Amita Etzioni me pone a reflexionar en su
articulo, “cuando se trata de ética, las escuelas de negocios reprueban”, cómo yo,
una alumna de séptimo semestre, la cual ha tomado cursos relacionados con ética
nunca había considerado la importancia que tiene este tema en la sociedad. Las
clases de ética forman a las personas de tal manera que forjen un carácter mediante
el cual se les permita actuar de una manera más “humana” hacia la sociedad, es
decir, se les invita a formar criterios no solamente pensando por si mismos, si
no también considerando los derechos y
obligaciones que poseen las demás personas como miembros de una misma
sociedad.
La
ética no solamente se limita a las reglas que deberían ser aplicadas, o las acciones
que deberían ser tomadas ante cierta situación y bajo ciertas circunstancias,
la ética va mas allá de cualquier conjunto de conocimientos sistemáticamente estructurados,
es una guía no para que todas las personas salgan ganando, pero a mi punto de
vista si lo es para que ninguna salga perdiendo.
Aunque
la definición de negocios esta estipulada como una entidad creada o constituida
con la finalidad de obtener dinero a cambio de realizar actividades de producción,
comercialización, o prestación de servicios que beneficien a otras personas, las
escuelas de negocios se han enfocado claramente, sólo en la parte financiera.
La manera más eficaz y rápida de obtener dinero sin importar las consecuencias
o la forma en la que sus actividades
puedan perjudicar a los demás. Los negocios pues, se han abierto campo en el
mundo como una forma fácil y segura para aquél que sólo busca sus propios
beneficios a pesar de los de cualquier otro individuo.
Etzioni
me hace reflexionar como, tanto los profesores como los estudiantes, de las universidades
más prestigiadas de Estados Unidos buscan la graduación con un único propósito,
obtener el mayor beneficio económico por medio de sus productos o servicios. ¿Dónde
quedan las personas involucradas?, ¿Por qué nadie responde ante las posibles faltas de consideración
hacia ellas? Es así como llego a una clara visión de todo esto, la falta de
ética en su formación universitaria no promovió en ningún momento empatía hacia
sus clientes, por lo tanto cualquier decisión tomada en sus actos que fuera benéfica
para sus objetivos era irrelevante para el de sus clientes. Es necesaria una formación
integral en los alumnos que fomente un pensamiento crítico que razone por el
bien de las necesidades de todos los participantes en un negocio.
No
se puede asegurar que la ética sea la solución absoluta para cualquier problemática
involucrada en los negocios, quizás existan personas a las que jamás se pueda
convencer de que todo ser humano es digno y merece ser tratado como tal, sin
embargo se espera que por medio de está las personas puedan tomar las
decisiones más justas sin estar sujetos a sus propias ambiciones y anhelos. Es
necesario cambiar esta estructura sistemática implantada en el pensamiento de
los negociantes, ya que lo único que genera es un desequilibrio en la sociedad
que lejos ponerlo en la punta de la evolución,
lo regresa en el tiempo, no sólo como el ser racional que es a diferencia de
todas las demás especies, pero también y al mismo tiempo para colocarse en una civilización
dentro de la cual todas las personas
sean tratadas como lo que merecen ser, personas dignas de respeto y admiración.
Mariana Parra Loza
No hay comentarios:
Publicar un comentario