Ernesto Andrés Del Castillo Guti;errez Hermosillo
La violencia física y psicológica que sufren las
mujeres
1. Presentación
del tema, esquema e introducción
El
tema del que se hablará en este ensayo es el de la violencia física y
psicológica que sufren las mujeres. Pienso que este es un tema de suma
importancia ya que, al vivir en una sociedad extremadamente machista, es fácil
normalizar este tipo de actividades en contra de las mujeres, tales que pueden
a llegar a lastimarlas físicamente y/o dejarlas con secuelas mentales y hasta
con deseos de suicidio. Este tema se tiene que transmitir al mayor número de
personas, debido a que en México especialmente, las mujeres, la mayoría de la
población del país, se sienten con mucha inseguridad y han sufrido violencia de
algún modo en su vida por el simple hecho de ser mujeres. Se hablará sobre la
violencia física, seguida de la mental o psicológica, y finalizará con algunas
alternativas que pueden implementarse en ciudades como medida temporal o
definitiva para atacar este problema
ético que viene desde nuestras raíces culturales.
Tanto
las mujeres como los hombres somos humanos, y por lo tanto tenemos derechos
humanos y somos dignos de vivir y ser tratados con respeto. Tal como Kant nos
discutía, la vida humana no tiene precio porque es invaluable, y que la
dignidad humana es lo único que nos diferencia de todo lo demás. Pero ¿qué pasa
si sólo un sector de las personas tiene realmente el acceso a estos derechos y
son tratadas con dignidad? Ningún humano debe de ser maltratado, ni
discriminado por su apariencia, y cuando un humano trata sin dignidad a otro,
en especial cuando no solo se trata de un individuo, sino de un sector entero,
a esto se le tiene que llamar la atención para corregir y mejorar en beneficio
de la sociedad.
El
impacto que la violencia contra las mujeres tiene en la sociedad es
verdaderamente alarmante. Además que las mujeres son aproximadamente la mitad
de la población, casi todas en su vida han sufrido de algún tipo de
discriminación y violencia en alguna etapa de su vida. Se tienen que
desarrollar estrategias para que la sociedad evolucione de un estado de
machismo, misoginia y dominancia del hombre, a uno de paz entre todos y respeto
mutuo. Esto se logrará a cabo única y exclusivamente si ambas partes pueden
reconocer que aquí existe un problema ético, y si se trata a todos como lo que
son: humanos dignos de respeto e igualdad, no un simple ser inferior al cual se
le tiene que demostrar su “superioridad” constantemente a través de la
violencia y el miedo.
Palabras
clave (Key words):
Violencia,
violencia psicológica, violencia física, agresión, discriminación, igualdad,
seguridad, depresión, mujer, sociedad, utilitarismo, kantiano, dialógico.
2. Desarrollo
Problemática
Las
mujeres alrededor del mundo, en especial en México, son discriminadas de
cualquier manera posible, ya que por el simple hecho de ser mujeres llegan a
ser maltratadas física y psicológicamente, y lo peor de todo es que muchos de
estos actos de violencia quedan impunes ante la ley. “ En México, 41.2% de las mujeres de 15 años y más,
casadas o con pareja, han sufrido algún tipo de violencia de su pareja y, en el
caso de las mujeres divorciadas o separadas, este porcentaje llega a 72%”
(Navarro, Narro Robles,
Orozco Hernández,
2013, párr. 82). Se vive en un
país en donde escuchar que una mujer haya sido maltratada, golpeada u ofendida
nos parece casi normal, algo de todos los días, y lo más alarmante es que cada
vez más y más mujeres sufren por esto. En el mismo Estudio de Navarro, Narro
Robles y Orozco Hernández, determinó que el número de mujeres atendidas en los
servicios especializados por la violencia familiar y de género incrementó seis
veces en tamaño en tan solo 6 años, del 2005 al 2011 (2013, párr. 84).
Así mismo, se hace notar que México en el Índice
Global de Género del 2006 al 2012, ha avanzado solamente en un 3.8%, mientras
que países de peor nivel de desarrollo como Nicaragua Bolivia y Ecuador, han
avanzado en 17.3%, 14% y 12.1%, respectivamente (Navarro, Narro
Robles, Orozco
Hernández, 2013, párr. 86).
Más allá del problema de la violencia física, el
cual en sí es un tema sensible, las acciones de agresiones físicas en su contra
tienen graves repercusiones psicológicas en las mujeres. Se ha comprobado, por
el estudio de Vázquez Machado en el 2007, titulado Relación entre violencia y depresión en mujeres, que la violencia
degrada a la mujer y su integridad, al provocar incertidumbre, disminución de
su autoestima, depresión, desesperación y desvalorización, además de traer como
efectos de esto, la limitación del desarrollo personal de estas mujeres (párr. 18).
Estos trastornos son causados específicamente a
estas mujeres al ser maltratadas, ya que también se comprobó en el mismo
estudio que las mujeres que han experimentado este tipo de abusos presentan más
frecuentemente intentos de suicidio que esas que no han padecido de estas
injusticias, las cuales son más comunes dentro del hogar de parte de la pareja
de la víctima (párr. 27 y 30). Estas
son solo algunas de las estadísticas recuperadas que soportan la tesis de la
importancia que se le debe dar a la violencia física y psicológica que sufren
las mujeres.
Razones
éticas
La
gran discriminación que sufren las mujeres se debe a que no se sigue el
planteamiento Kantiano, en donde dice que todas las personas merecen ser
tratadas con dignidad y respeto. El problema yace en el hecho de que al
parecer, muchas personas, en especial el sector masculino de la población, no
consideran a las mujeres como personas en todo el sentido de la palabra, ya sea
de manera directa o implícita. Por el simple hecho de haber nacido una persona
se le tiene que atribuir derechos humanos, dignidad, un trato equitativo e
igualitario. Kant nos dice que para poder vivir una vida buena, y para
conseguir esto se tiene que ser virtuoso, al darle su dignidad a cada individuo
de la sociedad. Sin embargo, muchos de este grupo opresor se defienden con el
principio de la ética dialógica, diciendo que las mujeres no les hacen saber
que estos actos autócratos son en realidad una manera de desprestigiar al sexo
femenino. La base de la ética dialógica yace en la comunicación para llegar al
bien de la sociedad en sí, pero muy pocas son las mujeres que tienen el valor
de levantar la voz y opinar en el tema. Ya que muchas mujeres piensan que este
tipo de actos contra ellas es normal, o que lo merecen, el lado opresor falla en ver la problemática, ya
que para ellos ésta no existe.
Por
otro lado, si se toma el punto de vista utilitarista, siempre se debe buscar la
mayor cantidad de satisfacción y felicidad para el mayor número de personas.
Las mujeres, siendo el 51.4% de la población de México (INEGI, 2015, N.A.),
merecen tener el acceso equitativo a estos derechos de seguridad pública, salud
mental y física. Y finalmente entra el pensamiento Aristotélico, el cual se
basa en la felicidad como meta común de la gente. La violencia es la
representación física y emocional opuesta a la felicidad, ya que lo único que
trae consigo es sufrimiento, dolor y problemas. Las mujeres tienen el derecho
de poder disfrutar y gozar de todos los servicios, derechos, libertades y
oportunidades que su país les ofrece a sus ciudadanos, sin el miedo a ser
lastimadas o intimidadas por la sociedad en la que viven.
Postura
Al considerar todos estos aspectos,
notamos que existe una gran barrera entre hombres y mujeres, especialmente en
la república mexicana. Las mujeres viven oprimidas por la sociedad machista que
engloba este contexto de inseguridad, fragilidad, miedo y sufrimiento. Como se
comentó anteriormente, tanto la ética kantiana, argumentando que todo individuo
merece dignidad humana, la aristotélica, la cual menciona el mismo gozo de la
felicidad por toda la población, y la utilitarista, cuyo enfoque es en la mayor
cantidad de satisfacción para el mayor número de personas, siendo en este caso
las mujeres la gran mayoría de la población del país, defienden una misma
ideología: la igualdad sustantiva de las mujeres en la sociedad, lo cual se
refiere a la igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos en el mundo
real, no solo en papel.
Una
de las maneras en las que esto puede dar un paso adelante es con la iniciativa
de la “línea rosa”, una ruta de transporte público exclusiva para mujeres, con
el propósito de sensibilizar el sentido de la violencia en el transporte
público y además entender cómo ésto ha afectado a los individuos de la
sociedad. (Dunckel-Graglia,
2012, párr. 3). Se pueden notar estos cambios positivos a largo plazo. La
seguridad pública les trae confianza a la sociedad, y empodera al ciudadano a
poder ejercer su derecho de libertad. El 66% de las mujeres encuestadas en la
investigación de Amy Dunckel-Graglia, dicen que un transporte público exclusivo
para mujeres es mucho más seguro para ellas, y que por lo mismo no se sienten
agredidas en esos espacios seguros (2012, Párr. 25).
Ésta iniciativa se formó en el 2010 en la Ciudad de
México, y desde entonces ha funcionado, pero a pesar del funcionamiento de
esta, se puede ver que aún existe un desacuerdo muy notorio entre hombres y
mujeres sobre este tema.
Los hombres y las mujeres tienen opiniones diferentes
sobre los asuntos relacionados con la seguridad de las mujeres, su movilidad y
el transporte rosa. Los resultados muestran que las mujeres expresan cada vez
más la creencia de que la violencia es una forma de discriminación, mientras
que los hombres siguen aferrados a explicaciones
de que la inseguridad en el transporte público es normal (Dunckel-Graglia,
2012, pár. 21).
Estos desacuerdos son una
consecuencia negativa de la línea rosa, ya que los hombres, al ver que se está
cambiando su entorno seguro y cómodo, intensifica su machismo. Esto lo hacen,
según científicos, como mecanismo de defensa sobre su hábitat natural, y al
sentir que su santuario se ve afectado o amenazado por alguien más, exalta sus
sentimientos y comportamiento sobre el lugar y lo enfoca en los grupos
emergentes, haciendo así una afirmación de que ellos son los que deben de
cambiar para poder encajar en la cultura natural de ese espacio (Dunckel-Graglia, 2012, pár. 28).
3. Conclusiones
Es
evidente. Las mujeres, a pesar de ser la mayoría, sufren de la discriminación,
la agresión física y psicológica, opresión de parte del machismo social del
país e inseguridad pública, prácticamente todos los días. No es posible que
todo un sector entero de la población sufra estas injusticias debido al
contexto cultural en el que nos encontramos. Una sociedad en donde solo la
mitad de la población tiene acceso a todos sus derechos y libertades, a toda
hora, en todo lugar y en todo el contexto de la palabra, no es una sociedad
funcional, sino una de racismo de género, y de discriminación por cuestiones
biológicas.
Este es un
tema de alta relevancia en la ética, ya que desde hace siglos se habla de la
dignidad humana como fuente y base de una sociedad éticamente correcta y
balanceada, y sin embargo, a pleno siglo XXI, esa meta aún parece estar
bastante alejada de la realidad. Es indiscutible que la ética kantiana, así
como la utilitarista y la aristotélica, apoyan el movimiento feminista de
maneras directas o indirectas, pero el machismo cultural niebla estas ideas de
la gente y pudre a la sociedad. Aunque sí existe el lado opositor, sus
argumentos se ven aplastados por los del lado suprimido, ya que no es una
simple exageración del lado de las mujeres, y se puede notar tanto por las
estadísticas de hospitalización, como en los bajos números en la estadística de
igualdad de género y la tendencia de acciones suicidas de parte de mujeres que
han sido abusadas en su vida.
Podemos
ver que aunque pueda causar mucha controversia, la Línea Rosa es una estrategia
alternativa para empezar a erradicar este problema en nuestro país. Es cierto
que de manera indirecta se está fomentando el segregamiento de las partes de la
sociedad, pero primero se tienen que atender las cuestiones que más urgencia
tienen de resolverse, las cuales son recuperar la seguridad de las mujeres en
la vía pública, y empoderarlas para que puedan avanzar un poco más allá de sus
miedos. Con esta seguridad que se le brinda a las mujeres, ellas pueden dejar
de preocuparse por su propia seguridad, y empezar a hacer un cambio en la
sociedad, al apoyar más movimientos de este tipo y, por consiguiente, logrando
unir a más mujeres en estos proyectos, con la finalidad de construir un México
seguro, equitativo y socialmente estable.
Conclusión proyecto SEDATU:
Tras
haber tenido la oportunidad de participar en esta gran experiencia que cambió
mi manera de ver el mundo, pienso que me llevó bastante aprendizaje, el cual
utilizaré en el futuro para hacer el esfuerzo por cambiar a mi país. Al inicio
pensé que la situación de las mujeres no era tan grave, que simplemente ellas
exageran todo y que lo que ellas reclamaban eran cosas que a todos nos pasaba,
independientemente del sexo. Pero después de esto, mi perspectiva cambió. En
nuestras encuestas fue evidente que la mayoría de las mujeres habían sido
víctimas de acoso sexual, discriminación, y en ocasiones hasta maltratadas por
el simple hecho de ser mujer. Incluso hubo un caso en el que una mujer se vio
forzada a portar un arma de fuego consigo todos los días por miedo a ser
atacada por alguien en su transcurso del día en el transporte público. En la
zona asignada de mi grupo, Tlajomulco, se vio que prácticamente todos los
usuarios del transporte público lo califican desde regular, hasta muy malo,
sienten que es muy inseguro, y que todos, si tuvieran la oportunidad,
utilizarían el automóvil propio o taxi ejecutivos. Muchas mujeres exigen día a
día lo que Kant propone, dignidad humana, un trato justo de no sólo ellas, sino
todos los ciudadanos por igual. Este sentimiento de desesperación, inseguridad,
y miedo excesivo no puede continuar, se debe lograr la equidad sustantiva, la
de hecho, a través de apoyo gubernamental y sobre todo, de la sociedad en
conjunto.
4. Referencias
* Bibliografía básica (5 artículos científicos sobre
ética o libros sobre ética):
Dunckel-Graglia, A. (recepción: septiembre 2012,
aceptación febrero 2013). Rosa, el nuevo color del
feminismo: un análisis del transporte exclusivo para mujeres. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-94362013000100007&lang=es
Navarro,
D. M., Narro Robles, J., Orozco Hernández, L. (recibido: oct 2013, aceptado:
nov 2013). La mujer en México: inequidad, pobreza y violencia. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182014000100005 &lang=es
Núñez Noriega, G., Ayala Valenzuela D. J. (recepción:
enero 2011, aceptación marzo 2011).
Embarazo adolescente en el noroeste de
México: entre la tradición y la modernidad.
Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-11912012000100002 &lang=es
Taus, P. A.
(recepción: mayo 2014, aceptación: junio 2014). La igualdad de
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protección de los derechos humanos. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-21472014000200003 &lang=es
Vázquez Machado, A. (2007) RELACIÓN ENTRE VIOLENCIA Y DEPRESIÓN EN
MUJERES. Universidad
Peruana Cayetano Heredia Lima, Perú. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=372039390004
*
Bibliografía complementaria (fuentes no científicas):
INEGI. (2015). Población total por sexo. Recuperado
de http://www.beta.inegi.org.mx/temas/estructura/
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