martes, 14 de noviembre de 2017

La violencia física y psicológica que sufren las mujeres

Ernesto Andrés Del Castillo Guti;errez Hermosillo
La violencia física y psicológica que sufren las mujeres

1.     Presentación del tema, esquema e introducción
            El tema del que se hablará en este ensayo es el de la violencia física y psicológica que sufren las mujeres. Pienso que este es un tema de suma importancia ya que, al vivir en una sociedad extremadamente machista, es fácil normalizar este tipo de actividades en contra de las mujeres, tales que pueden a llegar a lastimarlas físicamente y/o dejarlas con secuelas mentales y hasta con deseos de suicidio. Este tema se tiene que transmitir al mayor número de personas, debido a que en México especialmente, las mujeres, la mayoría de la población del país, se sienten con mucha inseguridad y han sufrido violencia de algún modo en su vida por el simple hecho de ser mujeres. Se hablará sobre la violencia física, seguida de la mental o psicológica, y finalizará con algunas alternativas que pueden implementarse en ciudades como medida temporal o definitiva para atacar este  problema ético que viene desde nuestras raíces culturales.
            Tanto las mujeres como los hombres somos humanos, y por lo tanto tenemos derechos humanos y somos dignos de vivir y ser tratados con respeto. Tal como Kant nos discutía, la vida humana no tiene precio porque es invaluable, y que la dignidad humana es lo único que nos diferencia de todo lo demás. Pero ¿qué pasa si sólo un sector de las personas tiene realmente el acceso a estos derechos y son tratadas con dignidad? Ningún humano debe de ser maltratado, ni discriminado por su apariencia, y cuando un humano trata sin dignidad a otro, en especial cuando no solo se trata de un individuo, sino de un sector entero, a esto se le tiene que llamar la atención para corregir y mejorar en beneficio de la sociedad.
            El impacto que la violencia contra las mujeres tiene en la sociedad es verdaderamente alarmante. Además que las mujeres son aproximadamente la mitad de la población, casi todas en su vida han sufrido de algún tipo de discriminación y violencia en alguna etapa de su vida. Se tienen que desarrollar estrategias para que la sociedad evolucione de un estado de machismo, misoginia y dominancia del hombre, a uno de paz entre todos y respeto mutuo. Esto se logrará a cabo única y exclusivamente si ambas partes pueden reconocer que aquí existe un problema ético, y si se trata a todos como lo que son: humanos dignos de respeto e igualdad, no un simple ser inferior al cual se le tiene que demostrar su “superioridad” constantemente a través de la violencia y el miedo.


Palabras clave (Key words):       
Violencia, violencia psicológica, violencia física, agresión, discriminación, igualdad, seguridad, depresión, mujer, sociedad, utilitarismo, kantiano, dialógico.  





















2.     Desarrollo
Problemática
Las mujeres alrededor del mundo, en especial en México, son discriminadas de cualquier manera posible, ya que por el simple hecho de ser mujeres llegan a ser maltratadas física y psicológicamente, y lo peor de todo es que muchos de estos actos de violencia quedan impunes ante la ley. “ En México, 41.2% de las mujeres de 15 años y más, casadas o con pareja, han sufrido algún tipo de violencia de su pareja y, en el caso de las mujeres divorciadas o separadas, este porcentaje llega a 72%” (Navarro, Narro Robles, Orozco Hernández, 2013, párr. 82). Se vive en un país en donde escuchar que una mujer haya sido maltratada, golpeada u ofendida nos parece casi normal, algo de todos los días, y lo más alarmante es que cada vez más y más mujeres sufren por esto. En el mismo Estudio de Navarro, Narro Robles y Orozco Hernández, determinó que el número de mujeres atendidas en los servicios especializados por la violencia familiar y de género incrementó seis veces en tamaño en tan solo 6 años, del 2005 al 2011 (2013, párr. 84). Así mismo, se hace notar que México en el Índice Global de Género del 2006 al 2012, ha avanzado solamente en un 3.8%, mientras que países de peor nivel de desarrollo como Nicaragua Bolivia y Ecuador, han avanzado en 17.3%, 14% y 12.1%, respectivamente (Navarro, Narro Robles, Orozco Hernández, 2013, párr. 86).
Más allá del problema de la violencia física, el cual en sí es un tema sensible, las acciones de agresiones físicas en su contra tienen graves repercusiones psicológicas en las mujeres. Se ha comprobado, por el estudio de Vázquez Machado en el 2007, titulado Relación entre violencia y depresión en mujeres, que la violencia degrada a la mujer y su integridad, al provocar incertidumbre, disminución de su autoestima, depresión, desesperación y desvalorización, además de traer como efectos de esto, la limitación del desarrollo personal de estas mujeres (párr. 18). Estos trastornos son causados específicamente a estas mujeres al ser maltratadas, ya que también se comprobó en el mismo estudio que las mujeres que han experimentado este tipo de abusos presentan más frecuentemente intentos de suicidio que esas que no han padecido de estas injusticias, las cuales son más comunes dentro del hogar de parte de la pareja de la víctima (párr. 27 y 30). Estas son solo algunas de las estadísticas recuperadas que soportan la tesis de la importancia que se le debe dar a la violencia física y psicológica que sufren las mujeres. 


Razones éticas
            La gran discriminación que sufren las mujeres se debe a que no se sigue el planteamiento Kantiano, en donde dice que todas las personas merecen ser tratadas con dignidad y respeto. El problema yace en el hecho de que al parecer, muchas personas, en especial el sector masculino de la población, no consideran a las mujeres como personas en todo el sentido de la palabra, ya sea de manera directa o implícita. Por el simple hecho de haber nacido una persona se le tiene que atribuir derechos humanos, dignidad, un trato equitativo e igualitario. Kant nos dice que para poder vivir una vida buena, y para conseguir esto se tiene que ser virtuoso, al darle su dignidad a cada individuo de la sociedad. Sin embargo, muchos de este grupo opresor se defienden con el principio de la ética dialógica, diciendo que las mujeres no les hacen saber que estos actos autócratos son en realidad una manera de desprestigiar al sexo femenino. La base de la ética dialógica yace en la comunicación para llegar al bien de la sociedad en sí, pero muy pocas son las mujeres que tienen el valor de levantar la voz y opinar en el tema. Ya que muchas mujeres piensan que este tipo de actos contra ellas es normal, o que lo merecen, el lado opresor falla en ver la problemática, ya que para ellos ésta no existe.
            Por otro lado, si se toma el punto de vista utilitarista, siempre se debe buscar la mayor cantidad de satisfacción y felicidad para el mayor número de personas. Las mujeres, siendo el 51.4% de la población de México (INEGI, 2015, N.A.), merecen tener el acceso equitativo a estos derechos de seguridad pública, salud mental y física. Y finalmente entra el pensamiento Aristotélico, el cual se basa en la felicidad como meta común de la gente. La violencia es la representación física y emocional opuesta a la felicidad, ya que lo único que trae consigo es sufrimiento, dolor y problemas. Las mujeres tienen el derecho de poder disfrutar y gozar de todos los servicios, derechos, libertades y oportunidades que su país les ofrece a sus ciudadanos, sin el miedo a ser lastimadas o intimidadas por la sociedad en la que viven. 

Postura
            Al considerar todos estos aspectos, notamos que existe una gran barrera entre hombres y mujeres, especialmente en la república mexicana. Las mujeres viven oprimidas por la sociedad machista que engloba este contexto de inseguridad, fragilidad, miedo y sufrimiento. Como se comentó anteriormente, tanto la ética kantiana, argumentando que todo individuo merece dignidad humana, la aristotélica, la cual menciona el mismo gozo de la felicidad por toda la población, y la utilitarista, cuyo enfoque es en la mayor cantidad de satisfacción para el mayor número de personas, siendo en este caso las mujeres la gran mayoría de la población del país, defienden una misma ideología: la igualdad sustantiva de las mujeres en la sociedad, lo cual se refiere a la igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos en el mundo real, no solo en papel.
            Una de las maneras en las que esto puede dar un paso adelante es con la iniciativa de la “línea rosa”, una ruta de transporte público exclusiva para mujeres, con el propósito de sensibilizar el sentido de la violencia en el transporte público y además entender cómo ésto ha afectado a los individuos de la sociedad. (Dunckel-Graglia, 2012, párr. 3). Se pueden notar estos cambios positivos a largo plazo. La seguridad pública les trae confianza a la sociedad, y empodera al ciudadano a poder ejercer su derecho de libertad. El 66% de las mujeres encuestadas en la investigación de Amy Dunckel-Graglia, dicen que un transporte público exclusivo para mujeres es mucho más seguro para ellas, y que por lo mismo no se sienten agredidas en esos espacios seguros (2012, Párr. 25).
Ésta iniciativa se formó en el 2010 en la Ciudad de México, y desde entonces ha funcionado, pero a pesar del funcionamiento de esta, se puede ver que aún existe un desacuerdo muy notorio entre hombres y mujeres sobre este tema.

Los hombres y las mujeres tienen opiniones diferentes sobre los asuntos relacionados con la seguridad de las mujeres, su movilidad y el transporte rosa. Los resultados muestran que las mujeres expresan cada vez más la creencia de que la violencia es una forma de discriminación, mientras que los hombres siguen aferrados a explicaciones de que la inseguridad en el transporte público es normal (Dunckel-Graglia, 2012, pár. 21).

            Estos desacuerdos son una consecuencia negativa de la línea rosa, ya que los hombres, al ver que se está cambiando su entorno seguro y cómodo, intensifica su machismo. Esto lo hacen, según científicos, como mecanismo de defensa sobre su hábitat natural, y al sentir que su santuario se ve afectado o amenazado por alguien más, exalta sus sentimientos y comportamiento sobre el lugar y lo enfoca en los grupos emergentes, haciendo así una afirmación de que ellos son los que deben de cambiar para poder encajar en la cultura natural de ese espacio (Dunckel-Graglia, 2012, pár. 28).
             

3.     Conclusiones
            Es evidente. Las mujeres, a pesar de ser la mayoría, sufren de la discriminación, la agresión física y psicológica, opresión de parte del machismo social del país e inseguridad pública, prácticamente todos los días. No es posible que todo un sector entero de la población sufra estas injusticias debido al contexto cultural en el que nos encontramos. Una sociedad en donde solo la mitad de la población tiene acceso a todos sus derechos y libertades, a toda hora, en todo lugar y en todo el contexto de la palabra, no es una sociedad funcional, sino una de racismo de género, y de discriminación por cuestiones biológicas.
Este es un tema de alta relevancia en la ética, ya que desde hace siglos se habla de la dignidad humana como fuente y base de una sociedad éticamente correcta y balanceada, y sin embargo, a pleno siglo XXI, esa meta aún parece estar bastante alejada de la realidad. Es indiscutible que la ética kantiana, así como la utilitarista y la aristotélica, apoyan el movimiento feminista de maneras directas o indirectas, pero el machismo cultural niebla estas ideas de la gente y pudre a la sociedad. Aunque sí existe el lado opositor, sus argumentos se ven aplastados por los del lado suprimido, ya que no es una simple exageración del lado de las mujeres, y se puede notar tanto por las estadísticas de hospitalización, como en los bajos números en la estadística de igualdad de género y la tendencia de acciones suicidas de parte de mujeres que han sido abusadas en su vida.
Podemos ver que aunque pueda causar mucha controversia, la Línea Rosa es una estrategia alternativa para empezar a erradicar este problema en nuestro país. Es cierto que de manera indirecta se está fomentando el segregamiento de las partes de la sociedad, pero primero se tienen que atender las cuestiones que más urgencia tienen de resolverse, las cuales son recuperar la seguridad de las mujeres en la vía pública, y empoderarlas para que puedan avanzar un poco más allá de sus miedos. Con esta seguridad que se le brinda a las mujeres, ellas pueden dejar de preocuparse por su propia seguridad, y empezar a hacer un cambio en la sociedad, al apoyar más movimientos de este tipo y, por consiguiente, logrando unir a más mujeres en estos proyectos, con la finalidad de construir un México seguro, equitativo y socialmente estable.         
Conclusión proyecto SEDATU:
            Tras haber tenido la oportunidad de participar en esta gran experiencia que cambió mi manera de ver el mundo, pienso que me llevó bastante aprendizaje, el cual utilizaré en el futuro para hacer el esfuerzo por cambiar a mi país. Al inicio pensé que la situación de las mujeres no era tan grave, que simplemente ellas exageran todo y que lo que ellas reclamaban eran cosas que a todos nos pasaba, independientemente del sexo. Pero después de esto, mi perspectiva cambió. En nuestras encuestas fue evidente que la mayoría de las mujeres habían sido víctimas de acoso sexual, discriminación, y en ocasiones hasta maltratadas por el simple hecho de ser mujer. Incluso hubo un caso en el que una mujer se vio forzada a portar un arma de fuego consigo todos los días por miedo a ser atacada por alguien en su transcurso del día en el transporte público. En la zona asignada de mi grupo, Tlajomulco, se vio que prácticamente todos los usuarios del transporte público lo califican desde regular, hasta muy malo, sienten que es muy inseguro, y que todos, si tuvieran la oportunidad, utilizarían el automóvil propio o taxi ejecutivos. Muchas mujeres exigen día a día lo que Kant propone, dignidad humana, un trato justo de no sólo ellas, sino todos los ciudadanos por igual. Este sentimiento de desesperación, inseguridad, y miedo excesivo no puede continuar, se debe lograr la equidad sustantiva, la de hecho, a través de apoyo gubernamental y sobre todo, de la sociedad en conjunto.














4.     Referencias   
* Bibliografía básica (5 artículos científicos sobre ética o libros sobre ética):
Dunckel-Graglia, A. (recepción: septiembre 2012, aceptación febrero 2013). Rosa, el                              nuevo color del feminismo: un análisis del transporte exclusivo para mujeres.                          Recuperado de           
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-94362013000100007&lang=es                                                                                                       
Navarro, D. M., Narro Robles, J., Orozco Hernández, L. (recibido: oct 2013, aceptado: nov                   2013). La mujer en México: inequidad, pobreza y violencia. Recuperado de             
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182014000100005                     &lang=es
Núñez Noriega, G., Ayala Valenzuela D. J. (recepción: enero 2011, aceptación marzo                             2011). Embarazo adolescente en el noroeste de México: entre la tradición y la                             modernidad. Recuperado de                                                                                                           http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-11912012000100002                     &lang=es
Taus, P. A. (recepción: mayo 2014, aceptación: junio 2014). La igualdad de género y el acceso a                      la justicia de las mujeres víctimas de violencia en la región dentro del sistema                             interamericano de protección de los derechos humanos. Recuperado de              
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-21472014000200003                     &lang=es
 Vázquez Machado, A. (2007) RELACIÓN ENTRE VIOLENCIA Y DEPRESIÓN EN MUJERES.                      Universidad Peruana Cayetano Heredia Lima, Perú. Recuperado de                                      
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=372039390004

* Bibliografía complementaria (fuentes no científicas):
INEGI. (2015). Población total por sexo. Recuperado de                                                                           http://www.beta.inegi.org.mx/temas/estructura/


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