Jalil Francisco Chávez Galaviz
A01220539
Ética profesión y Ciudadanía
Balance final
La mayor parte de nuestra vida
pasamos, creyendo que el sentido común es la mejor manera de tomar decisiones.
Pensamos que siempre habrá una respuesta obvia a las preguntas que puedan
surgirnos y que el peso más grande para dichas decisiones, lo tienen nuestros
deseos, tomando así una posición individualista y egoísta. Si bien es cierto
que ser competitivo es una actitud esencial para afrontar los retos que nos
pone la vida, hemos llegado al punto de creer que aislarnos de lo público es la
única manera de ser exitosos.
Tal
vez lo anterior sea un poco el reflejo del sistema en el que vivimos, un
sistema frío, basado únicamente en prácticas deshumanizadoras, en donde el
bienestar es invariablemente proporcional al dinero que se obtenga, un sistema
bajo el cual el trabajo es la única forma de valer en sociedad y dicho valor,
nuevamente, valorado en función de la retribución monetaria que este genere.
Esto
es un poco de lo que vivimos hoy en día, un mundo en el que las relaciones
duraderas se han desvanecido en la frialdad de los negocios, un mundo dentro
del cual la mejor herramienta es la capacidad de adaptación y las mayores
debilidades: la edad, el género, estar embarazada, etc. Ante una situación tan
inestable, en la que nada es seguro, tan líquida según Bauman, se deben emplear
soluciones mucho más completas que únicamente el sentido común.
Es
aquí donde se muestra como una de las alternativas de mayor utilidad. Pues ahí
donde el sentido común nos permitía ver sólo por nosotros y nuestra felicidad,
aparecen reflexiones de personas como Kant, hablando sobre la importancia de
obrar de acuerdo al deber, un actuar ligado completamente a una visión de la
humanidad como un ente digno, con deberes y obligaciones universales.
A
lo largo de la historia reciente, la humanidad a pasado por diversas crisis
económicas, como ejemplo último, la acontecida en 2008. Aclaradas las causas
que originaron esta gran debacle económica, podemos darnos cuenta de que
evidentemente hay una razón mucho más profunda que la económica, pues los
fraudes cometidos por los altos funcionarios no se pueden analizar desde una
perspectiva financiera o económica de manera adecuada, para entender el grave
problema que se enfrentó y en general seguimos enfrentando, hay que ver la
ausencia de formación ética en los ciudadanos involucrados en este gran
escándalo. Es ahí donde se encuentra la
verdadera respuesta, pues se actúa de manera irresponsable, porque se es
incapaz de tomar en cuenta las consecuencias de nuestros actos hacia las demás
personas, porque se piensa que el único factor interesante y con verdadero
valor, es el económico.
Es
por esto que resulta importante lo aprendido en esta clase, pues lejos de
analizar una forma absolutista de actuar, hemos entendido que como en muchas
situaciones de la vida existen diversas formas de entender un problema y por
tanto de darle soluciones. Hemos pasado de la teoría teleológicas, hasta llegar
a las deontológicas; de una visión en dichas teorías eminentemente
discriminatoria; a una más conciliadora e incluyente como la propuesta por
Gilligan. Es decir, la importancia de lo aprendido, radica en el
enriquecimiento de la manera de reflexionar, en tomar conciencia de que la
ética no es el camino único, sin embargo, proporciona las herramientas
suficientes para tomar mejores
decisiones.
En
nuestro largo camino por recorrer, se encuentran sin duda, muchas situaciones
que implicaran que hagamos razonamientos adecuados y que lejos de llevarlo a un
tema meramente filosófico, debemos ser capaces de poner en la mesa las
posibilidades y los argumentos que sostienen a cada posibilidad, tomando la
decisión que en nuestra opinión se la más conveniente para la situación y el
momento.
Ser
empresarios como la mayoría en clase desea, es un tema complicado, pues
entendemos en términos generales e idealistas la manera en la que el área en la
que queremos desenvolvernos funciona, sin embargo, no debemos dejar de lado que
en la actualidad existen factores, como el dinero o el poder, que son capaces
de corromper con gran facilidad. Esto trae consigo una serie de prácticas que
seguramente chocarán con lo aprendido en clases. Una mordida, evadir impuestos,
mantenernos esclavizados o mantener esclavizados, sacrificar algo por ganar
dinero, son todas situaciones a las cuales seguramente nos enfrentaremos y
debemos entonces saber hacer uso de las diferentes vertientes teóricas de la
ética.
Finalmente
es importante que entendamos, que la mayoría de las ocasiones tomar una
decisión puramente ética es prácticamente imposible, y que en esta lucha de
intereses de todo tipo, es importante saber ser unos buenos mediadores, saber
ser personas reflexivas capaces de tomar una decisión, que si bien no siempre
podrá ser la más adecuada, si debe tener un fundamento más profundo, que
únicamente el económico, pues es en la medida en la que nos quitemos el
pensamiento de que el dinero es la única manera de lograr nuestros objetivos,
es hasta entonces que lograremos una sociedad verdaderamente cohesionada
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