Rosa
Jarumy López Rivera A01224241
En un mes
Un mes, fue la duración del curso de ética,
profesión y ciudadanía, curso que todavía no me correspondía llevar, pero que
llegó en un momento oportuno, mis primeras votaciones.
Menciono esto, ya que, más que ver este curso como
una sola materia, lo veo ahora, como un espacio, en el que se me brindo
diversas herramientas para involucrarme de manera positiva en la sociedad,
comprendí la importancia que conlleva el hecho que desde jóvenes nos adentremos
en la vida política, y no necesariamente para dedicarnos a eso, si no para
poder opinar y poder dirigir en conjunto con los demás, la dirección de nuestro
país.
Aprendí que no es necesario ser una persona
apoderada para poder realizar cambios en un país, si no que se necesita de la
razón para analizar las situaciones
deplorables por las que atraviesa
México, y valentía para exigir a las
personas que corresponda, que las cosas se hagan de manera correcta y justa
para todos los habitantes. Por ejemplo, podemos mencionar a Mockus, Peñalosa, y
Fajardo, tres personajes honorables que
dieron un giro a Colombia, gracias a su
convicción y a su ferviente creencia de que las adversidades como la injusticia, la corrupción y la violencia, no
son suficientes, para evitar su compromiso responsable, honesto y justo con la
ciudadanía. Por otro lado se encuentra Severn Suzuki, el claro ejemplo de que
la edad, no justifica, la no participación en una sociedad, nos demuestra su
preocupación por el futuro, y hace bien, ya que son los niños y jóvenes los que
lidiaran con las consecuencias del ahora.
En medida que cada uno de nosotros sea más activo
en la sociedad, de manera positiva, podremos estar más cerca de la aspiración
ética de Paul Ricoeur que es tender
a la vida buena, con y para los otros, en instituciones justas. Hace falta que
mencione la diferencia entre ética y moral, para evitar que la aspiración de
este filósofo se malinterprete. La ética cuestiona a la moral, profundiza y
razona minuciosamente las situaciones a las que se enfrente para saber actuar y
tomar la mejor decisión. Por otra parte Ricoeur dice “con y para los otros”,
manifestando que es necesario hacer a un lado el individualismo, y que no sólo
basemos nuestra decisión en lo que nos pueda
traer beneficio.
Lo
mencionado anteriormente, es algo que deben tomar muy en cuenta los directores
de las empresas, ya que constantemente se ven envueltos en ambientes y
circunstancias, que los obligan a tomar decisiones, y la mayoría de las veces
no se hace la reflexión ética que se debe, perjudicando a los distintos
stakeholders, que desde un principio debieron ser considerados para la toma de
la mejor elección.
Para
establecer un ambiente ético en una
empresa se debe hacer a un lado los
mitos establecidos por Weiss en la lectura “Ética en los negocios” , así mismo
nos presenta una estrategia para evitarlos, mediante capacitación a todo el
personal incluyendo los directores, para que sean capaces de razonar antes
actuar, en base a las diversas teorías éticas. Estas capacitaciones nunca dirán
que es lo que se debe hacer estrictamente, pero si dará herramientas suficientes para dirigir a la empresa hacia un contexto
más prospero y justo. Algo
característico de estas capacitaciones es que se basan en los planteamientos de
Kohlbergh y Gilligan, los cuales describen a manera de niveles, el desarrollo
del razonamiento moral del ser humano. Por un lado Kolbergh establece tres
niveles: preconvencional, convencional y postconvencional, y a su vez cada uno
se divide en dos etapas, en el caso de Gilligan también establece tres niveles
sin embargo entre cada nivel se encuentra una transición, mediante la cual vas
ascendiendo de nivel. En general, ambas aspiran, en su nivel más alto la
autonomía moral y la adquisición de la capacidad para discernir mas allá de lo
sé establecido, para saber si algo es correcto
o no, sin embargo Gilligan lo hace con un enfoque más apegado a su
teoría ética del cuidado, la cual se preocupa por el bienestar de los demás y
no sólo el personal.
Como
mencionaba anteriormente, existen diversas teorías éticas, sin embargo no
quiere decir que al utilizar una sola, ya estaremos actuando de manera
adecuada, ya que no existe una solución ética específica para todas las
situaciones, por ejemplo la teoría utilitarista busca el mayor bienestar, para
el mayor número de personas, sin importar como se consiga ese objetivo con lo
que rechaza de cierta manera los lazos familiares.
Otra
teoría sería la de Imanuel Kant la cual, en lo personal contiene muchos aspectos
que considero aplican en muchas circunstancias, sin embargo Kant rechaza
completamente la mentira, pero, ¿Qué sucede cuando con una mentira evitas
sufrimiento, o un problema más grande?, estos son ejemplos de que una sola
teoría no nos ayuda a tomar la decisión más acertada en todas las situaciones,
si no que necesitamos del complemento de estas teorías , la dialógica, del
cuidado, la utilitarista, la del deber, entre otras.
La importancia de cursar esta materia, radica en el
mañana, es decir, cuando nos veamos involucrados en el ambiente laboral, ya que
una vez formados como profesionistas, estaremos aportando a nuestra sociedad, o
al país y si nos vamos más lejos, al
mundo entero, quizá no sabemos qué tan lejos vayamos a llegar, sin embargo, si
es muy importante que cualquier sector en el que nos encontremos, llevemos bien
sentados nuestros principios éticos, y que le demos sentido a lo que hacemos,
aportando de manera productiva nuestro conocimiento adquirido a lo largo de
nuestra carrera, sin dejarnos corromper por el sistema, que sabemos, no siempre
se maneja de manera ética, pero si nuestra generación se preocupa por ser
personas con análisis crítico y ético, podremos hacer un cambio significativo,
en cualquier lugar al que vayamos.
Bibliografía
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Weiss,
J. (2006). Ética en los negocios, el ambiente cambiante y la administración de
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Cortina,
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Cortina,
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