia es un atentado directo contra
los Derechos Humanos de una persona, y en nuestro país, más de la mitad de la
población, que en este caso son las mujeres, han vivido acechadas por este
enemigo constante. Por tanto, no podrían considerarse un bien aquellos factores
que fomentan más lo mismo, sino como más detonadores de la causa. La música con
contenido misógino denigra la dignidad de la mujer, pues la presenta no más que
un algo y no como un alguien autónomo con las mismas posibilidades de poder
superarse y construir el futuro por su cuenta. La situación es compleja, pero
podría ser mucho más fácil si la sociedad encara la situación y se pone de
manifiesto para que no se siga haciendo de la violencia un negocio.
Conclusión
2:
La Carta Mundial del Derecho a la Ciudad
establece lo siguiente: “Todas las personas tienen derecho a la ciudad sin discriminaciones
de género, edad, raza, etnia u orientación política y religiosa” (“Derecho a la ciudad: qué es, de dónde surge y a quién va
dirigido”, 2014), y también menciona que:
Las ciudades y las
autoridades nacionales adoptarán las medidas hasta el máximo de los recursos
que dispongan, para lograr de manera progresiva la plena efectividad de los
derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Incluso aunque para
ello hayan de aprobarse medidas legislativas y normativas (“Derecho a la ciudad:
qué es, de dónde surge y a quién va dirigido”, 2014)
En el proyecto en el que participamos junto con la instancia de
SEDATU, hemos reconocido que la realidad del transporte público en la ZMG es
que no son lugares en los que se garanticen el respeto a los Derechos Humanos. Algunos
de los Derechos que se transgreden es el Derecho a la integridad y seguridad
personales, en el que, en pocas palabras, establece que el Estado debe prohibir
los malos tratos, inhumanos y degradantes (CNDH); confirmamos que en el transporte
público las personas se sintieron inseguras dado que en ocasiones habían sido
víctimas de violencia dentro de las unidades, o que se sintieron acosados por
otras personas. En esta situación, no solo están en juego los DDHH de cada
persona, sino que colectivamente se ha rechazado que el servicio de transporte
público sea sinónimo de bienestar.
Personalmente, estoy de acuerdo con la mayoría de las personas a las
que entrevisté comentó, que el sistema presenta deficiencias que no sólo lo
hacen poco cómodo, sino también propenso a que se comentan en nuestra contra
actos de violencia.
Referencias
básicas:
1.- Araiza, A. y
González, A D. (2016). Género y violencia simbólica. Análisis crítico del
discurso de canciones de banda. Ánfora, 23() 133-155. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=357848839006
2.- Camarena, M.
E., Saavedra, M. L., y Ducloux-Saldívar, D. (2015). Panorama del género en
México: Situación actual. Revista Científica Guillermo de Ockham, 13(2), 77-87.
Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/1053/105344265008.pdf
3.- Castro, M. y
Morales, M. (Marzo, 2013). Perspectiva de las personas menores de edad acerca
de la violencia en los medios de comunicación: videojuegos, televisión y
música. Revista Electrónica Educare, 17(3). Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=194128798012
4.- Martínez
Noriega, D A; (2014). Música, imagen y sexualidad: el reggaetón y las
asimetrías de género. El Cotidiano, () 63-67. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32531428010
5.- Navarro, D.
M., Narro, J., Orozco, L. (2014). La mujer en México: inequidad, pobreza y
violencia. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, LIX() 117-146.
Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42131173005
Referencias
complementarias
Altieri M., A.
(2001). ¿Qué es la cultura? La lámpara de
Diógenes, 2(004). Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/844/84420403.pdf
s.f. Breve historia de la banda sinaloense. Galeón.com. Recuperado
de http://partiturasparabandas.galeon.com/
(21 de octubre,
2014). Derecho a la ciudad: qué es, de dónde surge y a quién va dirigido. Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales
y Regionales. Recuperado de https://www.uclg.org/es/media/news/derecho-la-ciudad-que-es-de-donde-surge-y-quien-va-dirigido
CNDH. ¿Cuáles son
los Derechos Humanos? Recuperado de http://www.cndh.org.mx/Cuales_son_derechos_humanos
s.f. El reggaetón.
Don Quijote. Recuperado de http://www.donquijote.org/cultura/puerto-rico/musica/reggaeton
Instituto Nacional
de Estadística y Geografía. (2015). Encuesta
Intercensal 2015. Recuperado de http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/habitantes.aspx?tema=P
s.f. Letra de y
ahora resulta. Recuperado de https://www.musica.com/letras.asp?letra=2084493
Peralta E., C. (17
de diciembre, 2016). La dignidad como derecho humano. Milenio. Recuperado de http://www.milenio.com/firmas/derechos_humanos/dignidad-derecho-humano_18_867093361.html
s.f. Y ahora
resulta. YouTube. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=76dQEbl0-SU
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