jueves, 16 de noviembre de 2017

Medios de Comunicación y Violencia Sexual

Medios de comunicación y la violencia sexual
Liliana Saeb A01229918

  1. Presentación del tema, esquema e introducción

       La violencia sexual ha sido una problemática del cual se ha hablado y tratado por muchos años y el cual afecta principalmente a las mujeres. Según la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), ocho de cada diez víctimas de delitos sexuales, son mujeres (2016). En México, se estima que alrededor del 42% de las mujeres mayores de 15 años, ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja. Y hasta un 72%, en mujeres separadas (Navarro, D., Narro, J., Orozco, L., 2013, pg. 141).

Este tipo de violencia se ejerce especialmente en contra de las mujeres debido a los estereotipos y los roles de género que, históricamente, han estado fuertemente arraigados en la sociedad, los cuales desvalorizan y degradan el papel de la mujer, mientras se realza la masculinidad por encima de la feminidad. (López, L., Apolinaire, J., 2005, pg. 7).

La violencia sexual en contra de las mujeres supone un problema de desigualdad de género y es una manera de discriminación, y por lo tanto, una violación a los derechos humanos. Las mujeres se encuentran en desventaja frente al sexo masculino, y esto implica un mayor grado de desempleo, pobreza y altos índices de feminicidios.

El objetivo de este ensayo es entender y reflexionar el rol que juegan los medios de entretenimiento, como el cine o la televisión, en la violencia sexual en contra de las mujeres y la manera en que éstos pueden alterar o influir la percepción de la gente respecto a este tipo de delitos al punto en el que pueden normalizarse, e incluso justificarse, al generar una narrativa de apología. La pregunta de investigación es la siguiente: ¿bajo qué limites o condiciones, es ético la representación de imágenes de naturaleza violenta y sexual en contra de las mujeres en el cine y la televisión?
Palabras clave (Key words): medios, entretenimiento, violencia sexual, mujeres, desigualdad de género, feminicidios, medios de comunicación, televisión, cine, roles de género, bienestar, igualdad.

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Esta problemática aborda dos temas distintos, los cuales son: la representación de la violencia en los medios y la violencia sexual. Ahora bien, para entender mejor esta problemática, necesitamos entender el rol que juegan los medios de comunicación en la sociedad.

Los medios de comunicación, según David Slocum, tienen un papel muy importante en la sociedad ya que éstos pueden servir como móviles que ayuden a generar cambios en la sociedad, pero también como herramientas para el control y la dominación social. Esto es, debido a que la función principal de los medios de comunicación, es la de construir y trasladar los mensajes de un punto a otro. Ahora bien, existen ciertas idolologías y valores predominantes en nuestra sociedad, los cuales son reproducidos y perpetuados de manera constante a través de los medios de comunicación, reforzando y estableciéndolos en el inconsciente colectivo. El análisis de las estructuras y normas narrativas son una manera de entender estas ideologías subyacentes que predominan en nuestro entorno socio-cultural y psicológico.  Estas convenciones no necesariamente moldean la manera de pensar de los espectadores, pero sirven como reflejo de la sociedad.

En el cine, sin embargo, se ha tratado de romper con estos patrones y paradigmas, convirtiéndose de esta manera, en un agente, tanto de cambio social, como de dominación, ya que, en el caso de Hollywood, se siguen perpetuando ideologías y valores, propias de los grupos más poderosos que controlan la industria.

Ahora, a manera de contexto, la historia de la violencia en el cine tiene sus orígenes en el conflicto que existía, y sigue existiendo, entre las fuerzas de cambio social y las fuerzas de dominación y control. La violencia representada en la ficción, consistía principalmente en estas tensiones que ocasionaba la lucha de poderes y control. Además, cabe destacar que, anteriormente, las imágenes que se reproducían en el cine eran estrictamente reguladas por El Código Hays, un reglamento iniciado por William Hays, que duró de 1934 a 1968 (Figueras, 2013). Sin embargo, esto generó un enorme problema de censura puesto que no sólo se censuraba las imágenes violentas, sexuales, o que pudiesen perturbar o herir la sensibilidad del espectador, sino que tenían que cargar con ciertos valores y mensajes institucionales, lo cual significa un establecimiento de una agenda por parte de los grupos de interés. (Slocum, 2000).

Ahora bien, ¿qué papel juegan los medios de comunicación en la violencia de género? Como bien se mencionó al inicio, la violencia de género es un problema que afecta a miles de mujeres en México y todo el mundo. Pues bien, gran parte de esta problemática reside en ciertas creencias que se han estado reproduciendo, compartiendo e inculcado a lo largo de la historia. Y, como ya hemos dicho, los medios de comunicación juegan un rol fundamental en la transmisión de estas creencias, a manera de mensajes que se generan y reproducen en sus contenidos. Como ejemplo de esto, existe un test o evaluación llamado “El test de Bechdel”, el cual es utilizado para conocer el grado de participación femenina en largometrajes de ficción y el tipo de rol que juegan, mediante una serie de condiciones. Éstas son: “1) debe haber al menos dos personajes femeninos en la película 2) en algún momento los personajes femeninos deben hablar entre sí, 3) acerca de algo que no sea un hombre” (Nahuel, Rosenzvit, Muller, 2016). Y, según un estudio realizado por Naguel, Rosenzvit y Muller, con ayuda de los resultados que la base de datos, bechdel.com, proporciona, se encontró qué, a partir del análisis de una muestra de 946 películas, tan sólo el 21.45% de los títulos pasaban el test. (Nahuel, Rosenzvit, Muller, 2016).   Este análisis, aunque no sea exacto, nos brinda un marco general de la representación femenina en el cine.   Pero, ¿quiénes son los responsables o qué actores son los que se ven involucrados en este proceso? Periodistas, comunicólogos, escritores, cineastas, locutores, empresas de telecomunicaciones e instituciones, son algunos de los principales actores que se encargan de transmitir los mensajes, sin embargo, este problema más mucho más allá, puesto que estamos tratando de creencias y valores que se encuentran internalizados y arraigados en nuestra cultura.

Este sistema de creencias, que surgen a consecuencia de una sociedad patriarcal, se ha encargado de vulnerabilizar y degradar el papel de la mujer en la sociedad, desencadenando comportamientos y actitudes violentas hacia las mujeres, esta violencia “[…], es la expresión de un orden social basado en desigualdad, como consecuencia de la asignación de roles diferentes a las mujeres y a los hombres, e función de su sexo, y un reconocimiento distinto superior para lo masculino” (López, Apolinaire, 2011). Y lo que los medios de comunicación ocasionan, es reforzar estas creencias mediante “[…] estereotipos y prejuicios que convierten a la mujer en ‘objeto de la violencia y uso comercial’, despersonalizándola y quitándole la posibilidad de ejercer plenamente sus derechos.” (Villegas, 2015).
En el caso del periodismo, existe una problemática en la manera que se presentan los hechos noticiosos violentos en contra de las mujeres, especialmente, los casos de violación. Existe una gran insensibilización por parte de los periodistas hacia las víctimas. Y muy frecuentemente, terminan por crear una narrativa donde se culpa a la víctima y se justifica al victimario. (Villegas, 2015).

En cuanto a las obras audiovisuales de ficción, la violencia en contra de las mujeres ya forma parte de las narrativas clásicas de Hollywood, y a consecuencia de esto, se condicionan a las espectadoras del sexo femenino. En el artículo “The Impact of Film Manipulation on Men’s and Women’s Attitudes Toward Women and Film Editing” se infiere que, según estudios, la constante exposición de escenas violentas sexuales en los individuos, ocasiona una normalización intrínseca de la violencia sexual. (Emmers-Sommer, T., Triplett, L., Pauley, P., Hanzal, A., & Rhea, D., 2005).

De esta manera entendemos el papel tan importante que juegan los medios de comunicación en la desigualdad de género y la violencia sexual.
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Nuestra pregunta de investigación es la siguiente: ¿es ético la representación de imágenes de naturaleza violenta y sexual en contra de las mujeres en el cine y la televisión? Nuestra tesis principal es, que la representación de este tipo de imágenes, no necesariamente son perjudiciales para la dignidad humana, los derechos humanos y el bienestar, siempre y cuando se cuide el enfoque con el cual son tratadas.

Como argumento a favor, hemos expuesto las razones por las cuales, los medios de comunicación tienen un gran impacto en la sociedad, y por lo tanto, cargan con una importante responsabilidad social. Según la teoría del deber y la justicia de Kant, al tener cierta influencia sobre la población, los medios deben hacerse responsables y aceptar las posibles consecuencias que pueden traer a los afectados y personas involucradas en este proceso comunicativo.

Sin embargo, existen teorías de la comunicación en masas, como la de usos y gratificaciones de Katz, que desmienten las teorías que infieren que los contenidos afectan la percepción de su audiencia (Meyrowitz, 2008, p. 642). Por lo tanto, no existen consecuencias y, por lo tanto, no tienen por qué hacerse responsables de los actos o decisiones de la audiencia, puesto que no influyen ni tienen control sobre ellas. Es decir, las personas son responsables de sus propios actos puesto que los medios no afectan su autonomía de alguna manera.

Por otra parte, hemos identificado que la exposición a imágenes de naturaleza violenta sexual, en el espectador, pueden ocasionar efectos negativos acerca de la percepción que se tienen sobre estos actos. Como la normalización de estos actos, la apología del delito y culpar a la víctima.

Nuevamente, aquí se pone en tela de juicio los efectos de los medios sobre su audiencia. Así que, según estos estudios, quizás los medios no tengan relación directa con las acciones violentas hacia las mujeres, pero sí en la percepción que tiene la gente sobre ellos. Por lo tanto, este cambio de percepción puede suponer un problema ético puesto que se refuerzan paradigmas que suponen un peligro para el bienestar de las mujeres, al entorpecer los intentos por hacer justicia social en contra de los victimarios. Y, desde la perspectiva utilitarista, deben de estimarse los costos y beneficios de las decisiones tomadas y ver por el bienestar imparcial de todas las partes involucradas.

También encontramos que las malas prácticas televisivas, pueden traer consecuencias mortales, como fue el caso del asesinato de Svetlana, en el 2007, y de Ana Orantes, en 1997, las cuales murieron a manos de sus ex parejas sentimentales, después de haber aparecido en programas de televisión, tipo talk shows. (Sánchez, 2008). En este caso, a pesar de que las personas que fueron televisadas, accedieron por voluntad propia a aparecer en tal programa, las cadenas de televisión debieron reflexionar más allá del sólo hecho de obtener rating y respetar la autonomía de las partes involucradas. Según la ética prudencial, las cadenas o empresas televisivas, debieron realizar una reflexión de segundo orden y preveer las consecuencias que pudiera traer el exponer los problemas personales a la opinión pública. Sánchez menciona que “en los programas del corazón se ventilan derechos que afectan a la intimidad y a la imagen de las personas. Lo que se habla en esos programas atenta contra los Códigos Éticos y Profesionales del periodismo”. (Sánchez, 2008, pg.6).

En cuanto a la representación de la mujer en la pornografía, desde el punto de vista del feminismo, ésta es una expresión de machismo y una manera de incitar la violencia sexual hacia las mujeres puesto que la mujer se convierte en un objeto de deseo sexual para el hombre. Según un estudio realizado por Hansen y Hensen, el cual consistió en mostrarle a un grupo de personas, videos musicales de rock, donde a la mujer se le sexualizaba fuertemente. Para luego, pedirles que analizaran otro video donde se presentaba una situación de cortejeo entre un hombre y una mujer. Los resultados demostraron que las personas que observaron los videos de rock previamente al video de cortejeo, tendían a juzgar favorablemente a la mujer cuando ésta cedía a las peticiones del hombre, y, en el caso contrario, los participantes que observaron videos más neutrales, tendían a juzgar favorablemente a la mujer cuando ésta no cedía al cortejeo. Este estudio se usa como evidencia para demostrar la relación entre la exposición a imágenes degradantes de la mujer, y la percepción que se tiene sobre su rol en la sociedad y en una relación de pareja. Sin embargo, otro estudio realizado por Linz, Donnerstein y Penrod, no encontró algún cambio de percepción en la gente, al realizar un experimento similar al de Hansen y Hensen. (Milburn, M. A., Mather, R., & Conrad, S. D., 2000).

Y, finalmente, cuando se trata de cubrir hechos noticiosos de violencia sexual, se tiene que cuidar el enfoque que adoptan las coberturas periodísticas, puesto que, de no ser así, se puede vulnerar la privacidad de las víctimas y la dignidad humana, la cual, según Kant, es el “valor intrínseco de la persona moral” (Michelini, 2010). Villegas propone que “es importante partir de la constatación de este extremo para que se refuerce la capacitación periodística en derechos humanos, en el marco de la responsabilidad social empresarial de todos los medios de comunicación.” (Villegas, 2015, p. 4).
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Si bien, el efecto que tienen los contenidos violentos sobre la población ha sido un tema de debate por muchos años, es importante que los encargados de generar y transmitir estos mensajes, desde la ética de la virtud, tengan en cuenta el tipo de persona u organización que se quiere ser. Además, los medios de comunicación sirven como fuentes de información para una gran parte de la población, por lo tanto, son una herramienta esencial para la educación. Villegas propone que los medios de comunicación deben ser aliados en la lucha contra la desigualdad de género y la violencia machista. Las campañas publicitarias de prevención pueden tener una gran influencia sobre la sociedad y traer efectos positivos, por lo tanto, los medios de comunicación deberían tomar más serio su papel puesto que, así como pueden ayudar al desarrollo de una sociedad más equitativa, el mal uso de ellas puede traer consecuencias negativas, como se ha expuesto en ejemplos anteriores.

  1. Conclusiones

En conclusión, la desigualdad de género sigue siendo un tema relevante en nuestra sociedad. Y una de las manifestaciones más claras de esta problemática, es la violencia sexual que se ejerce en contra de las mujeres.
Los medios de comunicación son un arma de doble filo, y todo depende del uso y el enfoque se le den. Muchas veces, los medios se dejan llevar por sus intereses personales, cayendo en estrategias sensacionalistas para aumentar su audiencia. Y esto supone un problema ético al no tratar los temas de violencia sexual, de manera íntegra y respetando a la privacidad y la dignidad de las personas afectadas.
La violencia mediática no sólo se presenta en el periodismo, sino también en la ficción. Y esto, igualmente, puede suponer un problema ético al seguir reproduciendo y perpetuando mensajes que refuerzan los estereotipos y los roles de género.

  1. Referencias

* Bibliografía básica:
Villegas T., S; (2015). Televisión, ética y violencia contra la mujer. T'inkazos. Revista Boliviana de Ciencias Sociales, () Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=426143427006 

Milburn, M. A., Mather, R., & Conrad, S. D. (2000). The effects of viewing R-rated movie scenes that objectify women on perceptions of date rape. Sex Roles, 43(9), 645-664. Recuperado de http://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/docview/225374229?accountid=41938

Emmers-Sommer, T., Triplett, L., Pauley, P., Hanzal, A., & Rhea, D. (2005). The impact of film manipulation on men's and women's attitudes toward women and film editing. Sex Roles, 52(9-10), 683-695. doi:http://0-dx.doi.org.millenium.itesm.mx/10.1007/s11199-005-3735-5

Meyrowitz, J. (2008). Power, Pleasure, Patterns: Intersecting Narratives of Media Influence. University of New Hampshire, Durham. 

Sánchez Rodríguez, G; (2008). Violencia machista y medios de comunicación. El tratamiento informativo de los delitos relacionados con el maltrato a mujeres. Comunicación y Hombre, () 3-15. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=129412637011 

Slocum, J. D. (2000). Film violence and the institutionalization of the cinema. Social Research, 67(3), 649-681. Recuperado de http://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/docview/209667101?accountid=41938

* Bibliografía complementaria:
Figueras, M. (2013). El código Hays o la autocensura de Hollywood. [online] Espinof.com. Recuperado de https://www.espinof.com/proyectos/el-codigo-hays-o-la-autocensura-de-hollywood 

López Angulo, L; Apolinaire Pennini, J J; (2005). Violencia contra la mujer: su dimensión psicológica. MediSur, 3() 39-81. Recuperado de http://www.uacm.kirj.redalyc.redalyc.org/articulo.oa?id=180020163003 

Michelini, Dorando J.. (2010). Dignidad humana en Kant y Habermas. Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas, 12(1), 41-49. Recuperado de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-94902010000100003&lng=es&tlng=es.

Nahuel Freitas, J., Rosenzvit, M. and Muller, S. (2016). Automatización del Test de Bechdel-Wallace. [online] Journal.eticaycine.org. Recuperado de http://journal.eticaycine.org/IMG/pdf/JEyC_Noviembre_2016_06_Bechdel.pdf.

Navarro, D M; Narro Robles, J; Orozco Hernández, L; (2014). La mujer en México: inequidad, pobreza y violencia. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, LIX() 117-146. Recuperado de http://www.uacm.kirj.redalyc.redalyc.org/articulo.oa?id=42131173005 



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